Novecentismo y Vanguardias Españolas: Características y Contexto Histórico

Novecentismo y Vanguardias en España

Junto al Novecentismo, y paralelamente a él, surgen en España los diferentes movimientos de vanguardia. Uno y otros buscan una renovación de la literatura en oposición a los últimos alientos románticos que aún se encontraban entre los escritores del 98 y los modernistas. Ahora bien, mientras que el Novecentismo busca la ruptura por la vía de la intelectualización o “deshumanización” del arte, las vanguardias lo harán por el camino de la “rehumanización”.

El movimiento de vanguardia estuvo íntimamente ligado con el hombre y la vida. La vanguardia vino para liberar al hombre de la alienación que le imponían las nuevas sociedades industriales.

En un primer momento se pretende la liberación a través del escándalo, lo arbitrario, lo lúdico.

En un segundo momento se advierte que la liberación del hombre es, antes que nada, una liberación social, por lo que se pondrán al servicio ideológico de determinados planteamientos políticos.

En los últimos años de los veinte y primeros de los treinta, gracias a las vanguardias, nos situaremos en el orbe de una poesía impura o rehumanizada, en contraposición a los planteamientos puristas de la poesía simbolista francesa (Verlain) o deshumanizados (según Ortega y Gasset).

En el caso español las vanguardias no tienen ni la expansión, ni la riqueza, ni la radicalidad de las vanguardias europeas: los manifiestos, en comparación, son débiles y los autores que descuellan son unos pocos (Larrea, Gerardo Diego, Gómez de la Serna y pocos más). Además, las vanguardias en España podemos reducirlas a tres o cuatro nombres: el futurismo, el creacionismo, el ultraísmo (genuina manifestación de la vanguardia española) y el tan discutido surrealismo.


Principales Vanguardias Españolas

El Futurismo

Por lo general, el futurismo es omitido en la relación de vanguardias españolas. Es cierto que el futurismo tendrá en España muy poca incidencia, a pesar de su mayor cabida dentro del ambiente catalán, y que terminará asimilándose finalmente en el ultraísmo y en el creacionismo, incapaz de crear manifiestos propios, grupos, ni nombres propios significativos.

El Ultraísmo

Los orígenes del ultraísmo hay que vincularlos a un grupo de poetas que, en torno a 1918, buscan una nueva expresión poética que prescinda de todo lo anterior, especialmente del modernismo y de la influencia de Rubén Darío. Vinculados desde sus orígenes al futurismo italiano, reciben las influencias de sus manifiestos, publicados en España, asimilándolos con todas las innovaciones vanguardistas del momento: dadaísmo, expresionismo y cubismo.

Su intención de ir literalmente “más allá” en todos ellos producirá un movimiento que se acoge a la palabra latina “ultra”. Sin embargo, el movimiento no fue capaz de asentarse en unos planteamientos teóricos lo suficientemente sólidos como para afianzarse. La figura más destacable aquí es Rafael Cansinos-Assens, redactor del manifiesto fundacional del ultraísmo en 1918 y quien ejercerá un importante influjo en el poeta Guillermo de la Torre.

El Creacionismo

El origen del creacionismo en España lo situamos en la segunda visita del poeta chileno, Vicente Huidobro. A diferencia del ultraísmo, el nuevo movimiento de vanguardia venido de Francia se asentaba en unos sólidos presupuestos doctrinales orientados hacia un esencialismo que servirá de preámbulo para los poetas del 27. No en vano, es desde aquí desde donde poetas del 27 como Gerardo Diego inician su andadura poética.


El Surrealismo

El más importante. Surge en 1924 con el manifiesto de André Bretón. Pretende liberar con el arte los impulsos reprimidos por las convenciones morales y sociales, y hacer aflorar el inconsciente, lo irracional y lo onírico; liberar el poder creador del hombre.

Defiende la “escritura automática”, las asociaciones libres de palabras y las metáforas insólitas para transcribir sentimientos sin control racional, para que aflore el “superrealismo” mediante una auténtica expresión libre del lenguaje.

A Juan Larrea debe atribuirse la orientación surrealista de varios poetas del “27”. El influjo del Surrealismo lo reciben libros como Sobre los ángeles de Rafael Alberti, Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y buena parte de la obra de Vicente Aleixandre.

Nuestros poetas no llegaron al extremo de la creación pura inconsciente pero sí hubo liberación de la imagen, desatada de bases lógicas, y por lo tanto, un enriquecimiento del lenguaje poético; además de la irrupción de nuevo en literatura de lo humano, lo político y lo social.

En consecuencia, puede afirmarse que, aun no teniendo la fuerza que sí tuvo la vanguardia en otros países europeos, servirá en España de impulso hacia nuevas fórmulas literarias que, cierto es, quedarán truncadas con el advenimiento de la censura una vez finalizada la Guerra Civil.


Reseña: Luces de Bohemia (Obra del siglo XX anterior a 1939)

Contexto histórico-literario

Luces de Bohemia aparece publicada por primera vez en la revista España en 1920.

La obra se inscribe, por lo tanto, en el contexto de las distintas propuestas de renovación teatral que se fueron sucediendo durante el primer tercio de siglo. Frente a las propuestas teatrales modernistas, por un lado, y burguesas, por otro, Valle-Inclán desarrolla la propuesta conocida como esperpento y cuya primera manifestación dramática es, justamente, la obra que nos ocupa.

Mientras que el teatro modernista apostaba por unas fórmulas teatrales caducas siguiendo el modelo de Zorrilla, y mientras que el teatro burgués seguía los principios de un teatro realista de salón, Valle-Inclán explorará los caminos de una nueva forma de humor, basado en la potenciación de los procedimientos expresivos al servicio de una deformación grotesca de la realidad. Esta sería la tesis esencial del esperpento.

Así, mientras que el teatro de humor de la época está al servicio de la evasión, el humor esperpéntico conduce al espectador al meollo de su realidad viva, enfrentándolo al sinsentido y a lo grotesco de su propia realidad. La escena de los espejos cóncavos del callejón del Gato que describe Luces de Bohemia es la mejor metáfora de esta idea.


Características esenciales

Todo en Luces de Bohemia está cargado de significado y todo resulta relevante: la trama, los personajes, el lenguaje, la estructura.

La obra desarrolla la última noche en la vida de Max Estrella. Acompañado de su amigo, don Latino, ambos inician un viaje en forma de descenso a los infiernos de aquel Madrid miserable, violento, cruel, hipócrita y contradictorio. Como el infierno de Dante, el viaje de Max Estrella también es circular.

Acotando la obra en sus aspectos temáticos, a través de Max Estrella, Valle-Inclán hace una revisión irónica y altamente crítica de la sociedad española de su tiempo, donde nada queda a salvo: la corrupción política y judicial, la malversación de fondos, la policía, el gobierno de Maura, las injusticias, la falta de higiene y de cultura del pueblo español, la prostitución de menores, el egoísmo cruel de los que se hacen pasar por amigos, la necesidad el hambre, la vida bohemia, el periodismo, las ciencias ocultas…, solo defiende el anarquismo, revistiendo de dignidad al joven revolucionario que morirá fusilado y a la madre con el hijo muerto en brazos.

Esas son las únicas escenas no esperpénticas, pero terriblemente trágicas que vemos en la obra. De esta manera, Valle arremete en su obra contra toda España, desde el rey hasta el último bohemio de palabrería hueca.

Conclusión

Aunque Valle-Inclán no pudo alcanzar en vida el aplauso del público, su genial contribución al teatro de la época lo llevaron a la vanguardia más moderna del teatro europeo y servirá de inspiración para el teatro experimental de los años setenta.

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