Obras y Autores Clave de la Literatura Medieval en España

Literatura Medieval Española: Desde las Jarchas hasta El Conde Lucanor

Las Jarchas

Las jarchas son breves composiciones de raíz popular y transmisión oral, originarias de al-Ándalus. Se han conservado gracias a que algunos poetas árabes y hebreos decidieron imitarlas o incorporarlas como cierre de sus poemas amorosos, denominados moaxajas. Datan de los siglos XI-XII y están escritas en mozárabe y en árabe vulgar. Las jarchas son la expresión femenina de un amor angustiado o gozoso. En ellas aparecen variantes recurrentes del tema amoroso, como la visita inesperada o la ausencia del amigo (habib); dolorosas quejas a la madre, hermanas o amigas; la descripción apasionada del amado…

Cantigas de Amigo

Estos poemas, compuestos en galaicoportugués y procedentes de la tradición oral, fueron recopilados por poetas cultos como Martín Códax o Pero Meogo. Recogen anécdotas amorosas puestas en boca de una joven y en ellas hay referencias a la naturaleza gallega. Algunas cantigas cultas revelan la influencia de la poesía trovadoresca del amor cortés. Emplean el recurso del paralelismo, se repiten versos con palabras parecidas o iguales.

Los Cantares de Gesta

La poesía épica está integrada por narraciones en verso que cantan las hazañas o gestas de un héroe. Estas narraciones están compuestas en la Edad Media y surgen en momentos históricos conflictivos. Proponen un modelo de héroe lleno de virtudes.

Características:

  • Los cantares de gesta relatan las hazañas bélicas de un héroe perteneciente a la nobleza.
  • Este héroe representa las virtudes caballerescas (honor, valentía, magnanimidad…) y, haciendo siempre gala de ellas, batalla para restaurar un orden social que se ha quebrantado.
  • En cuanto a la forma, los poemas épicos se estructuran en tiradas o agrupaciones de versos asonantes que oscilan entre doce y dieciséis sílabas, con cesura o pausa intermedia, que divide cada verso en dos hemistiquios.
  • Son frecuentes las expresiones en las que el juglar se dirige al auditorio, puesto que se trata de textos recitados oralmente.
  • Para facilitar la memorización, abundan los paralelismos y los epítetos épicos, fórmulas que se repiten para referirse al héroe y que destacan alguna de sus características.
  • También son habituales las intervenciones de los personajes en estilo directo para hacer más cercanos los sucesos y las descripciones de batallas.

Cantar de Mío Cid

Este manuscrito es copia, a su vez, de otro realizado por un clérigo llamado Per Abbat en 1207. No se sabe con seguridad si el texto que hoy leemos es obra de dos o más juglares del siglo XII o de un solo autor culto. Debió de componerse en la segunda mitad del siglo XII.

Contenido y estructura

Cantar del destierro: El Cid es acusado de robo por sus enemigos, con lo que pierde el honor político ante el rey Alfonso VI de Castilla y es desterrado. Para recuperarlo, el héroe lucha contra los enemigos y, tras cada victoria, envía regalos al monarca en señal de sumisión, para solicitar su perdón.

Cantar de las bodas: Las conquistas del Cid culminan con la toma de Valencia. El héroe es perdonado por el rey, y tiene lugar la boda de sus hijas, doña Elvira y doña Sol, con los infantes de Carrión.

Cantar de la afrenta de Corpes: El Cid pierde su honor privado o familiar tras la afrenta de Corpes, episodio ficticio en el que sus hijas son maltratadas y abandonadas por sus maridos, los infantes de Carrión. Vuelve a recuperar el honor definitivamente con la segunda boda de sus hijas con los infantes de Navarra y Aragón, episodio solo en parte histórico. La obra trata así del proceso de recuperación del honor perdido por el héroe, con verosimilitud. Todos los versos son de medida irregular. El lenguaje es muy claro y expresivo, con llamadas de atención para dirigirse a los oyentes (estilo directo).

La figura del héroe

El protagonista, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, representa a la nobleza guerrera castellana. Pertenece a una capa baja de la nobleza. Como héroe épico, representa los valores arquetípicos. El Cid es el perfecto caballero cristiano, amante, padre y esposo.

El Mester de Clerecía

Muchas de las obras son anónimas, pero hay dos autores que sobresalen: Gonzalo de Berceo en el siglo XIII y el Arcipreste de Hita, autor del Libro de buen amor, en el siglo XIV.

Milagros de Nuestra Señora

Esta obra, así como el resto de las obras marianas de Berceo, se inserta en una corriente de devoción a la Virgen que florece en Europa en los siglos XII y XIII. Como consecuencia, aparecen numerosas colecciones de milagros en los que la Virgen María intercede por sus devotos. La Virgen, representada con rasgos muy humanos y maternales, aparece como la mediadora entre los cristianos y Dios, y a través de ella la gracia divina llega a los hombres y se convierte en una vía de salvación para el alma humana.

Contenido y estructura

Consta de una introducción y veinticinco milagros. En la introducción, el narrador se presenta como un peregrino de la Virgen, lo que permite a Berceo identificarse con los peregrinos del Camino de Santiago que se desviaban hasta San Millán. En esta introducción, la Virgen aparece, alegóricamente, como un prado de virtudes, un paraíso que los hombres pueden recuperar tras la expulsión del Edén.

Características

El estilo está marcado por dos factores: la personalidad del autor y la finalidad de la obra. Como autor culto orgulloso de su saber y consciente de su deber de transmitirlo, Berceo se sirve del molde estrófico de la cuaderna vía y emplea algunos cultismos. Al mismo tiempo, Berceo intenta enseñar y adoctrinar a un público integrado por peregrinos de origen campesino. Además, aprovecha las técnicas de la literatura oral de la época, es decir, del mester de juglaría, como fórmulas expresivas, llamadas de atención al auditorio o diálogos para otorgar dramatismo a los poemas.

El Auto de los Reyes Magos

Se trata de una pieza incompleta del siglo XII, perteneciente a las obras escenificadas durante el tiempo de la Navidad. Solo se conservan 147 versos de diferentes medidas. En la obra se dramatiza cómo los Reyes Magos, siguiendo una estrella, viajan a Belén para adorar a Jesucristo. Visitan a Herodes, rey de Judea, y le cuentan su revelación. Este, muy preocupado, consulta con dos sabios de su corte, y ahí termina el fragmento conservado.

Don Juan Manuel

La labor literaria de Don Juan Manuel está vinculada a su condición social de aristócrata y al momento histórico en el que vive, la primera mitad del siglo XIV. Su actuación política y su trabajo de escritor tienen como objetivo hacer valer la importancia de la nobleza. Abarca temas políticos, morales y religiosos. Los rasgos de estilo y lenguaje de Don Juan Manuel están marcados también por el didactismo y el tipo de lectores de sus escritos, y emplea la lengua castellana. Le preocupan la corrección y la comprensión de su obra, a la que él considera un mérito personal. Se caracteriza por su claridad, su exquisita selección de vocabulario y su sencillez.

El Conde Lucanor

En esta obra se encuentra la más lograda elaboración artística de los temas que preocupaban a su autor, así como de su intención didáctica. El libro consta de tres partes:

  • Parte I. Contiene cincuenta y un ejemplos o cuentos.
  • Partes II, III y IV. La enseñanza se desarrolla mediante proverbios.
  • Parte V. Expone problemas sobre la salvación del alma del noble cristiano.

La primera parte es la más interesante de las cinco. Todos los ejemplos siguen siempre una misma estructura: el conde Lucanor expone a su consejero una situación difícil a la que se enfrenta. Patronio le responde diciendo que es parecida a la de un relato, que el conde le pide que cuente. Patronio narra el relato, al conde le parece bien el ejemplo, lo traslada a su situación y resuelve su problema. Don Juan Manuel se sirve de varias fuentes para elaborar una obra personal y original.

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