Contexto Histórico del Modernismo y la Generación del 98
Europa vivía un periodo de inestabilidad que desembocó en la Primera Guerra Mundial. España era un país atrasado. Se intentó regenerar el país. El interés recayó en la educación como vía de regeneración. En la literatura abundaron los impulsos renovadores. Se llamó “modernistas” a los jóvenes escritores movidos por esta ansia de renovación, poetas en la búsqueda de la belleza: se propusieron una renovación estética. Los prosistas dieron cabida a los problemas del momento y recibieron el nombre de Generación del 98. Buscaban una renovación literaria.
Modernismo
Movimiento de ruptura con la estética vigente. Rubén Darío publica Azul, que supone la obra inaugural del movimiento que le convirtió en padre del Modernismo, con una modernización de recursos expresivos y cuidado del ritmo. En el prólogo de Prosas profanas formula las bases de la nueva estética. Evoluciona hacia un tono más reflexivo y abandona el preciosismo en Cantos de vida y esperanza (1905), poesía trascendental en la que reflexiona sobre la vida y en la que aparecen junto a lo pagano y lo erótico tonos graves. También aparece su preocupación social.
La influencia francesa es fundamental. Hubo dos movimientos claves:
- Parnasianismo: se instaura el culto a la perfección formal y una poesía serena y equilibrada de formas puras y escultóricas. Reaparecen los temas predilectos.
- Simbolismo: idealismo poético, el mundo sensible no es más que el reflejo de las realidades escondidas, y la misión del poeta es descubrirlas, los versos se llenan de misterios, sueños y símbolos. Lenguaje fluido y musical.
Temas del Modernismo
Exterioridad sensible y la intimidad del poeta. Desazón romántica de soledad. Las pasiones y lo irracional. Escapismo. Contraste entre amor y erotismo.
Estética del Modernismo
El enriquecimiento estilístico apunta a: la brillantez y los grandes efectos y lo delicado. Se valdrán de recursos estilísticos e innovaciones métricas.
Autores del Modernismo
- Ramón María del Valle-Inclán: Abarca todos los géneros y nos muestra una profunda evolución. Evasión hacia la belleza y distorsión de la realidad: el esperpento. Sonatas son la cima de la prosa modernista. Religiosidad y erotismo.
- Antonio Machado: Combina romanticismo y simbolismo, con una depuración estilística. Soledades, galerías y otros poemas es un modernismo intimista. Poeta existencial, recuerdos nostálgicos del pasado, el paisaje y el amor. Campos de Castilla.
- Manuel Machado: Destaca con su hermano en la poética modernista con Tristes y alegres o Alma con un simbolismo y el andalucismo colorista y sensual.
- Juan Ramón Jiménez: Lleva a cabo un ejercicio de depuración que dará lugar a una poesía difícil y hermética. Almas de violeta, Ninfeas.
Generación del 98
Jóvenes con espíritu de protesta, amor al arte e influencias del parnasianismo. Destacan por el autodidactismo, y participaron en actos colectivos propios. En 1901 el “grupo de los tres” publica un Manifiesto con el fin de cooperar a la generación de un nuevo estado social: Sólo la ciencia social puede mejorar la vida de los miserables.
En 1905 se inicia un giro hacia posturas netamente idealistas. La preocupación por España sigue siendo clave, pero ahora desde la actitud contemplativa del soñador o desde un escepticismo desconsolado.
Autores de la Generación del 98
1. Miguel de Unamuno (1864-1936)
Cultivó todos los géneros literarios en torno a dos ejes temáticos: España y el sentido de la vida humana. En la novela, dio una renovación. Niebla, la subtitula nivola como reacción a la crítica: se trata de una narración breve sin descripciones, el diálogo juega un papel fundamental y sus personajes son agonistas.
2. Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)
Después de Sonatas se aleja del Modernismo para preocuparse por el pueblo. Lenguaje fuerte y agrio, pero musical y brillante. Con el esperpento, cuyo máximo exponente es su obra teatral Luces de bohemia. Pone su estética al servicio de las ideas del 98: lo trágico y lo grotesco se mezclan. Deforma la realidad para realizar un profundo análisis crítico de la sociedad.
3. José Martínez Ruiz, “Azorín” (1873-1967)
Se obsesiona por el tiempo. Es contemplativo y nostálgico que vive para evocar. En sus novelas se difumina la línea entre novela y ensayo, apenas hay trama y personajes fracasados y sensibles.
La voluntad, Azorín y Confesiones de un pequeño filósofo.
4. Pío Baroja (1872-1956)
Pesimismo e individualismo. Se dedicó a la novela. Sus personajes son reflejo del autor. Pesimismo existencial: escepticismo. El mundo carece de sentido, la vida es absurda y no alberga ninguna confianza en el hombre.
En cuanto al estilo, la tendencia antirretórica. Destacan sus descripciones impresionistas y la autenticidad de los diálogos.
Camino de perfección y Memorias de un hombre de acción.