La Novela de la Generación del 98
La Generación del 98, con figuras clave como Azorín, Unamuno, Baroja y Valle-Inclán, inició un camino literario marcado por los siguientes rasgos:
- Denuncia de los males de España: caciquismo, hambre e ignorancia.
- Pesimismo ante la situación histórica (el desastre colonial de 1898) y el desmoronamiento de los valores sociales y espirituales.
- Influencia de la filosofía: planteamientos existencialistas de Kierkegaard y Schopenhauer (escepticismo, la vida como algo absurdo y carente de sentido).
- El dolor de España y Castilla como profundo símbolo de patriotismo casticista.
- Renovación estética mediante:
- El subjetivismo: No se persigue la reproducción exacta de la realidad, como en la estética realista, sino la expresión de la realidad interior.
- Concepción totalizadora: La novela es un género multiforme, que incluye también la reflexión filosófica y el ensayo.
Unamuno
De carácter crítico y obsesivo, con grandes inquietudes filosóficas, Unamuno acuñó la palabra «nivolas» para expresar su rechazo a la novela realista. Se sirvió de la novela para testimoniar su intimidad y sus obsesiones sobre la religión, la vida y la muerte. En 1914, publicó su mejor novela, Niebla, donde el protagonista, Augusto Pérez, se enfrenta a su creador en un ambiente que confunde verdad y ficción. También destaca San Manuel Bueno, mártir, que presenta la lucha agónica del individuo entre creer y aparentar creer.
Valle-Inclán
Autor inconformista, en constante búsqueda de nuevas formas de expresión. Dos estilos definen su obra: modernismo y esperpento. Sus inicios están marcados por la tendencia modernista, representada por las cuatro Sonatas (subtituladas Memorias del Marqués de Bradomín): Sonata de otoño (1902), Sonata de estío (1903), Sonata de primavera (1904) y Sonata de invierno (1905).
De esta primera época también es la trilogía La guerra carlista, que narra episodios de la última guerra carlista en España. El término «esperpento» aparece como un concepto estético que deforma sistemáticamente la realidad, recargando sus rasgos grotescos para realizar una sátira social.
Entre las obras marcadas por el esperpento destaca Tirano Banderas, considerada una de las mejores novelas de la primera mitad del siglo XX. Finalmente, las tres novelas de El ruedo ibérico reflejan la historia y vida de España desde el reinado de Isabel II hasta el desastre del 98.
Azorín
En las novelas de Azorín, la narración se fragmenta en instantáneas que congelan el tiempo y captan la impresión del instante. Ejemplos de novela impresionista son La voluntad, Antonio Azorín y Confesiones de un pequeño filósofo. Más tarde escribe Don Juan y Doña Inés, donde describe el ambiente y la sensibilidad de los personajes.
Pío Baroja
Hombre solitario, tímido y pesimista. Sus novelas se caracterizan por:
- Estar centradas en un personaje (activo y dominador, o pasivo y sin voluntad).
- Abundancia de acción y diálogos.
- Marcada presencia del narrador a través de comentarios y reflexiones.
- Descripciones impresionistas a base de pinceladas o detalles físicos y psicológicos.
- Cierto desaliño expresivo (exagerado por los críticos).
Su producción narrativa se organiza en trilogías que siguen un tema común. En estos relatos, el autor parte de una observación de la realidad en muy variadas manifestaciones:
- Primera etapa (1900-1912) Trilogías:
- La lucha por la vida (La busca, Mala hierba, Aurora roja).
- La tierra vasca (Zalacaín el aventurero).
- La raza (La dama errante, La ciudad de la niebla, El árbol de la ciencia).
- El mar (Las inquietudes de Shanti Andía, El laberinto de las sirenas).
- Segunda etapa (1913-1936): Memorias de un hombre de acción, serie de novelas sobre un personaje llamado Avinareta.
- Tercera etapa (1939-1956): Desde la última vuelta del camino (memorias).
La Novela Novecentista (Generación del 14)
Autores nacidos a finales del siglo XIX.
Gabriel Miró
Destacan Nuestro Padre San Daniel (1921) y El obispo leproso (1926), que transcurren en Oleza (trasunto de Orihuela), representación de un mundo nebuloso, casi desaparecido. Las cerezas del cementerio (1910) y El abuelo del rey (1915) son otras obras importantes.
Ramón Pérez de Ayala
(1888-1962) Sus primeras cuatro novelas, Tinieblas en las cumbres (1907), A.M.D.G. (1910), La pata de la raposa (1912) y Trotteras y danzaderas (1913), tienen un marcado carácter autobiográfico. En los años veinte escribe novelas intelectuales como Belarmino y Apolonio (1921), Tigre Juan y El curandero de su honra (1926). Lo importante no es la trama, sino las reflexiones, que las acercan al ensayo. Predomina el tono reflexivo, la ironía y, en cuanto a la técnica, el perspectivismo.
Ramón Gómez de la Serna
La base de su producción literaria es la greguería: frase o apunte breve que encierra una pirueta verbal o una metáfora insólita («Humorismo + Metáfora = Greguería»). En sus obras cabe de todo. La más famosa es El torero Caracho (1927). El novelista (1924) es la historia de un autor en busca de motivos para sus novelas y de imaginación. El doctor inverosímil (1921) narra la historia de un médico que cura mediante extraños métodos.
La Novela hacia 1927
En los mismos años en los que llega a su auge la generación poética de Guillén, Lorca, etc., escriben, en líneas distintas, al menos otros dos grupos de autores. El primero está formado por novelistas republicanos que padecieron el exilio: Benjamín Jarnés, Juan Chabás, Rosa Chacel, Juan José Domenchina, Max Aub o Francisco Ayala. Estos autores, en sus primeras obras, practican una novela en línea con el «arte deshumanizado» que planteaba Ortega y Gasset. El segundo grupo (llamado «nuevo romanticismo») plantea una novela social muy comprometida con la ideología revolucionaria: José Díaz Fernández, Ramón J. Sender y César Mª Arconada.
Tendencias de la Poesía Española
En la poesía española anterior a 1939 se distinguen dos grandes movimientos literarios: el movimiento modernista y noventayochista y el movimiento vanguardista, donde se incluye la Generación del 27.
El Movimiento Modernista y Noventayochista
Inicialmente, «Modernismo» se entendió como todo estilo practicado por autores con impulsos estéticos y artísticos renovadores. Después, el término se reservó para aquellos que manifestaban una postura escapista y de evasión de la realidad. Introducido por Rubén Darío, en España fue practicado por los hermanos Machado, Juan Ramón Jiménez o Valle-Inclán. Por otro lado, «Generación del 98» quedó como marca de los escritores que se enfrentaron al problema de la decadencia de España con una actitud crítica y reflexiva. Destacan autores como Unamuno, Pío Baroja, Azorín y Antonio Machado. Como características estéticas, se enfrenta el estilo sensorial e intimista del Modernismo, en busca de «la belleza suprema», frente al estilo más sencillo y sobrio de los noventayochistas, centrado en el tema de España y las preocupaciones existenciales.
Dentro de estas corrientes, destaca el sevillano Antonio Machado. Su trayectoria poética abarca desde una poesía modernista cargada de símbolos, melancolía e intimismo absoluto (Soledades, Galerías y otros poemas, 1903-07), hasta una poesía más comprometida con la realidad española (Campos de Castilla, 1912-17). Sus últimos versos corresponden a una etapa de inquietud filosófica (Nuevas Canciones, 1924).
Novecentismo o Generación del 14
Surge como reacción a la grandilocuencia del Modernismo. Es un movimiento fuertemente intelectual, capitaneado por Ortega y Gasset y su Deshumanización del arte. Entre sus características destacan el racionalismo, el antirromanticismo y el aristocratismo intelectual y minoritario.
Dentro de esta tendencia, destaca Juan Ramón Jiménez. Su poesía sirvió de puente entre el Modernismo y las Vanguardias, y su magisterio fue reconocido por los miembros de la Generación del 27. Tres etapas en su producción:
- Época sensitiva (hasta 1915): influencia romántica de Bécquer y el Modernismo (La soledad sonora).
- Poesía desnuda (hasta 1936): concibe la poesía como medio de conocimiento de la realidad. El poema se desnuda buscando la sencillez.
- Época verdadera: corresponde a la poesía escrita en el exilio, centrada en la figura del poeta como «dios creador» (En el otro costado, Dios deseado y deseante).
El Vanguardismo y la Generación del 27
Las vanguardias son un conjunto de movimientos artísticos de muy diferente signo que triunfan en Europa, introducidos en España por Ramón Gómez de la Serna. Sus características generales son la actitud de ruptura, el afán de originalidad y la obsesión por la experimentación. Estos rasgos los compartieron todos los «ismos»: Futurismo, Cubismo, Ultraísmo y Surrealismo. Este último influyó notablemente en autores como Alberti (Sobre los ángeles).
La Generación del 27 fue un grupo que se constituye en España a partir de un acto celebrado en Sevilla en 1927. Sus miembros comparten rasgos generacionales, influencias y un estilo literario donde abunda el verso libre y la imagen visionaria. Su evolución pasa por tres etapas:
- La de la poesía pura y el neopopularismo.
- La de la rehumanización de la poesía y el Surrealismo.
- La del exilio, muy personal en cada autor.