PERSONAJES
Los Personajes son muy variados: desde el chico de la taberna hasta el ministro de Gobernación, atravesando todas las capas sociales. Pero, de todos, Máximo Estrella es el único que, a pesar de ser ciego, ve, irónicamente, la bufonada En la que están metidos todos ellos.
Utiliza Personajes realistas, pertenecientes a la realidad, verosímiles (incluso Históricos, por ejemplo Rubén Darío), pero tratará de deformarlos de manera Grotesca para crear su esperpento y realizar su crítica. Ellos serán el Esperpento, porque ellos serán deformados: todos tendrán en común la Ignorancia, la golfería, la desidia y la sinrazón.
Para Valle, sus criaturas no son héroes, sino su negación (a excepción del preso Catalán: ver sátira). Son bufones de corte, «payasos trágicos». La Mayoría vive instalada en la vulgaridad, y lo peor es su estancamiento, su no Querer salir de allí. Son tratados desde el desprecio, desde arriba, desde un Plano superior, todo lo contrario a Homero y la literatura clásica, que se Situaba por debajo de sus héroes, es decir, ellos estaban colmados de virtudes, Deificados, mitificados, idealizados (Héctor, Aquiles); los personajes de Valle Están llenos de defectos y vicios, idiotizados, animalizados («Zaratustra, Abichado (…) bufanda de verde serpiente», en la Escena II) y cosificados.
La
España oficial la representa el Ministro de gobernación, don
Filiberto, pedante
E hipócrita.
Rubén Darío aparece en la obra retratado como máximo representante del Modernismo Literario. Sin duda es un homenaje.
En
Cuanto a los protagonistas, parece que Valle-Inclán puso bastante de sí mismo
En Max Estrella y el preso catalán, únicos dignificados por su pluma: Max es un
Poeta ciego no oficial, no reconocido y opuesto a los «cabrones de la
Academia». Valle vivíó la bohemia madrileña a la que censura en la obra;
Es intransigente como él («No quiero hablar de este robo», escena
I),
Posee su fuerza y voluntad de ser («Yo había nacido para ser tribuno de la
Plebe»), suele negarse a ceder («Y no me humillo»), es brusco
(«Idos todos al diablo»), es terco y descomedido
(«hiperbólico») y destaca por ser consciente de su superioridad ética
Y estética («¡Y soy el primer poeta de España!»).
Según
Gonzalo Sobejano, Max Estrella encarna la vida desgraciada y el individualismo;
Como antihéroe, padece ceguera, pobreza, fatiga, olvido, fracaso, frío,
Desesperanza, vacío, infortunio, pérdida de la libertad, piedad ante la
Degradación, dolor por lo que se destruye (escena del niño muerto, simbolizando
La juventud, la esperanza, el futuro), invalidez y finalmente muerte.
Al finalizar
La obra sólo queda su «vida derramada por las calles» (Gonzalo
Sobejano).
Las Borracheras con Latino no son más que una huida, un escape; el alcohol le Desinhibe, le libera para cargar contra todo.
Su Muerte no es la muerte de un héroe homérico, sino una muerte esperpéntica, absurda, Ridícula, entre muecas y desvaríos (creyendo ver, anunciando un entierro, sin Caer en que el suyo está próximo), alcohol y un lazarillo rabioso, envidioso, Golfo, con piel de cordero, que mientras le deja caer en el quicio de la puerta Le roba el décimo de lotería fingiendo que no cree en su muerte (farsa) para no Sentirse culpable. La muerte tampoco es la muerte de un héroe literario, al Modo de Homero (muerte gloriosa), sino su esperpento: hora fría, amanecer Invernal, tirado (ni siquiera dentro) en la puerta de su casa, dándole Convulsiones, con dificultades para articular palabras, robado y abandonado.
Rasgo Destacable en «Mala» Estrella, así le llama Latino simbólicamente, es Su ceguera, la ironía es notable: pese a ella, es el único personaje que Realmente «ve», pero no con los ojos, la situación desoladora de su Madrid. Se convierte en símbolo de luz.
Don Latino de Hispalis es un «vejete asmático» (escena I), lazarillo (Lázaro de Tormes) y acompañante del ciego Max. Éticamente, simboliza la Negatividad: es un aprovechado, un gorrón que vive del sablazo social, un Pícaro bohemio (como vemos en la escena II, cuando se conchaba con Zaratustra Para timar al ciego y el guiño de su ojo muestra la complicidad entre ambos) Que vive de la mentira y del cuento. Sin embargo, es el único que está al lado Del protagonista. Latino tiene labia para evitar los altercados, las disputas, Y sacar siempre el mayor provecho de cualquier situación, por cruel que Parezca, por ejemplo el robo de la cartera de Max con éste tendido en la puerta De su casa y muerto. Valle lo desprecia y lo convierte en un esperpento, pues Así lo describe en su primera aparición: «(…) guiña el ojo, tuerce la Boca y desmaya los brazos, como un pelele». Además, es despreciado por la Joven pero brillante hija de Max, Claudinita, Al llegar a recoger éste: «¿Le doy con la puerta en las Narices?». La propia Claudinita teme la tragedia final cuando exclama «¡Papá, no salgas!», sabiendo que de noche y con Latino no habrá de Llevar buen camino.