Modernismo, Generación del 98 y Vanguardias: Literatura Española e Hispanoamericana

Literatura de Fin de Siglo: Modernismo y Generación del 98

Hasta no hace mucho, se separaban ambos movimientos y se consideraba que el primero era propio de la poesía y el segundo de la prosa. Actualmente, se prefiere hablar de un solo movimiento literario bajo el epígrafe de Literatura de fin de siglo. El Modernismo rompe con la estética anterior y abarca hasta la Primera Guerra Mundial. Recibe influencias de Francia (Parnasianismo y Simbolismo), de EE. UU. (Edgar Allan Poe y Walt Whitman) y de España (Bécquer). Como temas, destacan la desazón romántica, el escapismo, el cosmopolitismo, el amor y el erotismo, el indigenismo y lo hispánico. En el lenguaje, dan gran importancia a los valores sensoriales, especialmente al color. En la métrica, utilizan formas clásicas adaptadas a los nuevos tiempos.

Sus principales representantes son Rubén Darío (Prosas profanas), Antonio Machado (Soledades, Galerías, y otros poemas) y Valle-Inclán (Sonatas).

La Generación del 98

La Generación del 98 se caracteriza por su inconformismo y rebeldía frente a la realidad de su época. Se preocupan por el tema de España; muestran gran interés por los clásicos y su estilo es cuidado y tendente al antirretoricismo.

Formada en un inicio por el llamado Grupo de los Tres (Azorín, Baroja y Maeztu), que tenían como mentor a Unamuno. A ellos se unen algunos grandes escritores como Antonio Machado y Valle-Inclán con alguna de sus obras. En sus ideas, pasan del anarquismo al conservadurismo y lamentan especialmente la situación de España a raíz de la guerra de Cuba (de ahí el nombre de Generación del 98).

Escriben principalmente novela, aunque algunos también tienden al ensayo. Ejemplo de ello es Unamuno y su Del sentimiento trágico de la vida. Sus novelas tienen características comunes como la presencia de personajes insatisfechos y derrotados o las reflexiones sobre la realidad de su época. Desde el punto de vista temático, destacan el tema de España (enfocado desde una visión subjetiva e individualista) y el tema existencial (todos se preocupan por el sentido de la vida). En el estilo, rechazan la expresión retórica y defienden la vuelta a la sencillez.

Como autores más representativos, tenemos a Unamuno (San Manuel Bueno, mártir), Baroja (El árbol de la ciencia, La busca) y Azorín (La voluntad). En el género lírico, destaca Antonio Machado con su obra Campos de Castilla, en la que reflexiona sobre España.

El Teatro a Comienzos del Siglo XX

En cuanto al teatro, a comienzos del siglo XX luchan dos teatros bien diferenciados: un teatro comercial, que continúa la línea del teatro del XIX, y otro innovador.

Teatro Comercial

Dentro del teatro comercial, se pueden distinguir tres tipos:

  • Teatro poético: Ensalza el pasado histórico. Fue superficial y vacío. Eduardo Marquina con Las hijas del Cid.
  • Teatro cómico: Su finalidad es hacer reír. Se observan tres corrientes:
    • Sainete: personajes estereotipados, escenas costumbristas, chistes…
    • Tragicomedia grotesca: personajes ridículos con intención moralizadora.
    • Astracán: única finalidad es la carcajada.

    Como autores, los hermanos Álvarez Quintero (El Patio), Carlos Arniches (La señorita de Trevélez) y Muñoz Seca (La venganza de don Mendo).

  • Comedia burguesa: Teatro realista cuya misión es mostrar el comportamiento y costumbres de la burguesía. La crítica contra los vicios de la clase dominante es muy leve. El principal autor es Jacinto Benavente, entre cuyas obras tenemos Los intereses creados.

Teatro Innovador

Por otro lado, encontramos un teatro innovador que reúne a autores que exploran nuevos caminos lejos de lo convencional. Encontramos varios tipos:

  • Teatro de la Generación del 98: Unamuno y Azorín escribieron teatro, pero ninguno de los dos triunfó. Sus obras son tan densas que parecen más ensayos que teatro.
  • Teatro vanguardista: En esta corriente, tenemos a Jacinto Grau (El señor de Pigmalión) y a Gómez de la Serna (Los medios seres), cuyas obras están marcadas por el erotismo y la crítica a los convencionalismos sociales.
  • Valle-Inclán y el Esperpento: Es el genio de la escena española. Con el Esperpento, pretende una deformación de la realidad para ofrecer de esta una imagen grotesca. Protesta contra la sociedad burguesa y muestra sus aspectos más corruptos. Deforma también el lenguaje y mezcla el lenguaje refinado y culto con las expresiones más vulgares. Su obra maestra fue Luces de Bohemia.
  • García Lorca utilizó todo tipo de géneros dramáticos como la farsa, la comedia popular, el guiñol o las tendencias más innovadoras. En su esplendor, creó obras maestras del teatro español donde expresó las grandes pasiones humanas de forma desgarradora. Entre estas obras, tenemos Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba.

Las Vanguardias: Contexto y Características Generales

En los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, las Vanguardias surgen en Europa, extendiéndose desde Francia y Alemania al resto del mundo occidental, y afectan a todas las manifestaciones artísticas: pintura, literatura, música y cine. Se considera un movimiento de reacción contra la cultura anterior. Así surgen los ismos vanguardistas, que son movimientos artístico-literarios que rompen con los movimientos anteriores, presentan una absoluta libertad en el aspecto formal y presentan un tono juvenil y optimista.

Principales Ismos Vanguardistas

Futurismo

Nace en 1909 de la mano de Marinetti. Se caracterizan por ser antirrománticos y exaltar las conquistas de la técnica. Por ello, sus temas preferidos son las máquinas, los coches, las fábricas… En lo estético, pretenden una desaparición del adjetivo y del adverbio y una destrucción de la sintaxis. En Italia, desemboca en el Fascismo. En España, apenas logró echar raíces excepto en algunas composiciones de Pedro Salinas (poemas sobre coches, máquina de escribir, el teléfono…) o de Rafael Alberti (le dedica un poema a un futbolista).

Cubismo

Nace en 1907 en pintura con la obra de Picasso Las señoritas de Avignon. Defiende la descomposición de la realidad en figuras geométricas. En 1913, aparece el cubismo literario con Apollinaire. Se procede a deshacer la realidad para recomponerla libremente mezclando conceptos e imágenes. Así, sus obras son imágenes visuales conseguidas mediante la disposición tipográfica de los versos. Consideran la actividad literaria como una actividad lúdica y jovial. Transgreden las normas ortográficas, sintácticas y métricas y adoptan la forma del Caligrama. En España, se aprecia su huella en los escritores Gerardo Diego, Jorge Guillén o Luis Cernuda.

Dadaísmo

Creado por Tristan Tzara. Su nombre alude al balbuceo infantil. El movimiento es pura rebeldía; presentan una actitud marcada por el inconformismo y defienden todo aquello que vaya contra la lógica, las convicciones estéticas y sociales, contra la racionalidad y el sentido común y contra la sociedad. Por tanto, defiende liberar la fantasía de cada individuo y la creación de un lenguaje incoherente, libre y sin sentido. En España, apenas tuvo relevancia.

Creacionismo

Aparece en 1918 de la mano del poeta chileno Vicente Huidobro con la teoría del poema creado, que es el que presenta un hecho que no tiene correspondencia con el mundo circundante. Para conseguir esto, cultivan el juego de azar en las palabras. Rompen con los procedimientos lingüísticos tradicionales, prescinden de los signos de puntuación, inventan palabras y crean imágenes de gran originalidad. Sus principales representantes son el peruano César Vallejo y los españoles Juan Larrea y Gerardo Diego.

Ultraísmo

Es un movimiento que se desarrolla en el ámbito hispano impulsado por Cansino-Assens y Guillermo de la Torre. Tienen influencia del futurismo. Abandonan los elementos sentimentales, musicales y emotivos y los sustituyen por temas más industrializados. Crean una poesía basada en el culto a la imagen y a la metáfora. En España, su principal representante es Guillermo de la Torre (Hélice) y Gerardo Diego (Manual de Espumas). En Hispanoamérica, su principal representante es Jorge Luis Borges, que crea una poesía llena de símbolos y paradojas (Fervor de Buenos Aires).

Surrealismo

Supone la revolución más importante en la literatura durante el siglo XX. Este ismo fue creado en 1919 por André Breton. Defiende la libertad total del hombre, tanto de los impulsos reprimidos del subconsciente (Freud) como de la explotación a la que le somete la sociedad burguesa (Marx). Hay que acceder a una realidad más alta, a una super-realidad (sur-realité) que se halla en el fondo de la conciencia humana. El poeta debe crear de forma automática, incontrolada, asociando ideas e imágenes libremente, prescindiendo de la lógica. El lector no comprende, sino que recibe impactos que suscitan en él ciertas emociones. En España, tuvo gran repercusión gracias a la labor de Juan Larrea. Son surrealistas obras como Poeta en Nueva York de García Lorca o Sobre los ángeles de R. Alberti. En Hispanoamérica, destacan las figuras de César Vallejo (Trilce) y de Octavio Paz (Águila o sol). No hay que olvidar dentro del movimiento vanguardista a Ramón Gómez de la Serna y sus Greguerías, que él mismo definía como humorismo más metáfora y donde presenta una visión personal, sorprendente, aguda y frecuentemente humorística de algún aspecto de la realidad.

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