Literatura Española e Hispanoamericana de finales del siglo XIX y principios del XX

1. Introducción

Al hablar de la literatura española de finales del siglo XIX y principios del XX, es crucial abordar la Generación del 98 y el Modernismo como movimientos literarios que renovaron la poesía. Algunos autores, como Antonio Machado y Ramón María del Valle-Inclán, pertenecientes a la Generación del 98, también compartieron preocupaciones, intereses y estilos propios del Modernismo, debido a las circunstancias históricas y ambientales comunes.

2. Modernismo y Generación del 98

2.1. Origen del Modernismo

El Modernismo surgió en Hispanoamérica a finales del siglo XIX, y su inicio se suele situar en 1888 con la publicación de Azul, del escritor nicaragüense Rubén Darío.

2.2. Características de la poesía del 98

Se centra en dos temas clave:

  • El tema de España: Con diferentes visiones, se refleja en el intento de descubrir el alma del país a través del paisaje, especialmente el castellano; de la historia de sus gentes (intrahistoria); y de la literatura medieval y clásica, especialmente la de Cervantes.
  • El tema existencial: La preocupación por el sentido de la vida, la obsesión por el tiempo y la indecisión religiosa.

Estilísticamente, rechazan los retoricismos y apuestan por un lenguaje sencillo y claro.

2.3. Autores y obras

  • Rubén Darío: Azul, Prosas profanas, Cantos de vida y esperanza.
  • Manuel Machado: Alma, Caprichos, Cante hondo.
  • Antonio Machado:
    • Primera etapa: Soledades (1903) y Soledades, galerías y otros poemas (1907).
    • Segunda etapa: Campos de Castilla (1912, ampliado en 1917). Las preocupaciones éticas y sociales se aproximan a las del grupo del 98.
    • Tercera etapa: Nuevas canciones (1924). Supone un cierto decaimiento; el autor se centra más en proverbios y cantares, acorde con sus crecientes inquietudes filosóficas.
  • Miguel de Unamuno: Miembro del grupo del 98, practicó una poesía reflexiva y metafísica: El Cristo de Velázquez y Cancionero.
  • Juan Ramón Jiménez: Concibe la poesía como búsqueda de belleza, eternidad y conocimiento. Su primera etapa, sensitiva, es la más modernista: Arias tristes, La soledad sonora.

3. Narrativa Hispanoamericana: El Realismo Mágico

La novelística hispanoamericana se caracterizaba por su aislamiento y temática local hasta que en 1962 la editorial española Seix Barral concedió el Premio Biblioteca Breve a La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa. En pocos años, surgieron numerosas obras que revelaron una prodigiosa fantasía, ansia de lo existencial y necesidad de libertad artística, ocultas bajo el realismo, naturalismo y regionalismo.

El éxito llegó con Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, en 1967. Con ella, la novelística hispanoamericana se universalizó. El boom de la literatura hispanoamericana fue una explosión de obras en prosa que contribuyeron a la identidad cultural de Hispanoamérica.

3.1. La novela realista (1900-1940)

A comienzos del siglo XX, se percibe la huella del Modernismo y un progresivo rechazo al cosmopolitismo, una búsqueda de lo americano y una mayor sencillez estilística. Rubén Darío también escribió cuentos fantásticos y modernistas.

Surge una novela realista con tintes político-sociales. Sus temas son la tierra, la naturaleza y el ser humano. Representantes de este momento son: Mariano Azuela (Los de abajo), Ricardo Güiraldes (Don Segundo Sombra), José Eustasio Rivera (La vorágine) y Rómulo Gallegos (Doña Bárbara).

3.2. Desde los años 40 a los 60: El Realismo Mágico

A partir de 1940, se renueva el lenguaje, la estructura de la novela y las técnicas narrativas. Hay mayor interés por los problemas humanos y existenciales, además de los sociales, y por la novela urbana. Se supera el realismo tradicional mediante el «realismo mágico», que combina el realismo con elementos fantásticos o sobrenaturales, incluye ambientes urbanos y aborda problemas existenciales. Autores clave son: Miguel Ángel Asturias (El señor presidente), Alejo Carpentier (El reino de este mundo), Juan Rulfo (Pedro Páramo) y Jorge Luis Borges (Ficciones, El Aleph).

3.3. La nueva novela (a partir de los años sesenta)

En los años sesenta, surge una promoción de novelistas que protagonizan el boom de la literatura hispanoamericana, basado en la acentuación del realismo mágico: ampliación hacia lo urbano, incidencia en problemas existenciales, integración de fantasía y realidad, y experimentación en técnicas y lenguaje, inspirados en autores como Kafka, Proust y Joyce. No olvidan temas tradicionales como el mundo indígena, la figura del dictador o la identidad americana, pero les dan un nuevo enfoque.

3.3.1. Rasgos de la nueva narrativa

3.3.1.1. Aspectos temáticos
  • La fantasía: Lo mágico y maravilloso son parte de la realidad.
  • Lo fantástico: Se percibe una realidad compleja que se refleja en la irrupción de lo misterioso o en la creación de mundos ficticios.
  • La condición humana: Se plantean los grandes problemas del ser humano en la sociedad contemporánea.
  • La literatura: Los narradores muestran su preocupación por la creación literaria (Borges, Cortázar).
  • El humor: Burla, sátira y humor metafísico o trágico.
  • El erotismo: Forma parte de la condición humana, relacionado con las circunstancias sociales y culturales.

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