Influencias del Modernismo
La literatura francesa es la influencia principal:
- El Parnasianismo: Su iniciador fue Théophile Gautier y apoya el ideal del “arte por el arte”. Su objetivo es la perfección formal y su inspiración, el gusto por las líneas puras y escultóricas. Los poetas pretenden evadirse de la realidad y embellecer lo que les rodea de manera idealizadora, superando la vulgaridad.
- El Simbolismo: Es una corriente de idealismo poético cuyo iniciador es Baudelaire. Sus planteamientos se oponen a los del Parnasianismo, ya que no comparten la visión fría y objetiva de este. Se inicia en 1886. Busca una poesía subjetiva, y el lenguaje utilizado es fluido y musical. Los simbolistas franceses más destacados son Verlaine, Rimbaud y Mallarmé.
También el Romanticismo y la literatura española influyen, como la poesía simbólica de Bécquer.
Temas del Modernismo
El poeta incluye en sus poemas aspectos relacionados con la exterioridad sensible, pero también con su intimidad. Los temas más frecuentes son:
- El Individualismo: Todo aquello que afecta a la personalidad del poeta se presenta de forma melancólica y angustiada. Esto le lleva al alejamiento de la realidad y da entrada a lo irracional y lo fantástico, por lo que cobra relevancia el gusto por lo decadente en un contexto de malestar e insatisfacción que llega, en algunos casos, a la angustia existencial. Algunos autores representativos son Juan Ramón Jiménez y Unamuno.
- El Cosmopolitismo: Los modernistas se sienten ciudadanos del mundo. Es muy particular París, que es donde se producen todas las novedades artísticas y un tipo de vida bohemia alejada de la burguesa.
- El Escapismo y el Exotismo: Se evaden de una realidad que les resulta hostil y los lleva a evitar la mediocridad que hay en la sociedad. Algunos poetas optan por una poesía introspectiva e intimista, pero la mayoría plantea una evasión en dos planos: el espacial y el temporal. La huida hacia lo exótico y lo misterioso; en el tiempo, prefieren la referencia al pasado, lo mitológico que se concreta en alusiones a dioses o ninfas, y el símbolo de elegancia es el cisne.
- El Amor, la Sensualidad y el Erotismo: El amor imposible, idealizado y angustiado es el planteamiento que prevalece en la primera fase. El erotismo es más propio de la segunda fase y revela un deseo de alejamiento de la moral burguesa y un modo de crear belleza. La femme fatale (mujer fatal) aparece como un mito.
- América y España: Los temas indígenas y las alusiones al pasado americano prehispánico oponen a estos autores al referente histórico español. La presión de EEUU y la imposición de su lengua y cultura potencia el acercamiento a lo español, sobre todo al ideal del panhispanismo.
Rubén Darío
Viajó a España en 1892 como enviado al IV centenario del descubrimiento de América. Su regreso a España en 1898 lo consagró como un maestro poético. En 1900 se instala en París.
Los temas que trata evolucionan de lo cotidiano a lo exótico, ya que la acción se sitúa en lugares exóticos y tiempos remotos. El amor se trata desde la perspectiva erótica y sensual. El cromatismo y la preocupación musical definen su estilo. Renueva el léxico poético mediante la utilización de arcaísmos y neologismos.
Obras destacadas:
- Azul (1888): Se trata de una obra de poemas y cuentos escritos con gran elegancia y es una de las principales influencias del parnasianismo. Esta obra consta de tres partes: dos de ellas están escritas en prosa y una en verso.
- «Cuentos en prosa»: Son narraciones breves con influencia parnasiana.
- «En Chile»: Está formado por varios cuentos con motivos mitológicos y gusto por lo oriental.
- «El año lírico»: Contiene temas habituales del modernismo como el amor, la sensualidad y la creación artística; se ambienta en mundos lejanos, exóticos y misteriosos.
- Prosas profanas (1896): Aparecen en ella abundantes innovaciones métricas y empleo de neologismos. Está escrita totalmente en verso y predomina el color y la musicalidad.
Antonio Machado
Características
Ideológicamente se sitúa en el liberalismo reformista; su postura será más radical con el transcurso del tiempo. Esta trayectoria es opuesta a la de otros autores de la Generación del 98. Políticamente también evoluciona notablemente. Sus primeros poemas poseen cierto tono becqueriano, se adentra más adelante en el modernismo y es muy influenciado por el simbolismo francés.
Obras poéticas
- Soledades (1903): Se amplía en 1907 y su título definitivo es Soledades, galerías y otros poemas. La influencia de Rubén Darío es evidente, aunque Antonio Machado se preocupa más por el contenido intimista, por lo que se desvela cierta influencia romántica. En la edición de 1907 se suprimen algunos excesos modernistas. Los temas son: el tiempo, la muerte y Dios. También hay recuerdos de la infancia, el amor soñado, el paisaje… Su símbolo principal es el curso del agua como símbolo del ciclo vital. La forma de recuperar el pasado es el sueño, que es enfrentado con la realidad. El modernismo se manifiesta en aspectos métricos (versos decasílabos y alejandrinos).
- Campos de Castilla: La primera edición es de 1912 y otra posterior en 1917; la primera es anterior a la muerte de Leonor. Expresa su inconformismo con la situación social mediante la idealización del paisaje castellano. Toma Castilla como marco para su búsqueda intimista y sus poemas reflexionan sobre los enigmas del hombre y del mundo; esta reflexión se centra en las gentes y el paisaje de Castilla. El paisaje es subjetivo por la selección que el autor ha realizado previamente de ese paisaje, ya que prefiere lo austero, lo pobre y lo místico. Proyecta sus propios sentimientos sobre estas tierras y esto sugiere soledad, fugacidad de la vida… Las descripciones son muy concretas y se convierten en meditaciones. Ve a España a través de Castilla.
- Nuevas canciones: No lo publica hasta 1924 (no 1942). Recupera temas del libro anterior y añade la inquietud existencial y la búsqueda de su propia identidad. La filosofía determina la parte más característica: “Proverbios y cantares”, que son 103 poemillas breves conceptuales.
- Últimas canciones: Escribe las Poesías Completas en 3 ediciones: 1928, 1933 y 1936. Añade algunos poemas nuevos como “El cancionero apócrifo”. En sus últimos poemas destacan las “Canciones a Guiomar”, inspiradas por Pilar de Valderrama. Esta mujer tuvo su primer encuentro con el poeta en Segovia. Las primeras canciones manifiestan una presencia fugaz de la amada y en las últimas el tono se hace más angustiado y sombrío.
Obra en prosa
- Juan de Mairena: Atribuye a este personaje ficticio una serie de artículos o diálogos, los cuales fueron publicados en la prensa desde 1934. Se mezclan la ironía y el rigor.
- Los complementarios: La poesía, la filosofía y la política eran los temas elegidos para ser desarrollados. Sus escritos fueron recogidos póstumamente en 1957.
Valle-Inclán: Novela Modernista
La obra de Valle-Inclán sufre una notable evolución estética que va desde el modernismo al esperpento:
- 1ª etapa: Modernismo. Su prosa se halla impregnada de lirismo y poesía; es afectada y preciosista. La obra que destaca en esta etapa es Las Sonatas, formada por cuatro libros que se corresponden con las fases vitales del marqués de Bradomín. Crea el marco adecuado para las distintas fases del protagonista y predomina la musicalidad, la poesía y se fusionan lo religioso con lo pagano.
- 2ª etapa: Evolución. Busca un estilo personal. Las Comedias bárbaras constituyen un género híbrido entre la novela y el teatro. Las novelas de Las guerras carlistas pretenden defender el carlismo de un modo idealizado.
- 3ª Etapa: El esperpento. Con el comienzo de los años 20, traslada una óptica deformadora a todas sus obras, sea cual sea el género en el que escriba. En Tirano Banderas (1926), es la esperpentización de la dictadura y sus brutales consecuencias. En El ruedo ibérico (debían ser 9 volúmenes, pero no llega a terminarlo por su muerte), son narraciones documentadas de la historia y la vida de España en la época de Isabel II en vísperas de la revolución de 1868 (no 1864); en ellas satiriza a la reina y a su corte.
Autores del 98: Pío Baroja
Su pesimismo y amargura son claves en su vida. Sus ideas están emparentadas con el existencialismo, de ahí su escepticismo religioso y la creencia en lo absurdo de la existencia. Se aprecian aspectos del Romanticismo y Modernismo; prevalece la angustia y la desesperación. También modernista puede considerarse su impresionismo descriptivo, y del Naturalismo recoge la perspectiva determinista del mundo.
Considera la novela como un género permeable en el que cabe todo. Lo importante en los argumentos son las anécdotas y los episodios que incitan a su reflexión. Su estilo se caracteriza por la espontaneidad. Su prosa es rápida, ágil y amena, y son muy importantes sus descripciones: pinturas rápidas de carácter impresionista. La sencillez en su estilo se manifiesta en su preferencia por la frase corta y el párrafo breve.
Sus novelas se agrupan en trilogías:
- Tierra vasca: La casa de Aizgorri (1900), El mayorazgo de Labraz (1903) y Zalacaín el aventurero (1909). Esta última novela de acción relata las aventuras de un joven simpático en el ambiente de las guerras carlistas.
- La vida fantástica: Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox (1901), Camino de perfección (pasión mística) (1902) y Paradox rey (1906).
- La lucha por la vida: La busca (1904), La mala hierba (1904) y Aurora roja (1905). Presentan un análisis desgarrado de los bajos fondos de Madrid a finales del siglo XIX y principios del XX, incorporando crítica social.
- La raza: La dama errante (1908), La ciudad de la niebla (1909) y El árbol de la ciencia (1911). En El árbol de la ciencia, el protagonista es Andrés Hurtado, un hombre pesimista incapaz de superar la superstición que le hace creerse un pecador. La visión desolada de la vida intelectual, social, política y económica característica de esta novela, considerada como la mejor de Pío Baroja, encontramos también sentimiento de fracaso y el reconocimiento del absurdo de la vida.
Entre 1913 y 1935 desarrolló una serie narrativa más extensa que lleva como título general Memorias de un hombre de acción, integrada por 22 novelas protagonizadas por Eugenio de Aviraneta, un dinámico personaje del siglo XIX, conspirador de pensamiento liberal, antepasado del autor. A Baroja le interesan más que los hechos históricos, la intriga, la acción, la aventura…
Jacinto Benavente
En 1922 se le concedió el Premio Nobel de Literatura; por entonces, su estilo era reprobado por los intelectuales. Comenzó su obra con El nido ajeno (1894), una crítica, quizás excesiva para la época, de la sociedad burguesa que se centraba en la situación represiva de la mujer casada. Se abandonaba el verso y predominaba el diálogo; su representación fracasó.
Benavente supo encontrar un punto crítico adecuado que podía poner de manifiesto defectos fácilmente justificables o comprensibles. Sus incondicionales lo eran porque oían en sus obras lo que querían oír; el sector tradicionalista encontró en la comedia de salón iniciada por él un sustituto ideal. Una característica típica de Benavente es reflejar la realidad, y las obras de mayor calidad son las que más se alejan de esta pretensión. Algunas obras destacadas son Los intereses creados (1907) y La Malquerida (1913).
Su producción dramática se suele clasificar en varios grupos atendiendo a los lugares escénicos en los que se desarrolla la acción.
Teatro Renovador: Valle-Inclán
- Primera etapa: Modernista. De carácter más evasivo, con un estilo brillante y actitud rebelde. Sus obras de esta fase son idealizadas y estetizantes, por lo que resultan convencionales y retóricas. Algunas obras son Cuentos de abril (1910) y Voces de gesta (1911, no 1910).
- Segunda etapa: Evolución (Ciclo mítico). Las Comedias bárbaras constituyen un género híbrido entre la novela y el teatro. Poseen una estructura técnica teatral y se caracterizan por un lenguaje concentrado y el diálogo. Es una trilogía formada por Cara de Plata (1922), Águila de Blasón (1907) y Romance de lobos (1908). Cada personaje encarna un impulso elemental humano. El ciclo culmina con Divinas palabras (1920), en las que seres diabólicos dominados por la avaricia desencadenan todos los conflictos. Por esas fechas, Valle desarrolla una serie de farsas.
- Tercera etapa: El esperpento. Con la primera versión de Luces de bohemia (1920), Valle-Inclán da nombre a su nuevo género: el esperpento. Consiste en la deformación sistemática de personajes y valores, un método para analizar críticamente la España contemporánea. Los personajes son seres grotescos. Algunas características del esperpento son:
- Visión distanciada y objetiva de cosas y acontecimientos; no hay subjetividad y aparece un mundo frío.
- Elimina todo contenido psicológico; lo humano se cosifica, se despersonaliza.
- El autor-narrador plantea los acontecimientos desde una perspectiva superior, como un demiurgo que mueve marionetas.
- El lenguaje se hace conciso y sintético; pretende una deformación caricaturesca. Es un lenguaje rico que se manifiesta en la utilización de registros diferentes.
- Las acotaciones poseen un elevado valor literario.
- Abundan los contrastes.
- Aparecen numerosos personajes y hay frecuentes cambios de espacio y tiempo entre las escenas.
La trilogía Martes de carnaval, integrada por Los cuernos de Don Friolera (1921), Las galas del difunto (1926) y La hija del capitán (1927), es una de las más claras manifestaciones del teatro esperpéntico. La primera es una parodia de los dramas de honor calderonianos. La segunda caricaturiza la figura de Don Juan y la última enlaza la crítica al golpe de Primo de Rivera con un crimen.
Teatro de la Generación del 27: Lorca
Destaca por su actitud innovadora y aportó al teatro ideas novedosas. Para Lorca, el teatro debía ser la síntesis de la poesía y la realidad. También concedía gran relevancia al ingrediente didáctico, así como a su valor comunicativo y a su repercusión social y moral.
El tema central es el hondo malestar y el dolor de vivir, que está aderezado por el amor frustrado, el conflicto entre el deseo y la realidad, el enfrentamiento entre la autoridad y la libertad. Su teatro está totalmente inspirado en la España de su época, por lo que toma la figura de la mujer como motivo en torno al cual se desarrollan los acontecimientos.
La influencia del teatro modernista se deja notar, aunque también marcarán su influencia el drama rural, Shakespeare, el teatro de títeres… Esta diversidad de influjos determina la diversidad de géneros que abarcan la obra dramática de Lorca.
El estilo de sus obras es mezcla de verso y prosa. El diálogo cobra mayor riqueza progresivamente y el lenguaje en él utilizado refleja el gusto por lo popular y el arte poético.
La trayectoria teatral se divide en 3 etapas:
- Los comienzos (años 20): En el teatro juvenil, su primera obra es El maleficio de la mariposa (1920), con elementos simbolistas y románticos; el tema es el amor imposible. Sin embargo, la obra fracasó. Algunas piezas breves inspiradas en el guiñol son Títeres de cachiporra (1922), o las farsas de guiñol como Tragicomedia de Don Cristóbal y la señá Rosita (1923); todas ellas presentan de forma simplificada instintos y pasiones humanas. En la misma línea de farsa encontramos La zapatera prodigiosa (1930). En 1927 (no 1923) había obtenido un gran éxito con Mariana Pineda. Escrita en verso, el tema era la heroína granadina ajusticiada por bordar una bandera liberal; cobró resonancias antidictatoriales, y hay influencia del teatro histórico modernista. La lírica domina lo dramático. Expresa la imposibilidad de liberación del hombre.
- La experiencia vanguardista (principios de los 30): La segunda etapa dramática del poeta viene marcada por una crisis personal que se observa en Poeta en Nueva York. Coincide con los primeros años de la República y con su trabajo en La Barraca. Las «comedias imposibles» son llamadas así por Lorca por la dificultad que entrañaba su representación. El Surrealismo es el movimiento estético que predomina en ellas. El público (1929-30) presenta una gran complejidad y Así que pasen cinco años (1931).
- Época de plenitud (últimos años): La tercera etapa de Lorca se caracteriza por el neopopularismo: son tragedias de ambiente rural. La intención social está presente en todas ellas. La mujer ocupa el puesto central al lado de otras criaturas marginadas. Algunas obras son Bodas de sangre (1933) o Yerma (1934).
Las Vanguardias («Ismos»)
Ismos de Europa
- Cubismo: Nace como un movimiento pictórico en 1907. Lo impulsará literariamente Apollinaire. Trata de descomponer la realidad para recomponerla libremente; en ella se mezclan conceptos, imágenes, frases, etc.
- Dadaísmo: Surge en 1916 y su introductor es Tristan Tzara. Se trata de un movimiento de rebeldía contra la lógica y las convenciones sociales. Procura superar las inhibiciones y crear un lenguaje incoherente.
- Futurismo: Nace en 1909, introducido por Marinetti, que critica lo antiguo y lo romántico frente a la defensa de lo moderno y la tecnología. Crea mitos nuevos (la máquina, la velocidad) y utiliza un lenguaje que se desprende de lo ornamental. En España fue Gómez de la Serna quien lo dio a conocer.
- Expresionismo: Nace hacia 1905-1910 en Alemania. La literatura se considera un medio de crítica social. Su tono es sumamente pesimista y manifiesta una rebeldía que pone de relieve aspectos sórdidos del hombre y la sociedad. Aparece una simbología oscura y personajes frustrados y atormentados.
Ismos de España
- Ultraísmo: Se presenta en 1918 y mezcla aspectos del futurismo, del cubismo y del dadaísmo. Trata de crear una poesía basada en la metáfora, inspirada en los temas dinámicos del mundo moderno (deporte, tecnología). Pretende ir más allá del Novecentismo. Sus medios de difusión fueron las revistas Ultra, Grecia y Cervantes. Cultivaron este movimiento autores como Guillermo de Torre.
- Creacionismo: Llega a España con el poeta chileno Vicente Huidobro. Parte de presupuestos similares al ultraísmo, ya que busca crear una realidad nueva a través del lenguaje poético («hacer un poema como la naturaleza hace un árbol»). La poesía creacionista a menudo prescinde de los signos de puntuación y une imágenes al azar por asociaciones ilógicas o por afinidades arbitrarias. Uno de los poetas españoles más destacados fue Gerardo Diego.
- Surrealismo: Surge en Francia en 1924 (Manifiesto de André Breton). El surrealismo posee planteamientos revolucionarios. Busca liberar los impulsos reprimidos a causa de la forma de vida impuesta por la sociedad burguesa y la razón. Utilizó la técnica de la escritura automática, la asociación libre de ideas e imágenes y otras técnicas como el collage. El surrealismo propicia una vuelta a la rehumanización poética y su lenguaje pretende despertar reacciones inconscientes. En España se conoce hacia el año 1925 gracias a figuras como Dalí, Lorca y Alberti.
Juan Ramón Jiménez
Nace en Moguer (Huelva) en 1881; en 1956 (no 1957) recibe el Premio Nobel. Dedicó toda su vida a crear su Obra (con mayúscula, como él la concebía), que va dirigida a la «inmensa minoría». Su poesía exalta lo bello, profundiza en el conocimiento de las cosas y expresa su deseo de eternidad.
Su evolución poética
- Etapa sensitiva (1900-1915): En sus primeros libros las influencias son románticas (Ninfeas, Almas de violeta). Su primera gran obra es Arias tristes (1903). Otras obras iniciales son: Jardines lejanos, Elegías… En estas últimas se observa ya un vago aire modernista, que se impone progresivamente, ya que trata temas como la tristeza melancólica y el amor, y en sus obras abundan los elementos sensoriales y la adjetivación brillante, pero no llega al modernismo exuberante de Rubén Darío. De esta época es su obra Platero y yo (1ª ed. 1914, completa 1917). Se trata de prosa poética y se basa en recuerdos de su estancia en Moguer. El poeta dialoga consigo mismo a través del burro Platero, creando una pequeña comunidad con él, los niños y los seres marginados.
- Etapa intelectual (1916-1936): Comienza con Diario de un poeta recién casado (1917). Busca una poesía desnuda, depurada de ornamento innecesario, de anécdota, concentrada en la palabra exacta. Se mezclan prosa y verso. Sus temas son el mar, el viaje a América, la soledad, el amor… En Eternidades (1918) anuncia el desacuerdo con su poesía anterior y dirige su obra hacia la depuración y la esencia.
- Última etapa o etapa suficiente (1937-1958): Marcada por el exilio. El tema fundamental es la fusión del yo con la belleza, la naturaleza y una forma de divinidad inmanente. La autocrítica lo empuja hacia la perfección. Dios deseado y deseante (publicado póstumamente) consta de dos partes principales: Animal de fondo y el propio Dios deseado y deseante. Se abandonan a menudo las formas tradicionales, la métrica y la rima. Es un largo monólogo del poeta con un Dios sentido como conciencia universal y belleza. Para Juan Ramón Jiménez, Dios es la conciencia misma de lo hermoso; se diviniza la belleza.
Evolución de la Generación del 27
- Etapa inicial (hasta 1927/28): Los inicios son propios del Romanticismo becqueriano y del posmodernismo, pero muy pronto se dejarán sentir las influencias de las vanguardias, en especial el ultraísmo y el creacionismo. Juan Ramón Jiménez les orienta hacia la búsqueda de una poesía pura. La utilización de la metáfora se convierte en el elemento estético de mayor importancia. También está presente en sus composiciones el clasicismo y el gusto por la perfección formal, según el modelo gongorino (celebran el tricentenario de su muerte en 1927), en particular en algunas composiciones publicadas entre 1925 y 1927 como Versos humanos (Gerardo Diego) o la Égloga de Garcilaso revisitada por varios.
- Etapa de rehumanización (entre 1927/28 y 1936): Esta etapa recoge el influjo de Góngora y el neotradicionalismo (formas populares). Continúa la supremacía de la metáfora y de la imagen como técnicas poéticas. No obstante, destaca el proceso de rehumanización que hacia 1930 se concretará en el surrealismo; este es asimilado de forma personal, más formal y conceptual en algunos casos. Un ejemplo es Poeta en Nueva York de Lorca o Sobre los ángeles de Alberti. El proceso de rehumanización lleva también a algunos poetas a la poesía comprometida y de combate, especialmente al acercarse la Guerra Civil.
- Etapa posterior a la Guerra Civil (desde 1936): Con la guerra, todos los poetas mencionados se sitúan al lado de la República, salvo Gerardo Diego y Dámaso Alonso (quien adopta una postura más neutral inicialmente). Guillén, Salinas, Cernuda, Alberti y Prados optan por el exilio. Lorca perece asesinado. Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre permanecerán en España en una suerte de exilio interior. El grupo de autores en el exilio trata temas relacionados con el compromiso político, la patria perdida y la nostalgia de España. Los que quedan en España (Aleixandre, Alonso) desarrollarán una poesía existencial y desarraigada en la posguerra.
Generación del 98: Trayectoria Ideológica
En los autores del 98 se produce una notable evolución ideológica. El «Grupo de los Tres» (Baroja, Azorín, Maeztu) parte de una intención inicial renovadora e incluso revolucionaria. En 1901 (no 1902) difunden un manifiesto en el que se denuncia la descomposición del país y lo negativo de la realidad, e incitan a la búsqueda de soluciones, pero el manifiesto pasa relativamente desapercibido.
Este giro hacia posturas más conservadoras o individualistas se produjo hacia 1905. Desde entonces, continúa su preocupación por España, pero con una actitud más subjetiva y menos combativa políticamente (en general). Políticamente, algunos evolucionan hacia el conservadurismo, como Maeztu y Azorín. Sin embargo, Antonio Machado y Valle-Inclán, desde su modernismo inicial, llegarán a posturas claramente progresistas y comprometidas.
Características y Temas de la Generación del 98
- Estilo: Su estilo aporta numerosas novedades al lenguaje literario. Eran defensores del antirretoricismo y la sobriedad. Recogieron palabras tradicionales y terruñeras, a veces desconocidas para muchos. El subjetivismo confiere un carácter lírico a mucha de su literatura, incluso en la prosa. Aportaron novedades teóricas a la novela (la «nivola» de Unamuno, la novela abierta de Baroja) y tuvieron escaso éxito en su intento de renovación teatral, con la notable excepción de Valle-Inclán.
- Castilla y su paisaje: De las descripciones paisajísticas de Unamuno, Machado o Azorín se pueden extraer conclusiones sobre el alma de España. Se produce una idealización del paisaje castellano, visto como símbolo de la esencia española. Su visión es subjetiva porque consiste en la proyección del espíritu del autor; se trata de captar el alma castellana a través del paisaje de Castilla.
- España y la intrahistoria: El tema de España se apoya en las tesis del regeneracionismo. Pretenden reflexionar sobre la situación de España y sus causas mediante sus obras literarias. Su evolución ideológica les llevó a apreciar lo que en un principio despreciaron: los valores tradicionales y la vida sencilla. Indagaron en la «intrahistoria», término acuñado por Unamuno que se refiere a la vida cotidiana y anónima del pueblo, la historia no registrada en los grandes eventos, sino en la permanencia de las costumbres y el sentir popular.
- La religión y las preocupaciones existenciales: Muy escépticos o agnósticos inicialmente, algunos toman con el tiempo posturas más reflexivas sobre la espiritualidad o la tradición religiosa (Azorín), mientras que otros (Unamuno) viven una constante agonía entre la fe y la duda, centrada en el ansia de inmortalidad.