NOVELA HISPANOAMERICANA
El siglo XX comienza en la novela hispanoamericana con una novela costumbrista heredada del siglo XIX, sin ningún intento de renovación formal.
A partir de los años 40 comienzan los primeros intentos de renovación de la estética de la novela explorando lo específicamente americano y al mismo tiempo dejándose influir por los movimientos europeos de vanguardia, especialmente el surrealismo. El mundo es ancho y ajenode Ciro Alegría, en donde se muestra la peculiar psicología del indio expulsado de su tierra y de su civilización, puede considerarse la primera novela renovadora hispanoamericana.
Durante este período aparecen por primera vez temas urbanos y existenciales, aunque siguen perviviendo los viejos temas de la novela indigenista, sobre todo el tema social. Pero sobre todo aparece la tendencia de unir la realidad a la imaginación, a través de mitos, de leyendas, de la magia, de la poesía dando lugar a lo que se ha llamado el realismo mágico.
Más tarde, ya en los años 60 aparece lo que con una expresión un tanto periodística se llamó el «boom
? novela hispanoamericana, que supuso la difusión en España y en el resto del mundo de un importante grupo de escritores hispanoamericanos, de diversas edades y procedentes de diferentes países. Continúan con los temas de la generación anterior, y consolidan la integración de lo fantástico y lo real.
Otras características de estas novelas son: la estructura narrativa desorganizada, la ruptura de la línea argumental, la narración no es lineal por lo que se requiere un gran esfuerzo por parte del lector para restablecer el hilo temporal, se utilizan técnicas de contrapunto, se combinan diferentes personas narrativas y distintos puntos de vista y es muy frecuente el uso del monólogo interior.
Con pocas excepciones hay que señalar que todas las innovaciones técnicas están puestas al servicio de una literatura revolucionaria, muy comprometida con la realidad de unos países sometidos a violentos y traumáticos procesos históricos.
Del guatemalteco Miguel Ángel Asturias son famosas las Leyendas de Guatemala, basadas en fantasías sobre el mundo maya y sobre todo la novela que le llevaría al premio Nóbel y que inaugura, en Hispanoamérica, las novelas de dictadores, El señor Presidente. El lenguaje barroco y musical le sirve para narrar los horrores de las dictaduras. Otras novelas de este tipo son Yo el Supremo, de Augusto Roa Bastos y El otoño del patriarca en Gabriel García Márquez.
Al cubano Alejo Carpentier le interesa un tipo de novela en la que mezcla acontecimientos históricos con un cuidado lenguaje barroco y musical. Importantes novelas suyas son Los pasos perdidos o El
Siglo de las Luces.
Jorge Luís Borges, argentino es uno de los escritores más importantes e influyentes del siglo XX. Sus relatos cortos recogidos en libros como
El Aleph; Historia Universal de la Infamia, o Ficciones presentan al mundo como un laberinto entre lo real y lo irreal, con límites siempre borrosos. Su impecable estilo se caracteriza por la precisión en la elección de léxico, la ironía constante y las insólitas asociaciones de palabras.
Juan Rulfo en los relatos de El llano en llamas presenta la miseria espantosa y la violencia el mundo rural mexicano, con técnicas narrativas muy innovadoras que utiliza también en su gran novela Pedro Páramo, evocación fantasmagórica de los temas obsesivos de Rulfo: el mundo rural, la violencia, la familia y sus tensiones, la miseria del campesinado, la guerra civil, y sobre todo el caciquismo que domina absolutamente la vida rural.
Lo más característico de los relatos cortos, recogidos en colecciones como Todos los fuegos, el fuego, Las armas Secretas etc., del argentino Julio Cortázar es como el elemento fantástico surge con absoluta naturalidad mezclándose con la vida cotidiana. Es uno de los escritores hispanoamericanos más influidos por el experimentalismo como se ve en La vuelta al día en ochenta mundos y sobre todo en Rayuela, su gran novela, una obra compleja que propone al lector varios modos diferentes de seguir la lectura, en ella se incluyen textos no novelescos, que van desde el ensayo hasta la crónica de sucesos. Una serie de personajes desarraigados buscan su identidad en lugares diferentes como París y en Buenos Aires y van representando a lo largo de la novela diferentes realidades y formas distintas de entender la vida.
Gabriel García Márquez es el más conocido de los autores hispanoamericanos, especialmente desde que le fuera concedido el Premio Nóbel. Desde las primeras novelas, La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba etc., busca la unión de lo real y lo fantástico, creando su particular mundo imaginario, Macondo, en donde transcurre también su obra maestra, Cien años de soledad. La obra es a la vez una síntesis de la historia de Macondo, íntimamente unida a la familia de los Buendía, que representa metafóricamente la historia de Colombia, de América Latina, y de la Humanidad en general.
Otros importantes escritores hispanoamericanos de este período son: Carlos Fuentes queen La muerte de Artemio Cruz reconstruye el violento mundo rural mexicano, el peruano Mario Vargas Llosa que en La Guerra del fin del mundo hace una recreación de las guerras internas latinoamericanas. El argentino Ernesto Sábato ha cultivado un tipo de novela en la que se interpolan largas reflexiones a la manera de verdaderos ensayos. Sobre héroes y tumbas es una visión apocalíptica de nuestro propio mundo, entregado a la violencia y a la destrucción.