Miguel de Unamuno: Vida, Obra y Pensamiento

Miguel de Unamuno

Vida y Obra

Miguel de Unamuno nació en Bilbao en 1864. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, donde obtuvo la cátedra de griego, asignatura que impartió en la Universidad de Salamanca. Fue miembro del PSOE desde 1894 a 1897, año en que una crisis religiosa lo alejó del socialismo y lo sumió en un profundo conflicto interior. Fue rector de la Universidad de Salamanca y un reconocido intelectual en España.

Durante la Primera Guerra Mundial, Unamuno se posicionó a favor de los aliados. Sus críticas a la monarquía le valieron la expulsión del rectorado. Tras el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1924, Unamuno se manifestó en contra de la dictadura, lo que provocó su destierro a Fuerteventura. Escapó a Francia, donde permaneció hasta la caída del dictador en 1930. Los republicanos lo convirtieron en un héroe y fue restituido como rector. Sin embargo, su espíritu crítico lo llevó a apoyar inicialmente a los sublevados al estallar la Guerra Civil, un apoyo que pronto retractó. Su enfrentamiento con el general Millán Astray resultó en su arresto domiciliario. Enfermo, falleció el 31 de diciembre de 1936.

Unamuno es considerado uno de los escritores más importantes de la Generación del 98. Cultivó los tres géneros literarios principales: novela, poesía y teatro, además del ensayo.

Ensayos

El pensamiento de Unamuno se proyecta con intensidad en sus novelas, pero sobre todo en sus ensayos. Sus preocupaciones se centran en lo social, político y filosófico. Su primer libro, Entorno al casticismo, aborda el ambiente regeneracionista de una España paralizada que busca acercarse a Europa. Unamuno muestra una profunda preocupación por la situación política y social, considerando que la vida cotidiana de las personas es más importante que los hechos históricos.

En 1897, sufre una crisis espiritual que desplaza sus preocupaciones de lo político a lo existencial. Se muestra desencantado con la razón, que, en teoría, debía traer progreso y virtud a la humanidad. La contradicción de los opuestos es una constante en su obra, utilizando la paradoja y un lenguaje accesible.

Tres ideas básicas vertebran la obra de Unamuno: el miedo a la muerte, la necesidad de creer en un Dios que garantice la inmortalidad personal y la certeza racional de que ese Dios no existe. Para Unamuno, la existencia de Dios solo cobra importancia si implica la inmortalidad del ser humano. Otros ensayos destacados son Agonía del cristianismo y Vida de Don Quijote y Sancho.

Novela

Su carrera novelística comienza en 1897 con la publicación de Paz en la guerra, novela con características realistas y tintes autobiográficos. En 1902 publica Amor y pedagogía, considerada por algunos críticos como un híbrido entre novela y ensayo. Con Niebla (1914), Unamuno inicia su etapa más innovadora. En esta novela, el autor se convierte en personaje de ficción, desafiando al protagonista y desdibujando la línea entre realidad y ficción.

Otras novelas importantes son Abel Sánchez, San Manuel Bueno, mártir y La tía Tula. Estas obras rompen con el realismo y presentan una estructura diferente, con una acción concentrada y escasas descripciones, centrándose en el desarrollo psicológico de los personajes. El tiempo y el espacio son precisos, ya que lo que interesa a Unamuno es el tiempo vivido en la conciencia. Para plasmar el pensamiento de sus personajes, utiliza el monólogo, el diálogo e incluso el monólogo interior.

Poesía

Aunque escribió miles de poemas, la poesía no fue el género en el que más destacó. Publicó su primer poemario a los 42 años. Para Unamuno, la poesía era la máxima expresión del espíritu, abordando temas como la angustia existencial, el sentimiento religioso, la familia y la contemplación del paisaje. Su poemario más conocido es El Cristo de Velázquez.

Teatro

Unamuno también escribió decenas de obras de teatro, en las que reflejó sus preocupaciones existenciales y religiosas. Su teatro, de carácter intelectual, no buscaba el éxito comercial. Intentó acercarse al teatro griego clásico. Entre sus obras más conocidas se encuentran Fedra y Raquel encadenada.

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