Literatura Medieval Española: Desde la Conquista hasta el Siglo de Oro

La Conquista de Al-Ándalus y el Nacimiento del Castellano

La conquista de la península ibérica, conocida como Al-Ándalus, se extendió desde el año 711 hasta 1492 d.C., cuando los Reyes Católicos culminaron la Reconquista. Los visigodos que permanecieron en la península se refugiaron en el norte y construyeron castillos para defenderse, dando origen a los reinos de Castilla, Aragón y Cataluña. En estas tierras nació el español. La primera batalla significativa de la Reconquista fue la de Covadonga en el siglo X, y la última, la Toma de Granada en el siglo XV. Alfonso X el Sabio tuvo un papel crucial en la consolidación del castellano al traducir importantes obras a esta lengua.

Mester de Juglaría y Cantares de Gesta

El mester de juglaría era el oficio de los juglares, quienes recorrían pueblos, cortes y castillos recitando o cantando poemas. Había diferentes tipos de juglares: especializados en narraciones épicas, los que se acompañaban de música, los trovadores que componían sus propios poemas, e incluso juglaresas. Su finalidad era entretener, divertir y emocionar al público, actuando como periodistas de la Edad Media. Los juglares de gesta narraban hazañas de héroes locales, transmitiendo las noticias de forma oral. Las juglaresas, además de su labor artística, a veces ejercían trabajos sexuales.

Los cantares de gesta eran composiciones de versos largos con cesuras, divididos en dos hemistiquios, y rima asonante. Esta poesía épica relataba sucesos históricos y legendarios en torno a un héroe que representaba los valores del pueblo, exaltando sus hazañas con un tono heroico.

El Cantar de Mio Cid

El Cantar de Mio Cid, con 3700 versos y la falta del primer folio y algunos al final, es una obra anónima atribuida a dos juglares: uno de San Esteban de Gormaz, que compuso el primer cantar (El Destierro), de carácter realista y con un héroe humanizado y toponimia concreta; y otro de Medinaceli, autor de los cantares segundo (Las Bodas) y tercero (La Afrenta de Corpes), con elementos más irreales y mitológicos. En 1207, Per Abbat, un copista monástico, transcribió el Cantar. La obra se divide en dos partes: la pérdida y recuperación de la honra pública (cantar I) y la pérdida y recuperación de la honra privada (cantares II y III).

Lírica Medieval en la Península Ibérica

Núcleo Castellano

En el núcleo castellano, encontramos alboradas, canciones de dolor, de romería, de siega, etc. Las estrofas típicas incluyen el villancico. Los temas recurrentes son la malcasada, la monja a la fuerza (malmonjada) y la malmaridada.

Núcleo Galaicoportugués

En el núcleo galaicoportugués, la poesía culta se manifiesta en las cantigas de amor, donde un poeta expresa sus cuitas de amor a una dama, y las cantigas de escarnio, de carácter burlesco. La poesía popular se refleja en las cantigas de amigo, cantadas por una mujer enamorada que expresa sus quejas por el abandono, dirigidas a la naturaleza, la madre o las hermanas.

Núcleo Arábigo-Andaluz

En el núcleo arábigo-andaluz, destacan las jarchas, breves poemas en lengua mozárabe del siglo XI, que tratan el tema amoroso desde una perspectiva femenina. Son la muestra más antigua de la lírica tradicional hispánica, escritas en aljamiado. Las jarchas, de lírica popular y arte menor, tienen como emisora a una mujer y tratan temas como la despedida, la ausencia, los celos y las caricias. Fueron descubiertas en El Cairo en 1948.

Núcleo Catalano-Provenzal

En el núcleo catalano-provenzal, la poesía culta era cantada y compuesta por trovadores. Influenciada por el Camino de Santiago, se caracteriza por el amor cortés, con un poeta doliente y una dama desdeñosa. El marido es representado como el gilós.

Teatro Medieval y Mester de Clerecía

El único ejemplo de teatro medieval es el Auto de los Reyes Magos, con 147 versos, que representa la adoración de los Reyes Magos. El mester de clerecía surge cuando los monjes, buscando la atención del pueblo, adoptan la forma del mester de juglaría para narrar historias religiosas, vidas de santos y otros temas religiosos. Utilizan la cuaderna vía, estrofas de cuatro versos de 14 sílabas con rima consonante.

La Prosa Didáctica: El Conde Lucanor

En el siglo XIV, El Conde Lucanor, escrito por Don Juan Manuel, es una obra de literatura didáctica. En ella, el conde Lucanor plantea preguntas a su consejero Patronio, quien responde con un cuento o relato que contiene una moraleja, seguida de un refrán que resume la enseñanza.

El Humanismo y la Transición al Renacimiento

En el siglo XV, el Humanismo, proveniente de Italia, introduce una nueva valoración del ser humano y sus capacidades. Se interesa por la ciencia, el cosmos, la literatura antigua, la sociedad y la medicina. El teocentrismo medieval es cuestionado, dando paso al antropocentrismo. La Celestina refleja este cambio al mostrar la naturaleza humana en toda su complejidad. Se rescatan lenguas y culturas antiguas para mejorar la sociedad.

Jorge Manrique y las Coplas a la Muerte de su Padre

Jorge Manrique, siguiendo la tradición del arte menor, escribe un panegírico de 40 coplas dedicado a la muerte de su padre, don Rodrigo Manrique. Utiliza tópicos como memento mori, tempus fugit, mors aequat omnia y ubi sunt. Reflexiona sobre la vida terrenal (finita), la fama (semifinita) y la vida eterna (infinita). La obra se divide en una reflexión general sobre la vida y el tiempo (hasta la copla 25), una evocación nostálgica del pasado con el tópico ubi sunt, y una individualización en torno a la figura de su padre, destacando su vida como guerrero y su humanizada muerte en un diálogo con la Muerte.

El Teatro en los Siglos XV y XVI

En los siglos XV y XVI, el teatro se centraba en la corte, con representaciones religiosas para nobles y reyes. En el siglo XVII, con Lope de Vega, el teatro se vuelve más realista y accesible al pueblo.

La Lírica Culta en el Siglo XIV

En el siglo XIV, se recuperan las lenguas clásicas y se imitan las literaturas clásicas, renovando la literatura.

La Celestina (1499)

La Celestina es una obra de teatro para ser leída, extensa y compleja. Escrita por Fernando de Rojas, un converso de la Puebla de Montalbán, la obra es una comedia humanística con influencias latinas y un enfoque didáctico. Rojas encontró el Acto I de autor anónimo y continuó la obra hasta 21 actos. La obra explora el amor pasional y sus consecuencias dolorosas. Incluye una carta del autor a un amigo, un poema con el nombre del autor en acróstico, un prólogo y el argumento de toda la obra.

El Romancero

El Romancero, influenciado por el Humanismo a finales del siglo XV, surge del interés por las canciones tradicionales transmitidas oralmente. Los romances son poemas de versos octosílabos con rima asonante. El Romancero viejo comprende romances anónimos de los siglos XIII y XIV, transmitidos oralmente. El Romancero nuevo incluye romances de autores conocidos de los siglos XIV y XV que imitan a los antiguos. Combinan lírica y épica, con un lenguaje expresivo y arcaizante, sin introducciones y con finales abruptos, creando un tono misterioso y dramático.

Lazarillo de Tormes y la Crítica Erasmista

Lazarillo de Tormes es atribuido a Alfonso de Valdés, secretario de Carlos V y erasmista. La obra expone la mezquindad y crueldad de personas relacionadas con la Iglesia y la corte, reflejando las advertencias de Erasmo sobre los malos confesores. Un error del primer impresor mezcló la voz del autor con la del personaje al omitir el «Argumento» del primer folio. Lazarillo es una crítica erasmista a la Iglesia.

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