Literatura Española: Realismo y Generación del 98

Realismo (1859-…)

A partir de 1859, se transforma la vida y se olvida cada vez más el Romanticismo. Entre los cambios, destacan el dominio de la burguesía y la idea del positivismo. El término realismo comienza en Francia para designar obras pictóricas con escenas cotidianas. Desarrolla elementos ya existentes en el Romanticismo, combate el subjetivismo, rechaza lo fantástico y lo imaginario, y se centra en lo cotidiano, sobre todo con figuras pintorescas del pasado. En España, los realistas no se adaptaron completamente a los cánones de Europa, pero sí buscan la inspiración en la vida y las tierras de España: Valera en Andalucía y Galdós en Madrid. Entre los autores se encuentran Galdós, Valera, Clarín, Fernández Caballero… Los principales géneros realistas son:

  • Poesía: Centrada en supuestos poco idealistas y sensibles a los impulsos líricos, como Bécquer y Rosalía de Castro.
  • Teatro: Da preferencia a temas contemporáneos. Destacan los dramas de Echegaray.
  • Novela: Destaca la obra de autores como Galdós, Valera y Clarín.

Novela Posterior a 1936

Después de la guerra, los novelistas se encuentran desorientados. El punto de partida es el realismo de Baroja, que influye en la generación llamada de los cuarenta, con Delibes, Laforet y Camilo José Cela. Las tres obras importantes de esta época fueron Nada de Laforet, La sombra del ciprés es alargada de Delibes y La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela. Cela se ocupa del tremendismo, Laforet del impacto de la posguerra y Delibes de la tristeza y frustración. El tema principal es la situación social de la posguerra.

La obra de Cela, La colmena, es la precursora del realismo social. Las características de la novela social son:

  • Narración lineal.
  • Personajes colectivos.
  • Descripción detallada.
  • Uso del diálogo.
  • Lenguaje sencillo y directo.

Camilo José Cela (Iria Flavia, cerca de Padrón) es Premio Nobel. Estudia Medicina antes de la guerra y Derecho después de la guerra. En su obra, se dedica al tremendismo. La colmena consta de seis capítulos; el inicial y el final son más breves, y los restantes de 53 páginas. Cultiva todos los géneros literarios.

Teatro Posterior a 1936

Los efectos de la guerra civil se dejaron sentir muy especialmente en el teatro. Algunos dramaturgos habían muerto, otros se habían exiliado y los que seguían viviendo en España estaban sometidos a un doble condicionamiento. El teatro estaba sometido a las exigencias del público. En general, existen dos líneas de teatro diferentes: el teatro público, que dominaba en los escenarios comerciales, y un teatro soterrado, perseguido por la censura, que solo se representaba en salas de ensayo y se dirigía a minorías.

Década de los 40

El teatro busca, en general, la diversión y el entretenimiento del espectador. Es representado por José María Pemán, Luca de Tena y Miura.

Década de los 50

El teatro sigue siendo el de la década de los 40, pero surge una nueva corriente que intenta inquietar la conciencia centrándose en los problemas del momento. Es un teatro existencialista, con representantes como Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.

Década de los 60 y 70

En los 60 surgen nuevas ideas teatrales como el teatro social y político. En la década de los 70, el teatro entra en una nueva etapa con corrientes experimentales, donde destaca Fernando Arrabal.

Generación del 98

Los integrantes de la Generación del 98 poseen: edad parecida, formación ideológica común, convivencia en el mismo medio, manifestaciones colectivas coincidentes, analogía estilística, existencia de otra generación a la que suceder… Comparten un espíritu patriótico agudizado por la desastrosa pérdida colonial, el descubrimiento del paisaje castellano y la valorización de los clásicos. En el aspecto estilístico, rompen con el costumbrismo, con la retórica ochocentista y con el naturalismo importado. No tienen una ideología política definida.

Principales Autores y Obras

  • Miguel de Unamuno: Paz en la guerra (recuerdos infantiles de las guerras carlistas, intrahistoria que refleja la acción colectiva anónima, héroes de dos familias, única escrita en modo clásico), Abel Sánchez (pasión nacional, base de todos los males que aquejan al país).
  • Pío Baroja: Trilogía Tierra Vasca (El mayorazgo de Labraz: cuadro tenebrista, aguafuerte de corte folletinesco y romántico, escenario levítico y clerical; Zalacaín el aventurero: simpática figura de Martín Zalacaín, muchacho de origen campesino; Camino de perfección: protagonista frustrado por la oscilación entre una enfermiza sexualidad y unos menos morbosos impulsos místicos).
  • Azorín: La voluntad (en Yecla, estancada en retroceso económico y demográfico, el sacerdote Pueyo tiene una conversación con un joven que critica la propiedad privada y la injusticia social).
  • Valle-Inclán: Sonatas (de otoño, estío, primavera, invierno): memorias amables. Galán amoroso, frío y cínico, egoísta, incapaz de amar, da un marco de musicalidad a la fase erótica.
  • Antonio Machado: Soledades: fuerte melancolía, el laberinto, el sueño y el misterio. Describe el ambiente español, el campo.
  • Juan Ramón Jiménez: Ninfeas / Almas de violeta: sentimentales, sensualistas, neorrománticas, fervientemente modernistas. Rimas: superior a Ninfeas y Almas de violeta, con acento popular.

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