Miguel Hernández: Naturaleza, Amor, Compromiso Social y Simbolismo en su Obra

La Naturaleza en la Poesía de Miguel Hernández

Este poeta nace en un ambiente rural y mediterráneo de la España de principios del siglo XX y está muy ligado a la naturaleza, como escritor y como persona. Su casa era un rincón de la naturaleza ubicada al pie de la sierra.

  • La naturaleza real como entorno vital: En su primera etapa, la naturaleza abarca el paisaje y elementos cotidianos de su existencia.
  • Naturaleza relacionada con Dios: Escribe sobre el paisaje oriolano y los componentes de la vida rural, llegando a concebir todo lo natural como obra de Dios. El poeta incluye escenas mitológicas en el intento de exhibir sus adquisiciones culturales librescas, ofreciéndonos una naturaleza descrita con realismo. A finales de 1934, nos muestra en su obra «Silbo de afirmación en la aldea» que la virtud y lo bueno se sitúan en la aldea, y el pecado y lo maléfico en la ciudad.
  • Naturaleza relacionada con la invención del lenguaje. Naturaleza y hermetismo literario: la poesía pura: El poeta se marcha seis meses a Madrid desde Orihuela con el fin de aumentar su prestigio literario. Escribió en homenaje a Góngora «Perito en lunas», poemas que describen objetos sencillos de la naturaleza y de la vida cotidiana. Utiliza la metáfora lunar, es decir, todos los objetos son descritos por sus recónditas formas lunares.

En su última etapa, la naturaleza simbolizará la libertad, y de aquí saldrán sus metáforas más peculiares y sus símbolos más logrados. Por ejemplo, en su etapa descriptiva, el viento es un fenómeno atmosférico; en su etapa religiosa, es la voz de Dios y de los profetas; en el conflicto bélico, se centra en el símbolo de empuje y voz del pueblo; y finalmente, deviene en símbolo de peligro.

El Amor en la Obra de Miguel Hernández

En su segunda etapa literaria, Miguel Hernández vive por primera vez la llama del amor, y el sentimiento pasional será el eje sobre el que gire su poesía. Se distinguen varios enfoques:

  • El amor sexual y la pugna religiosa: Su poesía religiosa está marcada por la oposición entre sexualidad y espiritualidad. Miguel Hernández sabe que la atracción sexual y la consumación son impulsos irreversibles.
  • El amor-lamento y el amor-ilusión de tradición literaria: Sigue dominando el amor abstracto de fuentes como el amor bucólico y cortés, además de notarse su lectura de autores románticos. Cabe destacar la metáfora de la herida, que se convierte en símbolo de la existencia.
  • El amor-dolor que va de la tradición a la realidad: Miguel Hernández conoce a Josefina Manresa, una joven modista de la que se enamora, aunque nos encontramos con un amor vivido con tortura por no poder ser gozado sexualmente. Nacerá entonces «El rayo que no cesa», su primer libro de sonetos amorosos. El rechazo generará el dramatismo de esta etapa, la llamada «pena hernandiana».
  • El amor-alegría y el amor-fraternal: Ya casados Miguel Hernández y Josefina Manresa, este busca un nuevo brote amoroso en su mujer y la descendencia. Al saber que su esposa está embarazada, escribió la «Canción del esposo soldado». En la cárcel, ya sin odio y resentimiento, escribe las «Nanas de la cebolla», dedicadas a su segundo hijo. El amor se convierte en la poesía de Miguel Hernández en semilla de dorados frutos.
  • El amor-odio: En este tramo, el hombre es el enemigo del hombre, el cual se animaliza. La guerra y el hambre han generado el odio. El poeta recoge esto para hacernos reflexionar en «El hombre acecha» o «Viento del pueblo».
  • El amor-esperanza: En su grandiosa última poesía, Miguel Hernández anhela la vida ante tanta muerte y miseria producida por la Guerra Civil. Con «Cancionero y romancero de ausencias» nos introducimos en un verdadero diario poético sobre la vida de Miguel Hernández, por lo que hay que entender esta obra como el diario de una vida fatídica. En esta última producción, el amor se entiende como amor-esperanza, estando sus poemas protagonizados por su mujer y sus hijos.

Compromiso Social y Político en la Vida y Obra de Miguel Hernández

La situación social y política de la época de Miguel Hernández era similar a la de finales del siglo XIX: una oligarquía, un clero conservador y una clase militar autoritaria. El periodo conformista del pensamiento hernandiano va desapareciendo, dando paso a la poesía del pueblo, con la diferencia de que el poeta oriolano sí aporta propuestas en sus escritos. La nueva vida de Miguel Hernández en la capital española, las nuevas amistades y los avatares de la política provocan que abandone el lastre ideológico oriolano. Abandona la poesía pura y católica, comenzando por liberarse a sí mismo de cargas y prejuicios religiosos con poemas que niegan su pasado reaccionario e inician un camino de resistencia a lo establecido.

Cuando se declara la guerra, Miguel Hernández considera que su única arma es la poesía y la utilizará como propaganda republicana. Escribió «Viento del pueblo» y «El hombre acecha». El primero constituye la faceta optimista por la esperanza de la victoria, y en el segundo se plasma la visión negativa de la guerra, tratándose de un grito desgarrado ante la derrota de los republicanos, aunque cerrado con una petición de esperanza.

La obra de Miguel Hernández recoge un profundo contenido de poso social. El poeta se preocupaba por los ámbitos de trabajo, el hambre y la pobreza. Una gran obra de poesía social es «El niño yuntero».

Finalmente, hay que comentar dos prosas donde se capta el pensamiento y la posición ideológica del poeta en materia educativa: en ellas se dice que la gente de dinero tiene mayores beneficios que los pobres.

Imágenes y Símbolos en la Poesía de Miguel Hernández

Las imágenes y símbolos varían en intensidad y significado según la etapa creativa y vital que Hernández experimenta. Estas etapas son cuatro:

  • 1ª Etapa Oriolana: El poeta se fija en la naturaleza, empleando metáforas que se basan en el culto a lo material y lo humilde. En esta etapa se emplea el símbolo de la luna, motivo central en el universo poético hernandiano. El significado de esta como metáfora es, por un lado, como paradigma del comportamiento de la naturaleza y, por otro lado, como modelo del proceso creativo del escritor.
  • 2ª Etapa amorosa-existencial: Los objetos son metáforas de la pena amorosa y la fatalidad. Hernández utiliza el rayo como amenaza, maldición y fuerza; y el toro bravo como virilidad y masculinidad, y el toro de lidia como dolor y muerte.
  • 3ª Etapa bélica: En sus imágenes y símbolos se aumenta el valor real del pueblo fiel a la República. El poeta usaba el viento como símbolo de compromiso social y político, de la solidaridad con los desahuciados; y la tierra como símbolo de la naturaleza y del trabajo, que se concibe como madre que da la vida y acoge tras la muerte.
  • 4ª Última etapa de su vida y de su obra: Consiste en la interiorización de la Historia destruida. Los objetos que habían dado ánimos al combatiente pasan a ser objetos-símbolos destructores. La luz y la sombra simbolizaban la alegría y la esperanza de sus primeras etapas, que daban paso a lo trágico y lo funesto.

Dos fuentes esenciales nutren las imágenes y símbolos del poeta: la primera, relacionada con lo telúrico, hace referencia a la tierra; y la otra, a lo cósmico.

El Esperpento y su Reflejo en «Luces de Bohemia» de Valle-Inclán

Valle-Inclán pretende demostrar la realidad desde un punto de vista distinto. Utilizó la palabra «esperpento» en 1920 para referirse a la obra «Luces de bohemia», y a través de esta estética deformaba a los personajes, exagerándolos y ridiculizándolos.

Valle-Inclán decía que había tres modos de ver el mundo: de rodillas, de pie o levantado. Mirar desde abajo hace que la realidad aparezca exaltada y los personajes se vean como héroes; frente a frente, los personajes son como nuestros hermanos; y desde arriba, resultarán unos peleles. Valle-Inclán elige esta última perspectiva.

Algunas de las características del esperpento son la deformación de la realidad, la animalización o cosificación de los personajes para imposibilitarlos de ser héroes, el uso de la risa agria o la ironía como forma de ataque, los contrastes entre lo doloroso y lo grotesco, los ambientes mal iluminados, y la variedad de registros: los hablantes cultos utilizan citas o ironías; los funcionarios, frases sacadas de los lenguajes políticos o periodísticos; y los hablantes del pueblo, argot ciudadano y vulgarismos. Además, destaca el uso de las acotaciones, que se caracterizan por tener un valor literario.

Los Personajes de Max Estrella y Don Latino en «Luces de Bohemia»

La «esperpentización» aparece en la vestimenta, palabras, gestos y actitudes de los personajes, a excepción de la madre que llora por la muerte de su hijo y el preso catalán. Podemos clasificar a los personajes, ya que aparecen desclasados: arquetípicos, de los cuales solo sabemos el oficio, como el guardia o la madre del niño; animales, como el perro de Don Latino, el perro y el gato de Zaratustra; y los representativos de todos los grupos sociales, que son los poderosos y sus partidarios que ejercen el horror, los comerciantes, el pueblo que sufre injusticias por culpa de los poderosos, los marginados que tratan con los bohemios y los mismos bohemios, cuyo mejor ejemplo es Max Estrella.

Tenemos que destacar de todos los personajes a Max Estrella y Don Latino. Max Estrella es un ciego poeta, conocido como «Mala Estrella», que encarna la figura de bohemio. Es un rebelde con motivos, ya que se ha quedado ciego y ha perdido su trabajo de periodista por escribir artículos criticando el poder. Debido a esto, su familia y él se encuentran en la miseria y llegan a pensar en un suicidio colectivo. Max simboliza la evolución estética y política de Valle-Inclán, ya que distancia sus problemas para hacer suyos los de los demás. Es un personaje que abandona su carácter egocéntrico según van ocurriendo acontecimientos.

Don Latino es un personaje que acepta el papel de perro y lazarillo de Max. Es un personaje cínico, grotesco, maestro de la ironía y poseedor de un lenguaje repleto de coloquialismos. Su lealtad a Max queda en duda porque le engaña en lo relacionado con la lotería y se niega a prestarle el abrigo cuando Max se está congelando en la calle.

El Realismo Mágico en «La Casa de los Espíritus» de Isabel Allende

La corriente novelística del siglo XX en Hispanoamérica que se difunde con el llamado «boom» comercial de la narrativa en español a partir de 1960 recibe el nombre de «realismo mágico». Vargas Llosa afirma que la realidad no tiene límites, ya que a esta pertenecen objetos y sueños, y se le incorpora lo insólito y sobrenatural. Se trata de presentar la realidad como si fuera mágica, y no la magia como si fuera real.

Se distinguen cuatro tipos de hechos en el realismo mágico:

  • Lo mágico: premoniciones y maldiciones que se cumplen.
  • Lo milagroso: levitaciones o telequinesis.
  • Lo mítico-legendario: apropiaciones de mitos y citas.
  • Lo fantástico: se borran recuerdos y el nombre de las cosas.

En «La casa de los espíritus» podemos ver características del realismo mágico como:

  • Mezcla de lo natural y sobrenatural con normalidad.
  • Apelaciones a las emociones del lector.
  • Multiplicidad de narradores.
  • Presencia de elementos fantásticos.
  • La violencia se muestra como ocurre en la vida cotidiana.
  • Se muestran aspectos misteriosos e irracionales (aparecen como increíbles los avances en la tecnología, pero no la levitación y las premoniciones).
  • Estructuras narrativas no lineales.

Los aspectos mágicos se circunscriben solo a personajes femeninos. Además, Allende deja una puerta abierta a la esperanza, pese al pesimismo de los autores del «boom».

Rasgos Temáticos y Formales de la Nueva Narrativa Hispanoamericana

Se ha considerado «La casa de los espíritus» como la novela más famosa y popular del «postboom». Se aprecian características que la convierten en paradigma de la narrativa hispanoamericana:

  • La autora se inspira en lo cotidiano, lo que se contrapone a los autores del «boom», que tenían la idea de que la historia y la vida son enigmáticas.
  • Se incorporan recursos de la cultura de masas, agregando elementos de la narrativa folletinesca.
  • «La casa de los espíritus» sigue un esquema de cronología lineal, donde lo realmente relevante es la trama.
  • El compromiso político y social se expone a través de casi cien años de historia chilena, que transcurre paralela a la historia familiar.
  • El tema del amor es uno de los fundamentales.
  • Presencia de ironía.
  • La acción transcurre en un espacio abierto y rural.
  • Lo femenino adquiere un lugar privilegiado, cosa que vemos en los protagonistas, que son mujeres, y la perspectiva para mostrar a los hombres, que es femenina.
  • Los autores del «postboom» perciben el cosmos más ordenado y muestran una imagen tranquilizadora de la realidad.
  • La prosa es fluida y natural, con sintaxis sencilla.

Es una novela social con presencia de lo femenino, donde la trama ocupa un papel importante.

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