Novecentismo y Vanguardias: Renovación Artística en España del Siglo XX

Novecentismo y Vanguardias en la Literatura Española del Siglo XX

En la segunda década del siglo XX, surgieron las vanguardias, un conjunto de movimientos artísticos caracterizados por su afán de renovación y de ruptura con los principios creativos anteriores. En España, se concretaron en dos movimientos: el novecentismo y las vanguardias.

Novecentismo

Los escritores representan a las clases medias urbanas, con interés por las novedades de la cultura europea y el enfoque reformista de los problemas sociales.

Características:

  1. Gran formación intelectual.
  2. Abordan el “problema de España” con mayor serenidad y menos dramatismo que la generación del 98.
  3. Obra elaborada y reflexiva, y se preocupan por la estética y la pulcritud formal de sus textos.
  4. Entienden la literatura como arte puro para las minorías cultas.
  5. Cultivan todos los géneros, destacando en el ensayo.

Es fundamental la figura de José Ortega y Gasset (1883-1956) en La deshumanización del arte (1925) e Ideas sobre la novela (1925), donde defiende una concepción del arte en la cual se elimina todo lo anecdótico y sentimental. Propone un arte puro donde cuentan más las cualidades formales; un arte intelectual. El eje central de la reflexión política y social de Ortega, expresado en Meditaciones del Quijote (1914) y España invertebrada (1921), es la europeización de España.

Otros ensayistas: Eugenio d’Ors (Oceanografía del tedio, de 1918), y Américo Castro (Elemento extraño en el lenguaje, de 1921, o La realidad histórica de España, de 1954).

En cuanto a la narrativa, los principales autores son Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala. Las novelas de Gabriel Miró (1879-1930) contienen descripciones de percepciones sensoriales y están faltas de acción. Su obra suele dividirse en una etapa decadentista (1901-1911), (Las cerezas del cementerio, de 1910), y una etapa novecentista (1912-1928), (El obispo leproso, de 1926). Ramón Pérez de Ayala (1880-1962) desarrolló una novela intelectual. Se distinguen dos fases: primera, aparece como un escritor realista (relatos autobiográficos) (A.M.D.G., de 1910); la segunda se decanta por un simbolismo caricaturesco (Tigre Juan, de 1926).

El máximo representante de la poesía novecentista es Juan Ramón Jiménez, que renovó el panorama poético y fue el maestro de la generación del 27. Señalamos tres etapas:

  • Etapa sensitiva (1898-1915): Marcada por la influencia de Bécquer, el simbolismo y el modernismo, y por una poesía emotiva y sentimental. Arias tristes (1902) y La soledad sonora (1911).
  • Etapa intelectual (1916-1936): Evolución espiritual, que prescinde de los elementos meramente ornamentales. Las obras más representativas son Diario de un poeta recién casado (1917) y Piedra y cielo (1919).
  • Etapa última o verdadera (1937-1958): Búsqueda de la belleza y la perfección. Animal de fondo (1949) y Dios deseado y deseante (1948-49).

Las Vanguardias

Primer tercio del siglo XX.

Características generales:

  1. Ruptura y revolución artística contra el arte del pasado.
  2. Originalidad y novedad absolutas, y rechazan las normas y las tradiciones.
  3. Búsqueda y experimentación de nuevas técnicas expresivas.
  4. Escasa duración.
  5. Se dan a conocer a través de distintos manifiestos.

Máximo impulsor de las vanguardias en España fue Ramón Gómez de la Serna. Es el creador de la greguería, que consiste esencialmente en una ingeniosa asociación de ideas o una metáfora insólita, resumida en una breve frase. El incongruente (1921) y El novelista (1923).

Los principales movimientos vanguardistas:

  • Futurismo: Impulsado por Marinetti, rompe con los cánones estéticos y los temas pasados. Es antirromántico, exalta la civilización mecánica y la técnica.
  • Cubismo: Arranca con Apollinaire y sus Caligramas: la disposición de los versos forma imágenes visuales.
  • Dadaísmo: Tristan Tzara abre paso al surrealismo; defendiendo la fantasía, la irracionalidad, el rechazo de la lógica.
  • Ultraísmo: Influencia dadaísta y futurista. Es un efímero movimiento español cuyo principal promotor fue Guillermo de Torre.
  • Creacionismo: Vicente Huidobro, con Horizon carré (1917) o Poemas árticos (1918). El poeta no busca imitar la realidad sino crearla dentro del poema.
  • Surrealismo: Es el más importante. Surge con André Bretón. Busca liberar los impulsos reprimidos por las convenciones morales y sociales, y hacer aflorar el inconsciente, lo irracional y lo onírico. Defiende la “escritura automática”, las asociaciones libres de palabras y las metáforas insólitas, para que aflore el “superrealismo”. Nuestros poetas no llegaron al extremo de la creación pura inconsciente, pero sí hubo liberación de la imagen, desatada de bases lógicas, y por lo tanto, un enriquecimiento del lenguaje poético; además de la irrupción de nuevo en literatura de lo humano, lo político y lo social.

A modo de conclusión, tanto el novecentismo como las vanguardias, conectan con lo que se ha dado en llamar la deshumanización del arte y de la literatura, y supone un corte respecto al localismo, el tradicionalismo, el costumbrismo y el casticismo que, aún en la generación del 98, caracterizaban a la literatura española.

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