MARCO Histórico Y SOCIAL
El marco histórico-político en que se desarrolla está determinado por la crisis de fin de siglo (Desastre del 98), los enfrentamientos ideológicos entre conservadores y liberales y otros importantes acontecimientos político-sociales (la Semana trágica de Barcelona, la huelga general de 1917, la Primera Guerra Mundial, el Desastre Annual de 1921, la dictadura de Primo de Rivera.
Valle-Inclán nos ofrece en esta obra una visión ácida y esperpéntica de los conflictos que hay la vida española en aquellos años.
La literatura española en los primeros años del Siglo XX
Desde fines del Siglo XIX hay en España corrientes de tipo inconformista en literatura, se traducen por impulsos renovadores, opuestos a tendencias anteriores, como el Realismo, el prosaísmo poético… ● En un principio, se llamó modernistas a los jóvenes escritores partidarios de una nueva literatura. Lurgo, tal denominación sería para aquellos autores que mostraron descontento hacia la búsqueda de la belleza y que proponen una renovación estética.● aparecerá la etiqueta generación del 98 para los escritores que conceden atención a los problemas del momentos histórico: decadencia, miseria social…
De 1914 a la Guerra Civil
En 1914 nuevos aires ideológicos y literarios. Comienza el magisterio de Ortega y Gasset, cuya revista España acoge el reformismo liberal. Alcanzan notoriedad nuevos novelistas, como Gabriel Miró o Pérez de Ayala. La poesía de Juan Ramón inaugura la “poesía pura”. D’Ors, bautiza las nuevas tendencias: es el Novecentismo.
Otros hablarán de generación del 14.
● Ramón Gómez de la Serna abre nuevas ventanas al Vanguardismo europeo. La literatura de vanguardia irá ganando terreno. La Revista de Occidente, acoge nuevas tendencias, como hará La Gaceta Literaria, creada en 1927. ● el grupo poético del 27, “nueve o diez poetas” que comienzan a publicar entre 1920 y 1928. Con ellos se alcanza un “segundo siglo de oro” de nuestra lírica o la cima de la Edad de Plata de la literatura española. ● las circunstancias políticas favorecerán una literatura comprometida, “poesía impura”. La Guerra Civil incrementará la voluntad de tomar partido, y la muerte, la cárcel o el exilio.
VIDA DE VALLE-INCLÁN
Nacíó en Villanueva de Arosa, Pontevedra, 1866. Comenzó la carrera de Derecho, pero, antes de acabar los estudios, se marchó a Méjico (1892-1893). De regreso, llevó en Madrid una vida bohemia. En 1899, tuvo una disputa con un amigo periodista y recibíó un bastonazo que le hundíó un gemelo en la muñeca, la herida se infectó y hubo que amputarle el brazo izquierdo. En 1907 se casa con la actriz Josefina Blanco. En 1916 se declara aliadófilo, ese año, se crea para él una cátedra de Estética en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, pero se aburre y la deja. En 1933 se separa de su mujer. En 1935 regresa a Santiago de Compostela donde muere de cáncer en Enero de 1936.
TRAYECTORIA IDEOLÓGICA. Se mostró desde un principio antiburgués. Su aversión a la civilización burguesa, que considera mecanizada y fea, y su
repulsa del liberalismo, le lleva a ensalzar los viejos valores de sociedad rural arcaizante en la que se formó. Se proclamó “carlista por estética”. A partir de 1915, dará un giro radical: se segirá oponiendo a lo mismo, pero desde posiciones revolucionarias. Se enfrentó de modo virulento con la Dictadura de Primo de Rivera. Al proclamarse la República, llega a pedir para España “una dictadura como la de Lenin”.
LA OBRA. SU EVOLUCIÓN DESDE LOS INICIOS HASTA EL ESPERPENTO
investigó distintas vías que confluyen en la creación del esperpento. Aunque se puede afirmar que su trayectoria dramática parte de unos inicios modernistas y llega hasta las creaciones esperpénticas, la renovación temática y formal es constante en su obra y produce varios ciclos en su teatro, estos son el teatro modernista, el ciclo mítico, el ciclo de las farsas y el esperpento. En los inicios hay que situar la obra Cenizas (1899) que es una adaptación de un cuento aparecido en su obra Femeninas. Desde el principio, Valle-Inclán mostró su deseo de alejarse del teatro realista y convencional. Valle ensayaría otros dos caminos, aparte del esperpento, la recuperación de los mitos y la farsa. Ciclo mítico se representa una Galicia convertida en un universo hostil que rige la conducta de los personajes. En la trilogía de las Comedias bárbaras.
Ágüila de Blasón (1907), Romance de lobos (1908) y Cara de plata (1922)–, vemos la descomposición de un mundo heroico en torno al protagonista que es el último representante de ese mundo mítico donde no tienen lugar términos medios entre el bien y el mal, entre la humanidad y la animalidad. El embrujado (1912), presenta un universo dramático con una acción regida por la fatalidad propiciada por la avaricia y la lujuria, que se ceba en un niño, símbolo de la inocencia. Divinas palabras (1920) se centra en la codicia que se desata en torno a un enano hidrocéfalo convertido en espectáculo de feria y se aproxima al esperpento por su crítica de la condición humana y por su estética deformante. El ciclo de las farsas, compuesto por las comedias recogidas bajo el título de Tablado de marionetas para educación de príncipes. En la Farsa infantil de la cabeza del dragón (1909), Valle-Inclán incorpora al cuento infantil rasgos de la tradición literaria cervantina, parodia el Modernismo y satiriza el poder. Las farsas restantes están escritas en verso. El teatro esperpéntico comienza con Luces de bohemia ya que es la primera obra denominada esperpento por su autor, aunque incluyera algunos rasgos de este tipo en otras. En esta obra formula los principios del esperpento: distorsionar la historia y la sociedad española con una estética deshumanizante que se aplica a las situaciones, los personajes y el lenguaje para dar una visión crítica de la realidad que oscila entre lo grotesco y lo trágico.Tras esta obra, Valle-Inclán escribíó otros tres esperpentos que agrupó bajo el título de Martes de Carnaval: Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán.
Génesis y Tema
Luces de bohemia aparecíó publicada en entregas semanales en la revista España en 1920. Cuatro años después, se editó en libro con significativas variantes, en la segunda versión se añaden las escenas II (diálogo en la librería de Zaratustra), VI (conversación de Max Estrella con el preso catalán en los calabozos de la dirección general de seguridad) y XI (muerte de un niño y ametrallamiento del preso catalán por la policía), las denuncias sociales y políticas más acentuadas. La obra cuenta la última noche de la vida de Max Estrella, poeta miserable y ciego. Valle se inspiró en la figura y en la muerte del novelista Alejandro Sawa. La peregrinación de Max Estrella es un “viaje al fondo de la noche”. No sabemos si lo que lo mata es el frío, el hambre, el alcohol, o su corazón cansado.
Estructura
Se compone de quince escenas, aparentemente inconexas, pero pueden agruparse en dos partes: las 12 primeras se estructuran en torno a la idea de un viaje de los dos principales. Max Estrella y Latino de Hispalis por el Madrid nocturno, y las tres últimas constituyen un epílogo, tras la muerte de Max Estrella. La escena con que se inicia la obra: Max Estrella, un poeta ciego, en una buhardilla donde vive con su mujer y su hija. Allí llega Latino, quien recoge a Max, y salen a la calle. Las diez escenas siguientes se desarrollan en diferentes ambientes: en la librería con aire de cueva de Zaratustra (II), dentro de la oscura taberna de Pica Lagartos (III), en una calle frente a la puerta de una buñolería (IV), en el zaguán del Ministerio de la Gobernación (V), en un calabozo (VI), en la redacción de un periódico (VII), en el Ministerio de la Gobernación con el mismísimo ministro (VIII), en un café (IX), en un paseo con jardines (X) y en una calle del Madrid de los Austrias (XI). Las escenas finales constituyen en conjunto un epílogo. La XIII describe el velatorio de Max, la XIV se desarrolla en el cementerio en donde lo han enterrado y en la XV la acción vuelve a la taberna de Pica Lagartos. Allí nos enteramos de que la mujer y la hija de Max Estrella se han suicidado, con lo que de nuevo se remite de modo circular a la escena I, cuando el protagonista comentaba a su esposa la posibilidad de suicidarse para acabar con sus vidas miserables.
Personajes poblada de numerosos personajes, unos cincuenta. La utilización del personaje colectivo se suele destacar como un rasgo del esperpento. Personajes más destacados se inspiran en reales: Max Estrella es Alejandro Sawa, escritor bohemio casado con una mujer francesa de la que tuvo una hija; don Gay Peregrino es Ciro Bayo; Zaratustra es el librero Pueyo; el Ministro es Julio Burell; Basilio Soulinke es Ernesto Bark. Son personajes ridículos, grotescos, con la apariencia distorsionada, a veces animalizados o cosificados, de los cuales se sirve el autor para ofrecernos una visión desgarrada de España.
Max Estrella es un poeta ciego, está en la miseria y es marginado como escritor. Pertenece a la bohemia heroica. Por momentos, Max adquiere grandeza y perfiles trágicos.
Además, el mismo Max Estrella expresa premonitoriamente su final en varias ocasiones. Pero la sociedad que lo rodea es tan cruel y grotesca que convierte su vida heroica en una existencia patética y absurda. Acaba por ser consciente de ello poco antes de morir. Ciertamente, a lo largo de la obra, Max Estrella comprende que esa realidad grotesca lo supera, y aunque trata de mantener su autenticidad y sus valores, ve cómo el mundo bohemio resulta inútil y ridículo, y siente necesario el compromiso social.
Don Latino es cínico y cobarde, lazarillo que acompaña a Max. Es ruin y mezquino (cómplice del engaño de Zaratustra, arrastra a Max a unas correrías que acabarán con su vida, le roba la cartera y lo abandona cuando está agonizando…), caracterizado como un fantoche. En realidad constituye un alter ego, una contrafigura, del propio Max Estrella, y juntos vienen a ilustrar lo mejor y lo peor del mundo de la bohemia…..Los demás fantoches del esperpento forman diversos grupos. Especialmente mordaz es la caricatura de los “burgueses” (el librero Zaratustra, el tabernero Pica Lagartos, algunos “defensores del orden” de la escena XI) o la de los policías (el capitán Pitito, Serafín el Bonito, los “guindillas”…), junto a los que ha de ponerse la caricatura del Ministro. Los pedantes como don Gay, el periodista don Filiberto, Basilio Soulinake, etc., y los jóvenes modernistas, a los que don Latino llama “golfos distinguidos”. Esperpentizados quedan también personajes populares:
La Pisa-Bien (con matices de simpatía), el “Rey de Portugal”, el Pollo del Pay-Pay, la portera, las prostitutas (aunque la ternura apunta en el caso de la Lunares, casi una niña), o los sepultureros, parodia de los de Hamlet.
Mateo, el obrero catalán, con quien comparte calabozo Max Estrella en la escena VI. El nombre está inspirado en la figura histórica de Mateo Morral, el anarquista que en 1906 puso una bomba en la boda de Alfonso XIII. La mujer y Mateo son dos figuras no esperpentizadas, son dos víctimas conmovedoras que Valle-Inclán respeta en toda su dignidad.
Basilio
Soulinake;
Con su castellano aprendido, el uso de la muletilla “como dicen siempre ustedes los españoles” y su manía de que la muerte de Max es un caso de catalepsia, este personaje ridiculiza la ciencia alemana, tan admirada en ese entonces.
Espejo de España
alusiones al pasado imperial, una amplia zona de la historia contemporánea sirve de marco cronológico a la trama y gracias a la alusión de anacronismos, se hace referencia a las colonias españolas de América, a la Semana Trágica (1909), a la revolución rusa (1917) y a los violentos acontecimientos posteriores a la crisis española de 1917, llegando así al tiempo mismo en que se escribe la obra. De especial fuerza es la protesta ante la represión policial.
Y junto a la ridiculización de la policía o las imprecaciones a sus “colaboradores” derechistas (los “polis honorarios” de Acción Ciudadana) esa protesta se hace grito furioso en esos
momentos de intensidad suma que son la escena VI (Max ante el obrero catalán, condenado a morir en aplicación de la “ley de fugas”) y la escena XI (la muerte de un niño a consecuencia de la represión callejera).
religiosidad tradicional y vacía (escena II) y la crítica de figuras, escuelas o instituciones literarias.
Técnica dramática y lenguaje
Esta nueva concepción del arte supone, pues, una intención realista. Dadas las carácterísticas de la realidad española del momento, ese Realismo exige una distorsión que muestre dicha realidad en sus verdaderas dimensiones. Después
de la huida a mundos ideales y refinados, de las exquisiteces modernistas propias de la primera parte de su producción artística.La nueva mirada no nos descubre seres humanos, sino seres grotescos, “muñecos”. En el primero los personajes son vistos como héroes o seres superiores (así sucede en la tragedia clásica), en el segundo “como de nuestra propia naturaleza”, como “nuestros hermanos” y en el tercero, desde arriba, como seres inferiores.
La deformación caricaturesca de la realidad es un recurso básico.
degradación de los personajes, son cosificados, animalizados o tratados como peleles.
Utilización de contrastes;
Los saltos bruscos en los que chocan dos elementos contrarios son muy frecuentes y afectan a cualquier realidad: acontecimientos, ambientes, personajes… Que deriva a veces en una risa amarga y otras, con una fuerte carga crítica, en el sarcasmo mordaz.
Empleo de figuras retóricas como la hipérbole, la ironía o el oxímorón.
Acotaciones
El contraste entre el lenguaje culto y popular atraviesa toda la obra de acuerdo con la situación y el personaje. Recursos de los que se vale el autor: derivaciones con intención irónica, creaciones latinas de carácter burlesco, abreviaciones populares, léxico callejero, expresiones arrabaleras y jergales, madrileñismos.
Contenido
La bohemia heroica, en una actitud de orgullo aristocrático, confinaba el Arte al mundo de la Belleza, fuera del alcance de la vulgar sociedad burguesa, cuyos valores despreciaba. A la verdad del acabamiento de la bohemia llega con lucidez (simbólicamente expresada con la ceguera, que se identifica en sentido mítico a la sabiduría) Max Estrella, quien nos guía (Estrella) en la noche del Madrid. El sinsentido de una actitud ante la vida es también el sinsentido de la estética que la acompaña, y eso lo descubre Max poco antes de morir. La sátira contenida en Luces de bohemia abarca prácticamente toda la realidad española. La estética del esperpento parece adecuarse así a una condena sin paliativos de la sociedad española en su conjunto. Lo grotesco y el distanciamiento del escritor respecto de su creación no ha de verse, por tanto, como un simple juego estético de Valle-Inclán, pues se completa con esa incorporación de lo histórico, de lo social