Narrativa Española Primeras Décadas del Siglo XX – Generación del 98
La narrativa de las primeras décadas del siglo XX estuvo marcada por la existencia de una generación destacada de autores, tradicionalmente estudiada bajo la denominación de Generación del 98.
El término Generación del 98 se debe a Azorín. Las preocupaciones de estos autores se centraron en el problema de España y en cuestiones filosóficas, principalmente.
Los autores de esta época comparten varios requisitos. Existe entre ellos una escasa diferencia de edad, ya que todos nacieron entre 1864 y 1875. Algunos adoptaron posturas revolucionarias, socialistas y anarquistas en su juventud. Los une el desastre general de 1898, en el que España perdió sus colonias, evento que da nombre a la generación.
La influencia de los regeneracionistas, preocupados por sacar a España de la decadencia, es notable. Los autores reciben influencias extranjeras como la de Nietzsche y se advierte el influjo de la Edad Media, los clásicos y, de épocas precedentes, Larra.
Se prefieren los géneros narrativos porque permiten expresar el pensamiento con profundidad y por sus posibilidades comunicativas. Introdujeron innovaciones importantes, como en la novela, donde ya no se preocupan por la acción ni los personajes, sino por el tema y el contenido. El autor se refleja mediante el diálogo. Renuevan el ensayo, ya que permite tratar múltiples problemas. Sin embargo, el teatro presenta escasa renovación, a excepción de Valle-Inclán.
Los temas principales tratados son el tema de España y las preocupaciones existenciales, demostrando amor hacia el país y denunciando su atraso. Estos temas guardan relación con aspectos como el paisaje.
A partir de 1905, indagan en el pasado para buscar los valores intrínsecos de Castilla y España. Les atrajo lo que Unamuno califica como intrahistoria, la historia verdadera de los pueblos.
Esta generación siente desazón por el mundo que les ha tocado vivir. Se preguntan por el sentido de la existencia y, al no hallar respuestas, padecen una profunda angustia vital, influenciados por Schopenhauer, Nietzsche y Kierkegaard.
Para expresar estas ideas, se utiliza sobre todo una prosa sencilla y natural, alejada del barroquismo y de la retórica de románticos y modernistas, con una gran preocupación por la expresión correcta.
Todos los autores acusan un fuerte individualismo.
Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno escribió una obra muy abundante, entre la que destaca San Manuel Bueno, mártir. Sobresale por el concepto de intrahistoria, que introduce con su primera novela Paz en la guerra, a la que llamó nivola.
Pío Baroja (1872-1956)
Pío Baroja, miembro de la Real Academia Española, creó una obra propia de un inconformista en desacuerdo con la organización social y política de su época, defendiendo la acción y la lucha como ideales de vida. La mayor parte de su producción está constituida por novelas, memorias y ensayos.
En él, pueden distinguirse tres etapas:
- Primera etapa: hasta 1912, escribe sus obras más importantes y muestra una visión negativa de la vida, como en El árbol de la ciencia.
- Segunda etapa: con las Memorias de un hombre de acción, protagonizadas por un antepasado real de Baroja.
- Tercera etapa: publica una colección de memorias personales.
En general, su obra se caracteriza por un estilo enérgico y directo, con expresiones populares.
José Martínez Ruiz, «Azorín»
José Martínez Ruiz, conocido como Azorín, escribió ensayos, artículos de crítica literaria y algo de teatro. Sus ensayos y novelas son estampas en las que escasea la acción. En su producción destaca La voluntad. Puede considerarse el creador de la prosa contemporánea.
Ramón del Valle-Inclán
Ramón del Valle-Inclán escribió poesía, teatro y novela. En su producción se distinguen dos etapas: la etapa modernista y la etapa de las sonatas. Crea los esperpentos para mostrar su compromiso social y su rechazo de un mundo que aborrece. Su obra más significativa, Luces de Bohemia, la subtituló esperpento.
Antonio Machado
Antonio Machado estuvo marcado por la muerte de su esposa Leonor, que lo sumió en una profunda crisis que marcó su vida y obra. Pertenece a esta generación por la temática, pese a que escribe poesía. Se inició con Soledades, galerías y otros poemas, que presenta temas universales como la muerte, Dios…
En Campos de Castilla aparecen temas como la preocupación por España o el paisaje castellano (para reflejar sus estados de ánimo).
En sus obras posteriores se dan más los temas filosóficos. Entre sus últimos textos poéticos destaca Canciones a Guiomar, basado en su amor por Pilar Valderrama y escrito durante la Guerra Civil.