Las Vanguardias
Conocidas como ismos, las vanguardias tuvieron un impacto significativo en la literatura española. Entre ellas destacan:
- El Creacionismo: De origen hispánico, aspiraba a crear la realidad dentro de la propia obra. Para ello, se servía de numerosos juegos lingüísticos.
- El Surrealismo: De origen francés, pretendía expresar las emociones y pensamientos del subconsciente. Entre sus recursos estaba la escritura automática, que daba lugar a imágenes irracionales.
La Nueva Novela de Principios de Siglo
El modelo de novela experimentó una revolución en sus formas y contenidos:
- Marcel Proust: Autor de un ciclo de siete novelas: En busca del tiempo perdido.
- Franz Kafka: Escribió novelas como La metamorfosis y El proceso.
- James Joyce: Escribió Ulises.
El Novecentismo
Surgió un grupo de escritores caracterizados por su intelectualismo, su afán europeísta y su búsqueda de un aire nuevo. Este grupo se conoce como Generación del 14.
El principal representante de la poesía novecentista es Juan Ramón Jiménez.
La Novela Novecentista
Dos rasgos principales la definen: el lirismo descriptivo y la presencia de pasajes ensayísticos.
Entre los novelistas de la Generación del 14 destacaron Gabriel Miró (El obispo leproso) y Ramón Pérez de Ayala (Belarmino y Apolonio).
Mención aparte merece el novelista y ensayista Ramón Gómez de la Serna, principal introductor de las vanguardias en España y creador de las greguerías, que él mismo definía como una suma de humorismo y metáfora.
El Ensayo Novecentista
Destacó José Ortega y Gasset, autor de La deshumanización del arte. Su pensamiento marcó profundamente a la Generación del 27.
La Generación del 27
En los años 20 surgió un nuevo grupo de escritores: la Generación del 27. Recibían este nombre porque se reunieron en 1927 para conmemorar el tricentenario de la muerte de Luis de Góngora.
Los poetas del 27 no se conformaron con imitar el modelo de la poesía pura, sino que incorporaron nuevos elementos formales y temáticos, fundiendo vanguardia y tradición en sus obras.
Pertenecen a esta generación, entre otros, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego y Vicente Aleixandre.
Juan Ramón Jiménez
Nació en Moguer en 1881. En 1916 se marchó a Estados Unidos para casarse con Zenobia Camprubí y allí regresó tras el estallido de la Guerra Civil. En 1956 obtuvo el Premio Nobel de Literatura y dos años más tarde falleció en Puerto Rico.
- Etapa Sensitiva: Marcada por la influencia del modernismo, tienen gran importancia la musicalidad y la adjetivación.
- Etapa Intelectual: Esta etapa se inaugura en 1916 con Diario de un poeta recién casado. Se abordan asuntos como la soledad, la muerte, la eternidad o la creación.
- Etapa Suficiente o Verdadera: A esta etapa pertenecen los libros escritos por el autor durante su exilio americano, entre los que destacan En el otro costado y Dios deseado y deseante.
Federico García Lorca
- Primera Etapa: Romancero gitano, poesía de tipo popular, en la que retoma formas de la poesía tradicional española para expresar algunos de los temas recurrentes en su producción: el deseo, la rebeldía, la muerte.
- Segunda Etapa: Poeta en Nueva York. Lorca está muy influido por los movimientos de vanguardia y por el surrealismo. Temas como la miseria, el hambre o la injusticia social son centrales en esta obra.
La Lírica en el Franquismo: De la Poesía Desarraigada a la Poesía Social
Tras la Guerra Civil surgieron dos tipos de poesía:
- La Poesía Arraigada: Cultivada por autores como Leopoldo Panero o Luis Rosales, se caracteriza por su tono optimista.
- La Poesía Desarraigada: Expresaba un sentimiento de angustia ante la vida. Destacan Hijos de la ira de Dámaso Alonso y la obra de Blas de Otero.
La poesía desarraigada evolucionó hacia la poesía social de los años 50. El principal precursor de la poesía social fue Miguel Hernández, autor de obras como Viento del pueblo y El hombre acecha. Dentro de la poesía social destacaron Blas de Otero, Gabriel Celaya y José Hierro.
- Blas de Otero: Escribió libros como Pido la paz y la palabra o Que trata de España.
- Gabriel Celaya: Defendió la idea de que «la poesía es un arma cargada de futuro».
- José Hierro: Obras como Tierra sin nosotros o Quinta del 42.
La Generación de los 50
Integraban este grupo, entre otros, Claudio Rodríguez, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente y Ángel González. Pretendían profundizar en el conocimiento de la realidad o evocar recuerdos y experiencias personales.
Los Novísimos
En 1970 el crítico José María Castellet publicó la antología Nueve novísimos poetas españoles. Este hecho marcó la aparición de los novísimos, un grupo de poetas que renovaron el lenguaje poético mediante la creación de una poesía esteticista y minoritaria.
La Novela en el Franquismo
La Novela de los Años 40
La publicación de La familia de Pascual Duarte en 1942, de Camilo José Cela, marcó el inicio del tremendismo, que abordaba con crudeza los aspectos más sórdidos de la realidad. Obra relevante de esta década fue la novela Nada de Carmen Laforet.
La Novela Social de los Años 50
De nuevo fue un libro de Cela, La colmena, el que dio origen a esta corriente.
- El narrador intenta reflejar los hechos con objetividad y reproduce los diálogos como si los hubiese grabado previamente.
- La novela no se centra en un único protagonista, sino en la vida de un grupo, un protagonista colectivo.
- Las descripciones de personajes y ambientes retratan la cotidianidad con intención crítica y alcanzan gran importancia en la narración.
Destaca también Las ratas de Miguel Delibes.
La Novela Experimental de los Años 60
La publicación de Tiempo de silencio de Luis Martín Santos, supuso el comienzo de la novela experimental.
En sus obras dieron más importancia al lenguaje y a la estructura que al argumento, e indagaron en sus personajes a través del monólogo interior.
Cinco horas con Mario de Miguel Delibes, Oficio de tinieblas de Camilo José Cela.
La Novela en Hispanoamérica
Un grupo de escritores que constituyeron el llamado Boom de los 60, entre ellos: Gabriel García Márquez (Cien años de soledad), Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros), Ernesto Sábato (El túnel) o Julio Cortázar (Rayuela).
El Teatro en el Franquismo
En los primeros años predominó un teatro cómico destinado a la burguesía. Ya en los años 40 comenzó a escribirse un teatro de humor más intelectual. Destacaron Enrique Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro) y Miguel Mihura (Tres sombreros de copa).
En los años 50, con la aparición de un teatro social que pretendía reflejar los problemas del país, destaca Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo.
Durante los años 60 y 70 se impuso la experimentación escénica. Se dio mayor importancia al espectáculo y a la interacción con el público.