Miguel Mihura y la Renovación del Teatro Cómico Español
La creación teatral de esta época se ve limitada tanto por la desaparición de los autores más innovadores de la etapa anterior como por una férrea censura civil y eclesiástica, que afecta al texto y a su representación, lo que impide la entrada de las nuevas corrientes dramáticas abanderadas por Brecht, Ionesco o Beckett (teatro del absurdo).
Esto obliga a empresarios y compañías de teatro a estrenar obras que respondan a las expectativas del público burgués, sin arriesgarse a modificar sus gustos. Este teatro de continuidad se caracteriza por ser un teatro de entretenimiento, que defiende los valores tradicionales de honradez, trabajo, familia, Dios, patria, con una ligera crítica de costumbres y con un lenguaje literario cuidado.
Pero la manifestación más interesante de este período es la de un teatro que busca renovar la risa, intentando provocarla mediante situaciones, personajes, argumentos y lenguaje inverosímil, casi absurdo. Esta forma de hacer teatro había sido iniciada antes de la Guerra por Jardiel Poncela y se continúa ahora con este mismo autor, al que se añade el nombre del madrileño Miguel Mihura (1905-1977). Hay que reconocer a este autor el acierto al adelantarse al teatro del absurdo que luego triunfó en los escenarios de Europa. Pero Mihura utiliza el adjetivo absurdo con el sentido de no realista, sorprendente, extraordinario como lo opuesto a lo racional y a lo cotidiano. Esta originalidad tiene su origen en el ambiente vanguardista y en el espíritu renovador de los años veinte, que nada tiene que ver con el desesperanzado clima intelectual y moral de la época de Ionesco o de Beckett (representantes del teatro del absurdo europeo)
Miguel Mihura no sólo destacó por su labor como autor teatral. También participó y fue director de revistas de humor, como La Codorniz, y guionista de cine. Sin embargo, como autor de teatro debemos distinguir dos etapas en la trayectoria de Miguel Mihura:
- La primera, entre 1932 y 1946, es la de mayor renovación teatral y en ella añade a la temática existencial de fondo el uso del absurdo. Destaca Tres sombreros de copa (1932), un texto que revoluciona el teatro español. Tanta es su audacia que no consigue estrenarla hasta los años 50.
- En la segunda se dedica a un teatro más comercial. Escribe obras cómico-costumbristas, de corte policíaco y de enredo, con títulos como Maribel y la extraña familia (1959), Ninette y un señor de Murcia (1964). En este periodo predomina el conflicto en las relaciones doméstico-sentimentales entre el hombre y la mujer.
Tres sombreros de copa: Obra Maestra y Pionera del Absurdo
La primera obra teatral de Miguel Mihura, con la que se adelantó casi veinte años al teatro del absurdo, es Tres sombreros de copa (1932). Se trata también de su obra maestra, aquélla en la que el autor madrileño demostró más deseos de innovar (pues, en el resto de su obra, se dedicó más bien a satisfacer los gustos del público).
La obra no se estrenó en el momento en que fue escrita, por lo que Mihura no fue reconocido en su tiempo como uno de los pioneros del teatro del absurdo. Más tarde se vio que Mihura había roto por completo con el teatro cómico tradicional; e incluso el propio Eugène Ionesco, considerado como uno de los padres del teatro del absurdo, alabó el acierto del escritor madrileño a la hora de mezclar lo trágico con lo ridículo.
Parece que la obra se inspiró en un hecho autobiográfico. El mismo Mihura relató que en 1930 participó en calidad de director artístico de una gira con una compañía de revista a la que abandonó porque se enamoró de una de las chicas. Por esa misma época se rompió su compromiso matrimonial con la rica heredera de los jabones La Toja, a la que había conocido durante un verano. Estos dos incidentes le inspiraron probablemente a la hora de escribir Tres sombreros de copa. En ella cuenta como Dioniso, de veintisiete años, tras siete de noviazgo, va a casarse con Margarita, una joven de buena posición. La noche anterior a la boda se hospeda en un hotel de provincias, donde coincide con una compañía de revista. Una de las integrantes, Paula, traba amistad durante esa noche con él y se enamoran; ella le descubrirá un mundo nuevo, más libre de ataduras e imaginativo. Sin embargo, cuando Dioniso debe decidir entre una de ellas, elegirá a su novia de siempre por miedo a la incertidumbre de lo nuevo. La presión de las sociedades y sus convicciones prevalecerá.
Temas Centrales en Tres sombreros de copa
Al tema central de la obra, la felicidad imposible, se añaden otros temas secundarios que confirman el tema central. Éstos son los siguientes:
- Dos concepciones de vida enfrentadas.
- El aburrimiento y la monotonía de vivir.
- El amor como causante de la infelicidad.
- La tensión entre el individuo y la sociedad.
A la hora de clasificar la obra dentro en algún género, debemos recuperar las palabras de su propio autor, quien considera Tres sombreros de copa como una comedia en la que intervienen “los muñecos de la farsa”. Esto ha hecho que la obra se califique así, como una farsa, especialmente por el peso de algunos elementos como el uso de lo cómico para refrenar lo patético y lo lírico.
El Teatro de Madurez de Mihura: Entre el Humor y la Convención
En sus piezas teatrales posteriores, (segunda etapa), Mihura fue menos innovador. Decidió dar al público lo que éste pedía, sin entrar en muchas profundidades ni seguir innovando. Practicó, en suma, el llamado teatro convencional: un teatro ameno y amable, que ponía sobre el escenario unos conflictos que, al quedar resueltos al final, dejaban al público tranquilo después de un rato de inquietud y entretenimiento.
Pero este teatro de madurez de Mihura es también de gran calidad. En él se aprecia el genial sentido del humor que poseía el escritor madrileño, así como su ingenio para inventar situaciones disparatadas. En estas piezas la mujer obtiene un tratamiento psicológico extraordinario como por ejemplo en Sublime decisión (1955) en torno a una mujer que quiere liberarse mediante el trabajo; en Melocotón en almíbar (1958) en la que caricaturiza el género policiaco al poner en relación a una monja entrometida con un grupo de ladrones inocentes; los tipos femeninos extraídos de sectores marginados están trazados con maestría, como en Maribel y la extraña familia (en esta obra Mihura reúne las vidas de una “extraña” familia,-tradicional, de ahí la ironía del título- a la que pertenece Marcelino, con un grupo de prostitutas entre las que se halla Maribel)) o en comedias más intranscendentales como Ninette y un señor de Murcia.
Conclusión
En definitiva, Miguel Mihura renovó el teatro cómico español con su facilidad para los juegos semánticos y el enredo con algo de absurdo. En sus obras se aprecia su intento por intentar ocultar el pesimismo y desencanto con la sociedad.