El Modernismo español: Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez
Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez son los dos poetas españoles más importantes del Modernismo (movimiento literario que surgió a principios del s. XX como oposición al realismo). Aunque en ambos vemos grandes influencias modernistas en sus primeros poemas (de Rubén Darío, musicalidad, exquisitez…), a lo largo de su trayectoria van evolucionando hacia un modernismo más intimista, que rechaza la poesía tan cuidada y busca más la sencillez en la expresión de sentimientos. De esta forma, se van acercando a la estética del 98 y a la poesía pura.
Temas del Modernismo español
En los temas más frecuentes del Modernismo español se distinguen dos líneas principales:
Línea escapista:
La más representativa, imitada, y a la larga la más satirizada. Los ámbitos donde se refugia el poeta modernista en busca de la belleza son mundos raros: lugares exóticos y épocas antiguas. La imaginación y la riqueza verbal le permiten componer estampas con detalles de miniatura.
Construye palacios, jardines, castillos, como un decorado por el que desfilan caballeros de títulos nobiliarios, cisnes, ninfas…
No hay límite geográfico. El erotismo y las conductas amorosas aparecen con frecuencia como demostración del espíritu rebelde y antiburgués que late en el fondo de la actitud modernista.
Línea íntima:
Permite traslucir el malestar del poeta con lo que le rodea. El amor y el mundo son vistos con ojos melancólicos y llenos de tristeza. Hay un deseo de plenitud que resulta irrealizable. En los poemas esa nostalgia y ese desasosiego se enmarcan en paisajes otoñales o despoblados; jardines crepusculares, de clara raíz romántica.
Antonio Machado
Antonio Machado fue un poeta español que pertenece a la corriente del Modernismo, siendo uno de sus mayores representantes. De joven, pasó un tiempo en Francia, donde contactó con la poesía modernista de Rubén Darío y con corrientes simbolistas. Más tarde, se fue a Soria a trabajar como profesor y allí conoció a su esposa, Leonor. Tras la muerte de esta se fue a otros lugares como Baeza y Segovia, aunque siempre tuvo mucho cariño a las tierras sorianas. Al estallar la Guerra Civil, vive en varias ciudades (era un liberal comprometido) y al final tiene que huir a Francia, donde fallece.
Etapas en la obra de Antonio Machado
En su obra, como reflejo de su vida, se distinguen tres etapas:
Primera etapa:
En esta época, observamos su gran influencia modernista, sobre todo en una de sus primeras obras, Soledades. En ella buscaba la expresión poética del yo mismo, y lo hace mediante un Modernismo de tipo intimista. Se basa sobre todo en el simbolismo y utiliza las descripciones de paisajes para reflejar sus propios sentimientos. Más tarde, publica Soledades, galerías y otros poemas, obra en la que va retirando poco a poco los rasgos modernistas, creando una poesía más sentimental.
Segunda etapa:
Machado publica su obra más famosa, Campos de Castilla. En ella se muestra mucho más abierto y objetivo y muestra compromiso social, de forma que entra en el compromiso de regenerar España: a la vez que describe la belleza de los paisajes castellanos hace una crítica de la mentalidad anticuada de sus gentes. Al morir Leonor, se traslada a Baeza (Jaén) y allí vemos poemas que critican la situación económica y social de la Andalucía de la época. En este libro también se refleja claramente el dolor ante la muerte de su amada, de forma que se vuelve más emotivo. Esto se hace aún más presente cuando abandona Soria.
Tercera etapa:
En su última etapa, Machado comienza a escribir de forma más sencilla y densa, acercándose al folklore y a la lírica tradicional. Es aquí cuando escribe sus Proverbios y cantares, poemas muy breves que recogen su forma de ver el mundo. También escribe Nuevas canciones, poemas en los que vemos la predominancia de la reflexión sobre la emoción. Por último, tras el estallido de la Guerra Civil y cuando se pone del lado del bando republicano, escribe Poesías de guerra donde muestra todo el dolor de las miles de víctimas.
Juan Ramón Jiménez
Juan Ramón Jiménez es el otro autor más representativo del Modernismo en España. Destaca por su gran dedicación a su obra, que se acentuó más tras la muerte de su padre, al empezar a sufrir problemas psicológicos que le llevaron a estar interno en varios sanatorios. Fue muy importante su relación con la Residencia de Estudiantes, donde conoce a su esposa, Zenobia, con la que acaba yéndose a América al exilio.
Etapas en la obra de Juan Ramón Jiménez
En su obra distinguimos cuatro etapas, muy relacionadas al igual que en el caso de Machado con su vida personal. Él mismo en sus últimos años hace la distinción de estas etapas, cosa que se observa muy bien en su poema Eternidades, en el que habla de la evolución de su poesía.
Etapa inicial:
En sus inicios, el poeta escribió una poesía como él decía “vestida de inocencia”, es una poesía sencilla de formas, contenida, transparente de emoción. El acento becqueriano es evidente. La soledad, la melancolía, o los temas del paso del tiempo y de la muerte, son propios de esta etapa. Pero la versificación (predominio de octosílabos y rima asonante), la tenue musicalidad y el lenguaje sobrio sitúan a esta poesía al margen del Modernismo más ornamental y sonoro.
Etapa sensitiva:
Se caracteriza sobre todo por la influencia modernista, reflejando las sensaciones que le produce la realidad. En sus primeros libros predomina la inocencia y la influencia de Bécquer, como por ejemplo en Alas tristes. Más adelante, en Jardines lejanos se observan los rasgos claramente modernistas: el tono melancólico, delicada musicalidad, aliteraciones de sonidos suaves, la adjetivación, los sonetos de alejandrinos y serventesios… Otras obras de esta etapa son Platero y yo (en prosa poética), La soledad sonora, Poemas májicos y dolientes y Sonetos espirituales.
Etapa intelectual:
Comienza con su matrimonio con Zenobia Camprubí, y en concreto con Diario de un poeta recién casado, obra que escribe en su viaje de novios. En esta época destaca su tendencia hacia el Novecentismo, buscando una poesía más pura (desnuda, elimina lo que no es esencial). Este tipo de lírica además busca romper con todo lo anterior (influencia de vanguardias), y está dedicada a una minoría (elitista). Se caracteriza por la escasez de adjetivos y figuras literarias, los versos libres sin rima, el ritmo marcado por figuras de repetición… Otras obras de esta etapa son Eternidades, Piedra y cielo y Poesía.
Etapa suficiente o verdadera:
Se corresponde con el exilio de Juan Ramón y Zenobia. En esta época, el autor refleja el anhelo de alcanzar la eternidad, la perfección: cree en un Dios que identifica con la Belleza o la Naturaleza, o incluso con su propia Conciencia Creadora. Esta mentalidad se ve anticipada en La estación total, sobre todo en su poema El otoñado. Las obras más características son Dios deseado y deseante (en el que incluso llega al misticismo) y En el otro costado, destacando su poema Espacio (cima de su creación), en el que consigue un dominio total del verso libre, gracias al fluir de la conciencia (diálogo interior).
Juan Ramón destacará más adelante, por la gran influencia que ejerció en las primeras etapas de los autores de la Generación del 27, como Pedro Salinas y Jorge Guillén.