Literatura Narrativa Medieval: Evolución, Estamentos y Obras Clave

La Literatura Narrativa Medieval

Desde finales del siglo XII, consolidado ya el castellano, las minorías cultas comienzan a servirse de la literatura en lengua romance para relatar e inmortalizar las hazañas de la nobleza caballeresca, contar los milagros de la Virgen y vidas ejemplares de los santos, o defender el patrimonio y el estado social de la nobleza aburguesada a partir del siglo XIV. En todos los casos, hay una intención docente y moralizadora consustancial a la literatura de la Edad Media, que no tiene como fin primordial la búsqueda de la originalidad y la belleza. Así pues, la literatura narrativa medieval se convierte en un testimonio de la realidad social, de las creencias y de las costumbres, como fueron o como se quiso que fueran, que va cambiando conforme evoluciona la sociedad en la que nace: de las hazañas de una nobleza ruda y heroica al mundo sofisticado y cortesano del siglo XV. También cambia la forma de expresión en la Edad Media. Siguiendo la tradición de la épica clásica, la narración se expresa en verso, como ocurre en los cantares de gesta y la poesía religiosa del mester de clerecía, tanto en el relato breve (cuentos de Don Juan Manuel) como en los extensos, con la aparición de las novelas sentimentales y caballerescas.

La Nobleza Guerrera y sus Hazañas

El pensamiento medieval, en el que se armonizan los principios del feudalismo y la doctrina de la Iglesia, organiza la sociedad en tres grandes estamentos que son inamovibles como fruto de la voluntad de Dios: arriba, los defensores (nobleza) y oradores (clero), muy jerarquizados y detentadores de privilegios; abajo, los labradores (pueblo llano), poco diferenciados y sometidos a un duro régimen de obligaciones. Los defensores forman el estamento privilegiado de los guerreros, de los nobles, al que en principio podía acceder todo el que tuviera caballo y armas. En un inicio, era una nobleza ruda y primitiva que vivía de las rentas de la tierra y rechazaba el trabajo manual y las actividades industriales y financieras.

La Poesía Épica Medieval

Siguiendo la tradición que todos los pueblos han tenido de inmortalizar los sucesos extraordinarios de su historia y la vida hazañosa de sus héroes, esta nobleza ruda e iletrada se convirtió en protagonista de la poesía épica medieval, que exaltaba las virtudes nacionales de los nuevos reinos del occidente europeo. Se trata de una poesía oral, cantada o recitada por los juglares, que la difundían por castillos, villas y lugares como parte de un variado espectáculo. La transmisión oral convierte a la literatura épica griega en una poesía tradicional que pervive en la memoria de las gentes y se transmite de boca en boca.

Origen y Función de los Cantares de Gesta

Los cantares de gesta medievales son poemas épicos extensos que narran las gestas o hazañas de héroes individuales que encarnan el espíritu y las virtudes nacionales de los pueblos a los que pertenecen. Algunos piensan que serían obras de carácter erudito y de inspiración clerical, nacidas a la sombra de monasterios y compuestas por eclesiásticos u hombres de leyes. Pero, sean de uno u otro origen, en la boca de los juglares y en el gusto del público, los cantares de gesta se convirtieron en un fenómeno de extraordinaria repercusión social. Tenían una función informativa, noticiera, pero también respondían a una intención didáctico-propagandística que ensalzaba las virtudes de los héroes nacionales para convertirlos en modelos dignos y, sobre todo, cumplían una función recreativa.

Etapas y Obras de la Épica Castellana

Los héroes y acontecimientos importantes de la historia de Castilla se convirtieron en materia de la épica. En el siglo XII y primera mitad del siglo XIII debieron componerse los cantares de gesta conservados. En los siglos XIV y XV apenas se componen poemas nuevos, salvo las Mocedades de Rodrigo, sobre la juventud del héroe, y se siguen recitando los antiguos.

Poema del Mío Cid

Ha llegado hasta nosotros en un único manuscrito firmado por un tal Per Abbat, quien pudo ser el último reelaborador de la obra o un simple copista. El texto lleva la fecha de 1245, que equivale al año 1207. Compuesto de versos de desigual número de sílabas, distribuidos en tiradas también irregulares de rima asonante, fue dividido por Menéndez Pidal en tres partes o cantares: Cantar del destierro, Cantar de las bodas de las hijas del Cid y Cantar de la afrenta de Corpes. Su protagonista, Rodrigo Díaz de Vivar, fue un personaje convertido de la corte de Alfonso VI, al que el poema y el romancero mitificaron, modelo de la nobleza fronteriza castellana que ganaba la fama y el patrimonio.

La Épica Tardo Medieval: El Romancero Viejo

En el otoño de la Edad Media, el mundo heroico de la nobleza caballeresca comienza a declinar mientras languidece la Reconquista. Los herederos de los héroes primitivos han refinado sus costumbres y han sustituido el campo de batalla por la conspiración política y la vida regalada en el castillo o en el palacio, entregados a las escaramuzas galantes o las justas y torneos. Los romances viejos son poemas de carácter épico-lírico que surgen a partir de la segunda mitad del siglo XIV y, sobre todo, en el XV, unos vinculados a los temas épicos tradicionales (Don Rodrigo y la pérdida de España). Los romances son una poesía popular que se difundía oralmente por los juglares, recogida en romanceros y pliegos sueltos en los Siglos de Oro. Frente a la extensión de los poemas épicos, se caracterizan por la brevedad y el fragmentarismo, ya que se centran en el relato de un episodio o de una escena muy concreta.

La Nobleza Cortesana del Siglo XV

La nobleza del siglo XV ha sufrido una honda transformación en sus costumbres y mentalidades. Al lujo y a la vida galante se une la afición a las artes y a las letras de ciertas minorías cultas, para las que la vida caballeresca comienza a ser un espectáculo cortesano más, con sus certámenes, justas y torneos.

Las Novelas Cortesanas: Amor y Aventuras

En este ambiente es donde nace la novela como género literario en prosa, destinado a satisfacer los gustos de los lectores cortesanos con unos relatos en los que las nobles hazañas de los héroes épicos se ven desbordadas por los contenidos sentimentales y las aventuras. La novela sentimental es un relato de tono intimista en el que apenas hay acción y todo el interés se centra en el análisis minucioso de la pasión amorosa, tan arrebatada e inalcanzable que muchas veces conduce a la desesperación y la muerte del enamorado. Un modelo perfecto para la novela sentimental es La cárcel de amor. La novela de caballería es una idealización cortesana de las gestas de la épica medieval, donde se mezclan el amor apasionado e idealista y las más fantásticas aventuras. Es un reflejo del ambiente caballeresco y galante del siglo XV. La más famosa es Amadís de Gaula, que circuló manuscrita en los siglos XIV y XV y se imprimió por primera vez en 1508.

Teocentrismo y Religiosidad

La Edad Media es una época esencialmente religiosa y teocéntrica en la que la fe, la devoción y la esperanza en la salvación dominan las conciencias y las mentalidades. Las costumbres, las relaciones políticas y sociales, y hasta los grandes acontecimientos históricos se impregnan de religiosidad. El arte, la literatura y la cultura en general son, en gran medida, fruto de la inspiración religiosa. Las grandes construcciones de la época (la iglesia y el monasterio) y las representaciones de la época son la divinidad o de los misterios de la religión, etc. En los siglos XIV y XV, esta visión religiosa del mundo entra en crisis. El hombre se aficiona a los goce de la vida y su actitud oscila entre la entrega a esos placeres y el arrepentimiento. La muerte comienza a ser considerada como la gran enemiga.

La Clerecía y la Cultura Medievales

Los clérigos, llamados también oradores, con la misión de dar culto a Dios y orar por la salvación de las almas, componen el estamento eclesiástico, grupo privilegiado que contaba con gran número de miembros pertenecientes al clero secular (sacerdotes) y al regular (los monjes). La Iglesia, que inspiró y bendijo las grandes empresas de la Reconquista, adquirió una enorme relevancia social y un extenso patrimonio. Las iglesias y monasterios se convierten en focos de influencia y de dominio, pero también la Iglesia fue un centro de difusión de la cultura, el arte y la literatura.

El Mester de Clerecía

Es un movimiento cultural y literario que aparece y tiene su apogeo en el siglo XIII, prolongándose en algunos autores del siglo XIV. Posee unas características propias:

  • Mester de clerecía es una literatura propia de clérigos y nacida en los monasterios, con ciertas pretensiones cultas y eruditas, como corresponde a la tradición latina.
  • Mester traigo hermoso, no es de juglaría: hay un afán de distinguirse de la literatura u oficio de los juglares. Los clérigos pretenden hacer una poesía más culta y sabia, más cuidada, sobre todo en cuanto a los temas.
  • Mester es sin pecado: frente a los temas heroicos de la juglaría, en el mester de clerecía predominan los religiosos (obras de doctrina, vidas de santos, etc.).
  • Fabla curso rimado por la cuaderna vía: frente a la irregularidad métrica, la asonancia y la no agrupación estrófica de la literatura juglaresca.
  • En román paladino, en el cual suele el pueblo hablar con su vecino: aunque su poesía es más culta en cuanto a los temas y más cuidada formalmente, escriben en castellano y utilizan un lenguaje claro.
  • Carácter didáctico: sus autores pretenden ser intermediarios entre la cultura medieval de los manuscritos latinos y un público heterogéneo y, la mayoría de las veces, iletrado.

Primera Etapa (Siglo XIII)

El mester de clerecía presenta en un primer momento dos vertientes literarias:

  • Una poesía de temas exclusivamente religiosos, representada por el poeta riojano Gonzalo de Berceo.
  • Una serie de poemas de tema variado y de autores anónimos: Libro de Apolonio, Libro de Alexandre y Poema de Fernán González.

Segunda Etapa (Siglo XIV)

En este siglo se produce la disgregación del mester de clerecía. Se rompe con la monotonía temática y métrica, apareciendo nuevos temas satíricos, burlescos, políticos o morales. Dos son las grandes personalidades del mester de clerecía: un noble severo y moralista, el canciller Pero López de Ayala, autor del Rimado de Palacio; y la otra, un clérigo alegre, apicarado e irreverente, Juan Ruiz, arcipreste de Hita, autor del Libro del buen amor.

Primer Poeta Castellano: Gonzalo de Berceo

Gonzalo de Berceo es quizá el autor más antiguo del mester de clerecía y el primer poeta castellano de nombre conocido. Es un poeta riojano que vivió en la primera parte del siglo XIII, vinculado a los monasterios de Santo Domingo de Silos, en Burgos, y San Millán de la Cogolla, en La Rioja, las vidas de cuyos santos poetizó.

Milagros y Vidas de Santos

Toda la poesía de Berceo es de carácter religioso, con un lenguaje sencillo y popular, apelando muchas veces a la atención y la generosidad del auditorio. A partir de fuentes escritas en latín, dramatiza los milagros y portentos de estos seres celestiales. Tanto la Virgen como los santos adoptan unos comportamientos y un lenguaje aparte. Hay algunas obras menores: Los milagros de Nuestra Señora y tres vidas de santos.

El Arcipreste de Hita: Libro del Buen Amor

Situado en la primera mitad del siglo XIV, apenas se conocen otros datos sobre su vida que los que ofrece su propia obra. Juan Ruiz habría nacido en Alcalá. Fue arcipreste de Hita. El arcipreste viene a ser la encarnación del carácter conflictivo de este siglo, debido a que es un clérigo ajuglarado. En su personalidad exuberante y contradictoria se mezcla la irreverencia y el arrepentimiento.

El Libro del buen amor se trata de un extenso poema de más de 1730 estrofas, misceláneo, complejo y heterogéneo, en el que se mezclan lo religioso y lo profano. Entre sus variados materiales destacan: un hilo autobiográfico que aparece y desaparece, los consejos de Doña Amor al arcipreste (que son un breve tratado sobre la pasión), el episodio de Don Melón y Doña Endrina, y una colección de 35 ejemplos, fábulas y cuentecillos que sirven para ejemplificar las ideas de los protagonistas.

Tardía Aparición de la Prosa Castellana

Las creaciones en prosa aparecen muy tarde en la literatura castellana. Los primeros escritos romances conservados son las Glosas Emilianenses y Silenses. El latín era la lengua de la Iglesia y los monasterios, escuelas y universidades eclesiásticas, que fueron durante siglos los únicos focos de irradiación de la cultura, una cultura latina de inspiración religiosa alejada de las lenguas romances.

La Prosa Didáctico-Científica del Siglo XIII

El verdadero nacimiento de la prosa castellana tuvo lugar en el siglo XIII. El poderoso influjo de las culturas árabes y hebreas, que habían asimilado y conservado gran parte del saber grecolatino, el apoyo real a las actividades culturales en los reinados de Fernando III y Alfonso X, que se plasma en la creación de estudios y universidades y, sobre todo, en la Escuela de Traductores de Toledo, y el carácter esencialmente divulgador y didáctico de esta actividad, que dará lugar a una innovación fundamental en la corte de Alfonso X.

Alfonso X el Sabio

Este monarca, poco afortunado en las lides políticas, olvidado en buena medida de la Reconquista y, en definitiva, mediocre gobernante, fue, sin embargo, promotor de extraordinarias empresas culturales. La labor iniciada en la Escuela de Traductores de Toledo culmina con Alfonso X, el cual congregó en su corte a los sabios de la época. Pero lo más importante es que todo ese saber enciclopédico fue expresado en lengua vulgar y no en latín. Su labor tiene una finalidad docente: pretende enseñar dando a conocer a sus súbditos los conocimientos científicos. La intención de Alfonso X no es crear literatura, pero muchas de sus obras tienen un valor literario.

  • Obras históricas: La Grande e General Estoria, que pretende recopilar la historia de todo el mundo.
  • Obras jurídicas: El Código de las Siete Partidas, amplia recopilación legislativa que recoge los principios del derecho romano.
  • Obras científicas: Los Libros del Saber de Astronomía.
  • Obras de entretenimiento: Libro de Ajedrez, etc.

La Prosa Didáctico-Novelesca del Siglo XIV

Se inicia en el siglo XIII, también en el ámbito de la corte de Alfonso X. En el marco didáctico de una conversación sobre los problemas morales se introducen breves relatos novelescos. Las más famosas colecciones de cuentos de origen oriental son:

  • El Calila e Dimna: una selección de fábulas indias mandadas traducir por el propio Alfonso.
  • El Sendebar o Libro de los engaños e asayamientos de las mujeres: hizo traducir el infante Don Fadrique, hermano del rey.

La labor fue continuada por Don Juan Manuel en el siglo XIV.

La Actitud de Don Juan Manuel ante la Literatura

Sobrino de Alfonso X, fue adelantado del reino de Murcia y participó en las intrigas nobiliarias. Con un elevado concepto de sí mismo y de su linaje, Don Juan Manuel escribe con un propósito didáctico. Frente a la actitud juglaresca del arcipreste o la prosa colectiva de la escuela alfonsí, Don Juan Manuel es un escritor individualista, preocupado por la elaboración y la transmisión de su obra. Se le considera el primer creador literario de la prosa castellana.

Su Originalidad como Prosista

En el lenguaje literario tiene dos rasgos esenciales: la sencillez, claridad y concisión, y la selección y el cuidado literario de su prosa.

Sus obras fundamentales:

  • El libro del caballero y del escudero
  • El libro de los estados
  • El libro del conde Lucanor

El Corbacho del Arcipreste de Talavera

Muy representativo de la prosa del siglo XV es El Corbacho o Reprobación del amor mundano, obra de Alfonso Martínez de Toledo, el arcipreste de Talavera, en la que se mezclan las diversas corrientes: la reprobación moral del loco amor y sus desastrosas consecuencias, la sátira de las costumbres, la utilización de ejemplos, el reflejo literario de la vida cotidiana.

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