Hermanos Maristas
Los Hermanos Maristas representan el modelo educativo imperante en el barrio burgués: educación privada y religiosa. Se encargan de la formación espiritual, académica y social de los niños de clase alta, actuando de forma protectora y severa.
Hermano Leoncio
El Hermano Leoncio es un nombre simbólico que se identifica con el del colegio militar donde estudió Vargas Llosa y con un religioso que el niño Mario conoció en 1948. Es quien persigue y maltrata al perro danés tras el ataque.
Hermano Lucio
El Hermano Lucio es el tutor de los cachorros en tercero. Junto con el Hermano Agustín, lleva al chico al hospital cuando es atacado por Judas.
Los Padres
Los padres de Cuellar constituyen una familia perteneciente a la alta burguesía limeña. El padre es autoritario y exige buenas notas a su hijo, prohibiéndole jugar al fútbol para no descuidar sus estudios. Tras el accidente, su actitud cambia y se vuelven totalmente permisivos.
La madre se presenta como protectora, pero su papel no tiene mayor trascendencia.
Los Marginados
Los marginados incluyen jugadores, mafiosos, tahúres, homosexuales y prostitutas. Cumplen su papel social atendiendo a los niños bien que tenían novias decentes.
Antagonistas
Cachito Arnilla
Cachito Arnilla es el antagonista claro de la novela. Es el alterego de Cuellar pero en versión positiva y heroica. Es guapo, fuerte, deportista, estudiante, moderno, elegante, con dinero y de clase alta. Llega a Miraflores en verano y conquista a Teresa Arrarte.
Judas
Judas es el perro danés que está en el colegio Champagnat y es el causante del destrozo físico que dará lugar al psíquico y moral de Cuellar. Es la fuerza animal e irracional. Tras el ataque, el padre Leoncio quiere matarlo y el padre de Cuellar exige su cabeza. El grupo venga al chico lanzando pedradas contra su jaula, hasta que un día aparece vacía y es sustituido por cuatro conejitos blancos.
Teresa Arrarte
Teresa Arrarte es la pieza clave que desencadenará la degeneración total del protagonista. Es el desencadenante necesario para que Cuellar salga del círculo en el que se hallaba inmerso. Aparentemente se siente atraído por ella, aunque no demuestra mucho entusiasmo. Con Teresa, como no podía conquistarla sexualmente, lo hacía por la vía intelectual, hablando de temas serios para asombrarla.