Literatura Española Después de 1975: Tendencias y Autores Clave

Literatura Española Después de 1975

Introducción

La crítica considera 1975 como el inicio de una nueva etapa de la literatura española. Desde entonces, las nuevas condiciones sociopolíticas y culturales (la democracia, el desarrollo y el bienestar económico y social) se reflejarán en la producción literaria, sobre todo en las relaciones entre el libro y el mercado, y en la expresión de una nueva mentalidad.

2. Narrativa

En la narrativa de este periodo destaca la diversidad estética de las obras y la recuperación de elementos tradicionales del relato (argumento, acción y personajes).

2.1. Tendencias Estéticas

A partir de 1975 se distinguen las siguientes tendencias dominantes:

  • 2.1.1. Novela experimentalista y discursiva: Novela centrada en el discurso, que emplea complejidad lingüística y una heterogeneidad de contenidos. Ej.: La novela del corsé (1979), de Manuel Longares.
  • 2.1.2. Metanovela: Trata de la creación literaria, del proceso de leer o escribir. La cólera de Aquiles (1979) de Luis Goytisolo.
  • 2.1.3. Novela histórica: Soldados de Salamina (2001) de Javier Cercas.
  • 2.1.4. Novela erótica: Octubre, Octubre de José Luis Sanpedro.
  • 2.1.5. Novela de acción: Incluye las novelas policíacas, de aventuras, de espionaje. La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza.
  • 2.1.6. Novela crónica: Asume la forma de crónicas del pasado o del presente. La noche que llegué al café de Gijón de Francisco Umbral.
  • 2.1.7. Novela realista: A partir de 1975 se produce un resurgimiento del realismo con una estética renovada y que incorpora elementos fantásticos, míticos y oníricos. Un buen ejemplo de esta tendencia es Juegos de la edad tardía de Luis Landero.

2.2. Autores destacados

  • 2.2.1. Luis Mateo Díez: Las obras de Mateo Díez presentan la recuperación del pasado por medio de la memoria, del recuerdo. Se ha destacado de este autor su afición a la tradición oral y un discurso literario caracterizado por los artificios retóricos, con rasgos esperpénticos y paródicos. Entre sus títulos destaca: La fuente de la edad (1986).
  • 2.2.2. Javier Marías: Las novelas de Marías representan una prosa reflexiva con cierta tendencia a las descripciones minuciosas y a la digresión, e incluyen extensos enunciados en los que es frecuente la intertextualidad, esto es, las referencias a otros textos. Temas frecuentes en su producción son la muerte, el paso del tiempo, la búsqueda de la verdad, el azar y el fracaso de las relaciones amorosas. Entre sus obras destaca Corazón tan blanco (1992).
  • 2.2.3. Antonio Muñoz Molina: En sus obras, Muñoz Molina se propone salvar e inventar la memoria. Su prosa se distingue por el empleo de enunciados extensos, de la amplificación mediante comparaciones y las enumeraciones y por el uso continuo de la adjetivación. Entre sus obras destaca El invierno en Lisboa (1987).

3. Poesía

En la poesía de este periodo encontramos un panorama complejo donde conviven diversas corrientes. Se caracteriza por la ausencia de una estética dominante.

3.1. Décadas de los 80 y los 90

Prevalece la estética de la promoción de los 70, pero se van desarrollando distintas tendencias, de las que destaca la poesía realista. Da importancia al yo poético y al compromiso, aparece el humor, la vida cotidiana y las realidades urbanas.

3.1.1. Poesía figurativa o de la experiencia

Es la corriente dominante hasta mediados de los 90 con las siguientes características:

  • 3.1.1.1. Carácter ficticio del poema, del yo poético y surgen las reflexiones. Estas tratan del desengaño, el amor, el paso del tiempo, etc.
  • 3.1.1.2. Estética realista, en la que es central el ámbito de la ciudad y lo cotidiano.
  • 3.1.1.3. Estilo cuidado pero sencillo, con rasgos prosaicos y léxico propio de la cultura urbana.
3.1.2. Otras tendencias poéticas
  • 3.1.2.1. Poesía del silencio: Enlaza con el simbolismo, la poesía pura y la obra de Jorge Guillén. Ej: Andrés Sánchez con Clima.
  • 3.1.2.2. Poesía neoimpresionista: Predomina el paso del tiempo y una visión nostálgica de la realidad. Elegías de Eloy Sánchez.
  • 3.1.2.3. Poesía épica: Rescata la historia, los mitos y los valores del pasado. Europa de Julio Martínez Mesanza.
  • 3.1.2.4. Poesía neosurrealista: Prima la oscuridad y el irracionalismo de imágenes. Un lugar para el fuego de Amalia Iglesias.

3.2. Desde 1990 hasta la actualidad

Destaca la pluralidad de poéticas e intereses, sin que exista una corriente dominante de nuevo. Sus rasgos más importantes son:

  • 3.2.1. Influencia de distintas tradiciones literarias como, por ejemplo, la vanguardista.
  • 3.2.2. Disminución del yo poético y una visión más nihilista y desesperanzada, aunque esto no excluye el vitalismo.
  • 3.2.3. Búsqueda de la trascendencia y del misterio que se encuentra en la realidad.
  • 3.2.4. Presencia de motivos extraídos del cine, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías. Cabe destacar la tendencia poética crítica.
  • 3.2.5. Renovación lingüística, regreso a la importancia del lenguaje poético. Tendencia a la condensación y el fragmento: poemas breves y elipsis, también parodias.

4. Teatro

El periodo de la transición afectó profundamente al teatro. Sin duda, el mayor cambio relevante fue el surgimiento del llamado teatro neorrealista.

4.1. La transición (1975-1985)

Se producen unos cambios sociopolíticos que derivan en nuevos fenómenos teatrales:

  • 4.1.1. Se recuperan los dos grandes dramaturgos del siglo XX: Valle-Inclán y García Lorca. También algún exiliado (R. Alberti).
  • 4.1.2. Los representantes del realismo teatral continúan componiendo y representando sus obras (Fernando Fernán Gómez, Antonio Gala y Adolfo Marsillach).
  • 4.1.3. Los vanguardistas (Nieva y Arrabal) tuvieron en este período mucha importancia.
  • 4.1.4. Los autores simbolistas dejan de escribir o siguen caminos separados (Ruibal y Riaza).
  • 4.1.5. Con la llegada de la democracia, muchos grupos de teatro independiente no consiguieron sobrevivir; aunque otros cosechan grandes éxitos, como Els Joglars o Dagoll Dagom. Por su parte, la nueva comedia burguesa, que había triunfado en los sesenta, continúa estrenando obras con éxito. Finalmente, destacar que es en este momento cuando comienza a darse forma al teatro neorrealista del que hablaremos a continuación.

4.2. El teatro neorrealista

  • 4.2.1. La nueva generación de autores, la generación del 82 o de la transición, poseía bastante conocimiento del teatro gracias a que provenían del teatro independiente o de la universidad. Los grandes dramaturgos fueron José Sanchís Sinisterra, José Luis Alonso de Santos, Ignacio Amestoy y Fermín Cabal.
  • 4.2.2. En cuanto a los rasgos más característicos, destacamos la actitud realista, un peculiar interés en personajes marginales (drogadictos, fracasados…), humor e ironía y el mantenimiento del teatro tradicional en oposición al de vanguardia, eso sí, rompiendo la moralidad tradicional.

4.3. Las últimas promociones

  • 4.3.1. Al final de los 80 surgen nuevos dramaturgos de formación universitaria que continúan la labor de los anteriores escritores. Destacan Ignacio del Moral, Paloma Pedrero y Ernesto Caballero y en sus obras expresan el desencanto acaecido por un fracaso.
  • 4.3.2. El siguiente conjunto de compositores teatrales tiene como inicio los años noventa. Destacan Mayorga y Álamo con la reflexión sobre problemas sociales contemporáneos, y Rodrigo García y García May con elementos diversos (música, cine, televisión, publicidad, etc.).

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