Literatura Medieval: Lírica, Épica y el Cantar de Mío Cid

La Sociedad y la Literatura en la Edad Media

La Sociedad Estamental

La sociedad medieval se dividía en tres estamentos:

  • La aristocracia: Su función era proteger a los campesinos de invasiones y bandidos. Los nobles eran vasallos del rey.
  • El clero: Se ocupaba de la salvación de las almas. La Iglesia, propietaria de numerosos terrenos, custodiaba en sus monasterios el texto fundamental de la cultura medieval.
  • El pueblo: Constituía el grupo más amplio de la sociedad.

Tipos de Literatura en la Edad Media

En la Edad Media coexistían dos tipos de literatura:

  • Literatura tradicional: De carácter popular y oral, se expresaba en lenguas romances y generalmente en verso. Era anónima y casi siempre profana.
  • Literatura culta: Ligada a la escritura, provenía de los monasterios y las cortes.

La Lírica Tradicional Medieval

La lírica tradicional constituye una de las manifestaciones más atractivas de la literatura medieval. Era oral, anónima y se caracterizaba por su musicalidad y concisión. Se trataba de canciones destinadas al canto, generalmente de tema erótico, donde una joven enamorada compartía sus preocupaciones más íntimas.

Manifestaciones de la Lírica Tradicional en España

En la lírica tradicional española se distinguen tres tradiciones, cada una con su propia lengua romance y zona de origen:

  • Las jarchas mozárabes: Son la manifestación más antigua de poesía lírica en lengua romance. De origen popular mozárabe, nos han llegado a través de la poesía culta árabe y hebrea. Son versos de arte menor con rima consonante o asonante.
  • Las cantigas de amigo gallego-portuguesas: Poemas tradicionales compuestos en gallego-portugués. Nos han llegado a través de artistas cultos de los siglos XII y XIV. En ellas, una joven expresa el dolor por la ausencia de su amado. Se caracterizan por la serenidad, la armonía, la anáfora y el paralelismo.
  • Los villancicos castellanos: Canciones tradicionales compuestas en castellano. Fueron recopiladas en los siglos XV y XVI en obras como el Cancionero musical de Palacio y el Cancionero general, aunque muchas de ellas ya formaban parte del repertorio tradicional desde hacía siglos.

La Épica Medieval

La épica es uno de los géneros literarios más importantes de la Edad Media. Los juglares cantaban las gestas de grandes guerreros.

Los Cantares de Gesta

Los cantares de gesta narraban las hazañas (gestas) de los héroes. Eran epopeyas características de la Edad Media, obras tradicionales y anónimas. El oficio de los juglares se conocía como mester de juglaría.

Ciclos de los Cantares de Gesta Castellanos

Los cantares de gesta castellanos se agrupan en tres ciclos:

  • Ciclo de los Condes de Castilla: Glorifica a Fernán González, el conde que logró la independencia de Castilla, y narra la historia de su familia, los Lara.
  • Ciclo del Cid: Es el ciclo mejor conservado. Narra las hazañas del héroe Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador.
  • Ciclo francés: La épica francesa se desarrolló en torno al rey Carlomagno y sus caballeros, dando especial importancia al enfrentamiento con las tropas musulmanas en el valle pirenaico de Roncesvalles.

La versificación de los cantares de gesta se basa en versos de arte mayor de medida irregular (entre 11 y 18 sílabas), divididos por una cesura en dos hemistiquios. Los versos se organizan en tiradas con la misma rima asonante, a veces durante cientos de versos.

El Cantar de Mío Cid

El Cantar de Mío Cid recopila las hazañas del héroe burgalés Rodrigo Díaz de Vivar, apodado Cid Campeador, un personaje real y legendario. Es la creación más notable de la épica castellana. El texto que leemos se compuso entre finales del siglo XII y principios del XIV. Se afirma que un hombre llamado Per Abbat (copista) puso por escrito el cantar en 1207, quizás un clérigo del monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos). Se caracteriza por su verosimilitud y la honradez de su héroe, presentado de forma muy humana.

Estructura del Cantar de Mío Cid

El Cantar de Mío Cid se divide en tres cantares:

  • Cantar del Destierro: Narra cómo el Cid abandona Castilla con algunos vasallos fieles tras ser desterrado por el rey, convencido por murmuradores de la corte de que el héroe se había quedado con parte de las parias recaudadas al rey de Sevilla. Para financiar su expedición, Rodrigo engaña a dos prestamistas judíos, Raquel y Vidas, entregándoles dos arcas llenas de arena que supuestamente contienen oro. Tras dejar a su mujer, doña Jimena, y a sus hijas en el monasterio de San Pedro de Cardeña, saquea varias localidades y se enfrenta al conde de Barcelona, Ramón Berenguer, a quien hace prisionero y después libera.
  • Cantar de las Bodas: El Cid toma la ciudad de Valencia y el rey permite que Jimena y sus hijas se reúnan con él. Rodrigo envía al rey parte del botín obtenido. Conmovido por su lealtad, Alfonso perdona a Rodrigo, quien regresa a Castilla. El rey dispone que las hijas del Cid se casen con los infantes de Carrión, dos nobles leoneses. Aunque al Cid no le satisface este compromiso, obedece y cumple el deseo del rey.
  • Cantar de la Afrenta de Corpes: En la corte del Cid en Valencia, un león se escapa y los infantes huyen y se esconden. Cuando el Cid se da cuenta, se dirige a la fiera, que humilla mansamente la cabeza y se deja llevar de vuelta a su jaula. Más tarde, los infantes se comportan con cobardía en una batalla contra los musulmanes. Los hombres del Cid se ríen de ellos y estos deciden vengarse. Mientras viajan de vuelta a Carrión, humillan a sus mujeres, desnudándolas y golpeándolas, y las abandonan dándolas por muertas en el robledal de Corpes. Cuando el Cid se entera, exige al rey que haga justicia. El rey delibera que debe llevarse a cabo un duelo en tierras de Carrión. Los hombres del Cid vencen a los infantes. Con la aprobación del rey, el Cid concierta una nueva boda para sus hijas, esta vez con dos hijos de los reyes de Aragón y Navarra. La familia del Cid asciende a la más alta categoría social. Tras este momento de gloria, el héroe, recuperados su honor como guerrero y su honra como padre, muere en paz con Dios el día de Pentecostés.

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