Literatura Española de la Posguerra (1936-1970)
La Guerra Civil (1936-1939) marcó profundamente la literatura española, dando origen a la llamada Generación del 36, cuyos escritores vieron sus obras influenciadas por el conflicto y el exilio. Durante los primeros años de destierro, los poetas exiliados escribieron sobre la patria perdida. Los poetas que permanecieron en España se dividieron entre los que cultivaron una poesía arraigada, vinculada al bando vencedor, y los que escribieron una poesía desarraigada, que reflejaba la angustia de la situación humana del momento.
Poesía
Miguel Hernández, nacido en Orihuela (Alicante), representa un puente entre la Generación del 27 y la del 36. Murió de tuberculosis en la prisión de Alicante en 1942. Su obra combina poesía clásica, tradicional y vanguardista. Entre sus obras destacan: Perito en lunas, El rayo que no cesa, Viento del pueblo y Cancionero y romancero de ausencias.
Década de los 40
En esta década surgieron dos corrientes principales: la poesía arraigada y la poesía desarraigada. La revista de la poesía arraigada fue Escorial o Garcilaso, tomando a Garcilaso de la Vega como modelo. Los temas principales fueron el amor, la familia, la fe católica, el paisaje castellano, el ensalzamiento del régimen y los valores imperiales. Entre los poetas importantes se encuentran: Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo, José García Nieto y Luis Rosales.
La poesía desarraigada tuvo como revista principal Espadaña y como punto de partida el libro de Dámaso Alonso, Hijos de la ira. Estos poetas veían el mundo como un caos angustioso y sus temas se centraban en la búsqueda del sentido de la existencia humana. Entre los poetas destacados están: Victoriano Crémer, José Luis Hidalgo y Eugenio G. de Nora.
Década de los 50
La poesía social o comprometida concibió la poesía como un medio de comunicación con el pueblo silenciado y un instrumento de transformación social. Los temas principales fueron la situación de España, la injusticia social y el anhelo de paz y libertad. Poetas importantes de esta corriente son: Blas de Otero (Pido la paz y la palabra) y Gabriel Celaya (Cantos íberos).
Década de los 60
El eje de esta década fue la preocupación ética por el ser humano. Los temas esenciales fueron el paso del tiempo, la infancia, la amistad, el amor y la vida cotidiana. Entre los poetas destacados se encuentran: Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma, Antonio Gamoneda, Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald y José Agustín Goytisolo. José Hierro y Ángel González también se incluyen en esta década.
Década de los 70
Surge la Generación del 68, también conocida como los Novísimos o Venecianos. La antología Nueve novísimos poetas españoles, de José María Castellet, dio nombre a este grupo. Estos poetas rechazaron el realismo social e integraron influencias culturales y literarias diversas, con frecuentes referencias culturales e históricas. Entre los poetas destacan: Félix de Azúa, Antonio Martínez Sarrión (Teatro de operaciones), Ana María Moix, Pere Gimferrer (La muerte en Beverly Hills), Leopoldo María Panero (Así se fundó Carnaby Street) y Antonio Colinas (Sepulcro en Tarquinia).
Narrativa
Década de los 40
Esta década estuvo marcada por el exilio de numerosos escritores tras el triunfo del general Franco y por la aparición de novelas que exaltaban los valores del nuevo régimen.
- Novela idealista: Se publicaron novelas propagandísticas que exaltaban la guerra y el régimen dictatorial, como Javier Mariño de Gonzalo Torrente Ballester y obras de Jardiel Poncela.
- Realismo existencial: Los temas principales fueron la soledad, la muerte, la frustración de las ilusiones y el desarraigo. Autores destacados: Camilo José Cela (La familia de Pascual Duarte), Carmen Laforet (Nada) y Miguel Delibes. El tremendismo fue una variante del realismo existencial que enfatizaba los aspectos más sórdidos de la realidad.
- Narrativa del exilio: El tema central fue España. Autores: Max Aub, Ramón J. Sender (Réquiem por un campesino español) y Francisco Ayala (Los usurpadores).
Década de los 50
La publicación de La colmena de Camilo José Cela marcó el paso a un nuevo tipo de narrativa: la novela social, que intentaba dar testimonio de los problemas de España y contribuir a la transformación del país. Los autores se centraron en dar testimonio de las acciones mediante los diálogos de los personajes. Autores destacados: Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama), Jesús Fernández Santos, Alfonso Grosso, Juan Goytisolo (Duelo en el paraíso), Juan García Hortelano y Jesús López Pacheco.
Camilo José Cela, nacido en A Coruña, fue miembro de la Real Academia Española y ganó el Premio Nobel de Literatura. Miguel Delibes, nacido en Valladolid, escribió obras como La sombra del ciprés es alargada, Cinco horas con Mario y Los santos inocentes.
Década de los 60
El declive del realismo social, la influencia de escritores europeos y americanos, y el surgimiento del boom de la novela hispanoamericana provocaron el nacimiento de la novela experimental. Los rasgos de estilo de esta novela fueron:
- Temas: Abordó la infancia, la guerra, el paso del tiempo y la reconstrucción de la propia memoria.
- Punto de vista: Se enfocó la historia desde la perspectiva de un personaje o de diferentes personajes.
- Desorden cronológico: Se recurrió a la elipsis, la analepsis o la prolepsis.
- Estructura: Se dividió en secuencias o se utilizó el discurso interrumpido.
- Protagonista individual: En conflicto con lo que le rodeaba y consigo mismo.
- Intervenciones del narrador: Uso del estilo indirecto libre y monólogo interior. El diálogo perdió importancia.
Autores destacados: Luis Martín Santos, Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa) y Juan Benet (Volverás a Región).
Teatro
Teatro de los 50
Los dramas de esta época apenas llegaron a los escenarios importantes y se difundieron en círculos universitarios o de aficionados. El teatro existencial se inició en España con la obra de Antonio Buero Vallejo, Historia de una escalera. Sus etapas fueron: la etapa contemporánea (Historia de una escalera, En la ardiente oscuridad y El tragaluz), la etapa histórica y la última etapa. Miguel Mihura es considerado el renovador del teatro cómico de posguerra, introduciendo un humor irracional basado en situaciones disparatadas. Obras: Tres sombreros de copa, Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario, Maribel y la extraña familia y Ninette y un señor de Murcia.
Teatro de los 60
La leve apertura de la censura franquista permitió la entrada de corrientes dramáticas europeas como el teatro de Bertolt Brecht, el teatro del absurdo de Ionesco y Beckett, y el teatro de la crueldad de Artaud. Autores: Fernando Arrabal (Pic-nic), Francisco Nieva y Antonio Gala (Anillos para un drama).
Teatro de los 40
La desaparición de los autores más innovadores de la etapa anterior y la censura afectaron al texto teatral y a la representación. El teatro burgués fue el predominante, ofreciendo entretenimiento a la clase media urbana. Los rasgos importantes fueron el predominio de la comedia burguesa, la defensa de valores tradicionales, los finales felices y el estilo. Se establecieron dos tipos de obras: las de ambientación realista (temas amorosos o conyugales) y las de ambientación fantástica (distorsión de la realidad con elementos inverosímiles, a menudo tratando problemas económicos). Jacinto Benavente fue el ganador del Premio Nobel de 1922.