LA LÍRICA DEL SIGLO XX HASTA 1939
Inicios del siglo. El Modernismo
A finales del siglo XIX, los gustos estéticos se ven modificados debido a un cambio de mentalidad artística, que recupera principios del Romanticismo como la originalidad o la libertad creadora. La situación de crisis en la cultura occidental a finales del siglo XIX, agravada en el caso español por el desastre del 98, provocó un cambio en el rumbo artístico. El movimiento literario correspondiente a este período es conocido como Modernismo. El Modernismo se inspira en dos movimientos del siglo XIX: por un lado, el Parnasianismo (arte por el arte); por otro lado, el Simbolismo (la realidad escondida tras las apariencias). Los temas básicos del modernismo son: la soledad, el escapismo, el amor y el erotismo.
El principal representante es Rubén Darío, con Azul y Prosas Profanas.
Antonio Machado, principal poeta del Modernismo simbolista, con Soledades, galerías y otros poemas. En su segunda obra, Campos de Castilla, junto a los anteriores aparece el tema de España.
Juan Ramón Jiménez se inicia en la estética Modernista, sus obras Arias tristes y Sonetos espirituales. Entiende la escritura como una búsqueda constante de la belleza y la perfección. Otras de sus obras más importantes fueron: Diario de un poeta recién casado o Dios deseado y deseante.
VANGUARDIA Y GENERACIÓN DEL 27
De una síntesis entre la innovación vanguardista y el amor por la tradición surgirá la Generación del 27, con Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.
Los poetas del 27 conciben la poesía como arte capaz de interpretar y renovar la realidad. Góngora es el modelo común. Se emplean formas métricas tradicionales y otras innovadoras. Se usa el verso libre. Estos autores evolucionan desde una poesía pura, vital e idealista a una poesía social y comprometida. Durante la Guerra Civil esta vertiente se acentúa. Tras la guerra civil y muerto Lorca, el grupo se dispersa: la mayoría se exilia por motivos políticos. En España se quedan Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre. Aquí nos centraremos en los autores andaluces del grupo del 27.
- Vicente Aleixandre, fue premio Nobel en 1977, sus temas son el amor y la naturaleza. En su primera etapa, sus obras: Espadas como labios y Sombras del paraíso. Su segunda etapa supone un abandono del surrealismo, destacamos su obra Historia del corazón.
- Federico García Lorca, fusión de lo tradicional con vanguardia y la poesía pura. Destaca: Poema del cante jondo y Romancero Gitano. Después, compone Poeta en Nueva York y Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías.
- Rafael Alberti, se compone de 3 etapas: Primera etapa, estética neopopularista con Marinero en tierra. Segunda etapa, etapa gongorina con Cal y canto. Tercera etapa, etapa surrealista con Sobre los ángeles.
Con la llegada de la Guerra, hace una poesía más comprometida. Destacamos Un fantasma recorre Europa. Se exilia y destacamos: Roma, peligro para caminantes y Retornos de lo vivo lejano.
- Luis Cernuda, es el poeta del amor, su primer libro fue Perfil del aire, otros fueron: Los placeres prohibidos y Donde habita el olvido. Se exilia y sigue escribiendo y destacamos Desolación de la quimera. El poeta del 27 que más ha influido en las generaciones posteriores.
LA NARRATIVA DESDE LOS AÑOS 70 A NUESTROS DÍAS
A principios de los 70 destaca Gonzalo Torrente Ballester, su obra más importante fue La saga/fuga de J.B, se inicia la recuperación de los pilares de la narración y del arte de contar historias como base de la novela.
- Novela de intriga: Eduardo Mendoza, con La Verdad sobre el caso Savolta inaugura El misterio de la cripta embrujada. Antonio Muñoz Molina, con Beatus ille. Arturo Pérez Reverte con El maestro de esgrima o La tabla de Flandes. Manuel Vázquez Montalbán con El estrangulador.
- Novela histórica: Eduardo Alonso con Palos de ciego. Alberto Méndez con Los girasoles ciegos.
- Novela metaliteraria: Con Luis Landero, Juegos de la edad tardía. Juan José Millás, La soledad era esto.
- Novela de autoficción: utiliza la vida real del escritor. Javier Cercas con Soldados de Salamina. Javier Marías con Negra espalda del tiempo. Enrique Vila-Matas con París no se acaba nunca.
- Novela prolongada del realismo: Julio Llamazares con La lluvia amarilla y Luna de lobos.
- Novela estilística: Francisco Umbral con Mortal y rosa. Javier Marías con Mañana en la batalla piensa en mí.
- Novela intimista: Adelaida García Morales con El sur. José Luis Sampedro con El río que nos lleva.
- Cuento y novela corta: Manuel Rivas con ¿Qué me quieres, amor? José María Merino.
- Novela negra: Juan Madrid con Tánger. Lorenzo Silva con El alquimista impaciente. Andrés Trapiello con Los amigos del crimen perfecto.
- Nueva generación de narradores: bajo el nombre de Afterpop o generación «Nocilla». Agustín Fernández Mallo con Nocilla Experience. Germán Sierra, Vicente Luis Mora o Javier Calvo. Se percibe en ellos el influjo de la estética híbrida y fragmentaria de las nuevas tecnologías.
LA LÍRICA DESDE 1940 A LOS AÑOS 70
Los primeros años
La poesía está condicionada por la situación española. Ante el horror de la guerra, los poetas buscan respuestas y realizan una poesía espiritualista, que desearán convertirse en la voz de la mayoría donde surge la poesía social.
La actividad lírica se centra en la colaboración de revistas literarias:
- Garcilaso agrupa a los poetas más cercanos al régimen oficial que ofrecen una visión optimista del hombre y del mundo.
- Espadaña es la revista de los poetas contrarios al régimen, que aportan una visión de un mundo conflictivo e imperfecto.
Pablo García Baena y el grupo Cántico
En la posguerra hubo lugar para la poesía pura gracias a los poetas cordobeses que en 1947 fundaron la revista Cántico. Su nombre procede de la obra del poeta puro, Jorge Guillén. Están influidos por el intimismo y el refinamiento de Luis Cernuda.
Pablo García Baena (Córdoba 1923) es el principal del grupo Cántico. El amor es el tema fundamental. El grupo se compone de autores cordobeses.
El postismo
Da nombre al surrealismo ibérico. El gaditano Carlos Edmundo de Ory es su fundador. El postismo es un movimiento que reivindica la libertad creativa y el sentido lúdico del arte.
Poesía espiritual. Poesía social
La primera poesía de posguerra se caracteriza por un tono individualista. Los poetas alzan sus ojos a Dios para pedirle explicaciones. Se irá modificando esta tendencia inicial. A finales de los cuarenta surge en España una poesía social.
Los dos autores más representativos son Gabriel Celaya y Blas de Otero. Por estas fechas José Hierro comienza a escribir, uno de los poetas más personales y reconocidos de la segunda mitad del siglo XX.
La poesía social evita los problemas íntimos, individuales para centrarse en lo colectivo.
La generación de los 50
A mediados del siglo XX irrumpe en el panorama literario un nuevo grupo de poetas. La poesía de estos autores vuelve a preocuparse por el Hombre y se trata de una poesía inconformista y escéptica que se centra en lo cotidiano y el intimismo.
LA LÍRICA DESDE LOS AÑOS 70 A NUESTROS DÍAS
Los novísimos
Tras la revolución cultural surge un nuevo grupo de poetas conocido como Generación del 68. Plantean un amplio concepto de cultura. Otros novísimos optan por una poesía decadentista inspirada en la obra del griego Kavafis y toma a Venecia como centro de su estética. Los novísimos sienten a Aleixandre o Cernuda como modelos. El nombre de este grupo procede de la antología Nueve novísimos poetas españoles, publicada en 1970.
Últimas generaciones de poetas
Desde los 70 se advierte una variedad en la lírica española. La década se inicia bajo los novísimos y aparecen nuevas tendencias:
- Experimentalismo: basado en la utilización de las antiguas técnicas vanguardistas.
- Culturalismo: influencia del mundo clásico grecolatino. El poeta manifiesta un vasto dominio cultural.
- Surrealismo: en los 80 podemos destacar una línea de recuperación del Surrealismo, se trata de una poesía fuertemente erótica.
- Poetas metalingüísticos: entronca con la poesía pura y se orienta hacia la indagación sobre el lenguaje. Son rasgos de esta poética la ausencia de adornos superfluos y el antirrectoricismo.
- Poesía de la conciencia: son poetas que pretenden sacudir la conciencia. La poesía se concibe como acción social y hasta política. Dentro de esta tendencia está el realismo sucio.
- Poesía de la experiencia: es la tendencia poética más característica. Tras el declive se produce una recuperación de la generación del medio siglo y una revisión de la tradición literaria previa. Se observa una tendencia a la recuperación de ciertas formas métricas combinadas con el uso de un lenguaje perteneciente al mundo de lo cotidiano. No faltan elementos irónicos y humorísticos. Destacan los temas urbanos. Se aprecia un lenguaje muy elaborado y elegante.
LA NARRATIVA DEL SIGLO XX HASTA 1939
La narrativa del grupo del 98
Es una época de sensación de crisis y decadencia cultural. Se produce un rechazo del realismo y del racionalismo positivista. Hay modificaciones con respecto a la narrativa anterior, la realista. Hay cuatro autores:
- Unamuno: temas como la tradición, la intrahistoria y el concepto de España. Estos temas se plasman en sus «nivolas», caracterizadas por la desnudez narrativa, la audacia formal, una máxima presencia del diálogo y ausencia de hilo argumental previo. Sus obras son: Niebla y San Manuel Bueno, mártir.
- Valle-Inclán: El esperpento basado en la burla, la crítica y la animalización. Modernismo inicial (Sonatas), fase intermedia (ciclo de la Guerra Carlista) y etapa del esperpento con El ruedo ibérico.
- Pío Baroja: Su narrativa es una mezcla de pesimismo y vitalismo. Tiene tonos moralistas, radicales e individualistas. Baroja concibe la novela como «un saco donde cabe todo». Sus trilogías La lucha por la vida, La tierra vasca y La raza.
- Azorín: estilo narrativo impresionista, con lirismo, sintaxis nominal, usa el presente, la descripción y el diálogo.
La narrativa del Novecentismo
Se caracteriza por el antirrealismo, el antirromanticismo y el antinoventayochismo. Defienden la pureza formal y estilística de sus obras. Poseen una sólida formación universitaria y un marcado talante liberal. Pretenden reflexionar sobre la inteligencia creadora del hombre.
- Gabriel Miró: Las cerezas del cementerio y El obispo leproso.
- Ramón Pérez de Ayala: Tinieblas en las cumbres y Troteras y danzaderas.
LA NARRATIVA DESDE 1940 A LOS AÑOS 70
La década de los 40 se centra en historias individuales de extremada crudeza. Tiene un realismo tremendista. Carmen Laforet (Nada), Miguel Delibes (La sombra del ciprés es alargada) y Camilo José Cela (La familia de Pascual Duarte) son los principales representantes de la narrativa. En la novela fantástica y humorista (encontramos a Wenceslao Fernández Flórez con El bosque animado), el realismo tradicional (encontramos a Ignacio Agustí con Mariona Rebull).
En los años 50 la novela social. Se produce un paso del yo al nosotros. Novelas colectivas, también llamadas novelas corales. De entre las obras de este decenio recordamos La colmena de Camilo José Cela, El camino de Miguel Delibes, Pequeño teatro de Ana María Matute. De los andaluces destacan Alfonso Grosso (La zanja) y José Manuel Caballero Bonald (Dos días de setiembre). Sin duda, la obra más importante es El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio.
A partir de los 60, se produce una superación del realismo. Tiempo de silencio de Luis Martín Santos y La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa. Novela experimental donde destaca Juan Goytisolo (Señas de identidad) y Miguel Delibes (Cinco horas con Mario).
El teatro del siglo XX hasta 1939
Este período establece dos grandes grupos de autores: unos que realizan un teatro que cuenta con el favor del público (teatro triunfante) y otro grupo que renueva las formas dramáticas (teatro innovador).
El teatro triunfante en España
Podemos distinguir entre:
- Teatro continuador del Realismo del siglo XX, renovando algunos aspectos. Su principal representación es Jacinto Benavente. Su primera obra, El nido ajeno, fue bien recibida por los jóvenes intelectuales, pero mal por la burguesía.
- Teatro poético en verso, mezcla de Romanticismo y Modernismo, muy conservador y tradicional. Destacan Francisco Villaespesa, Eduardo Marquina y los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos).
- Teatro cómico, su intención es hacer pasar un buen rato. Es un teatro muy reiterativo en las formas de conseguir el humor. Destacamos a los hermanos Álvarez Quintero, Carlos Arniches y el gaditano Pedro Muñoz Seca, inventor de un nuevo género.
El teatro innovador
Los mejores autores serán Valle-Inclán y García Lorca. Debemos reseñar otros autores que plantearon en España un teatro distinto:
- Unamuno escribe un teatro de ideas, donde lo fundamental es el texto. Hay poca acción y casi total ausencia de elementos escénicos.
- Jacinto Grau (El señor de Pigmalión) o Ramón Gómez de la Serna (Los medios seres) plantean experiencias renovadoras.
- Pedro Salinas y Rafael Alberti, autores del 27, escriben un teatro interesante.
- Jardiel Poncela y Miguel Mihura son los máximos exponentes que realizan una interesante labor de renovación en el teatro humorístico español.
Dos figuras destacan en el panorama teatral español del siglo XX:
- Valle-Inclán: Ramón María del Valle-Inclán es uno de los autores más controvertidos, rigurosos, extravagantes y geniales que ha dado nuestra literatura. Se inició en el Modernismo con las novelas de la serie de las Sonatas, donde conviven la elegancia más exquisita y la provocación más amoral. Continuó con una etapa intermedia con las Comedias bárbaras. Su última etapa es la de los esperpentos, sobresalen Divinas palabras y Luces de bohemia, ambas del 1920. España es una deformación grotesca de la civilización europea. La tragedia es un género demasiado noble para recoger aquel ambiente.
- Federico García Lorca: García Lorca representa una de las más altas cumbres de la dramática española moderna. La obra de Lorca supone un intento constante de depuración, de búsqueda del restablecimiento de la pureza original de la palabra evocadora, connotativa, alejada del servicio utilitario pero sin olvidar su función comunicativa. Como dramaturgo, muestra un concepto renovador del arte escénico. El teatro de Lorca parte de tres principios: depurar el teatro poético, incorporar las tendencias vanguardistas y acercar el teatro al pueblo. La mujer es la protagonista principal del teatro lorquiano. Una mujer que representa el ansia de libertad en una sociedad patriarcal y machista, marcada por un destino trágico, por pasiones que se verán condenadas al olvido o al rechazo. Amor imposible; conflicto entre el deseo y la realidad; enfrentamiento de libertad y autoridad… El tema de la frustración es una constante en el teatro lorquiano: Bodas de sangre (amor frustrado), Yerma (maternidad frustrada) y La casa de Bernarda Alba (amor y libertad frustrados). También cultiva un teatro puramente innovador, de raíz surrealista, con obras como El público y Así que pasen cinco años.
El teatro desde 1940 a nuestros días
Las duras condiciones de la posguerra afectaron a la creación literaria y la producción teatral no se va a ver libre de dificultades. Dadas las especiales características del espectáculo dramático, se puede afirmar que el teatro vivió durante la posguerra una intensa crisis general. Aparece un competidor feroz: el cine.
Tendencias teatrales
El teatro triunfante en la inmediata posguerra propone una clara continuidad con las formas y los temas dramáticos anteriores a la Guerra Civil española. Se trata de una serie de autores que conciben el espectáculo teatral a la manera de Jacinto Benavente.
El panorama dramático de la posguerra muestra una clara tendencia al teatro de humor.
- Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro) busca el humor en el planteamiento de situaciones inverosímiles y absurdas. Este esfuerzo malogró ideas y situaciones que podrían haber sido geniales.
- La evolución literaria de Miguel Mihura está marcada por la imposibilidad de representar Tres sombreros de copa. La obra, escrita en 1932, contiene tal poder crítico y corrosivo que impidió su representación hasta 1952. La fama que ya había adquirido Mihura como periodista de La Codorniz fue un factor decisivo que ayudó a dicho éxito.
En los años 50 surge un teatro social, comprometido con los problemas del ser humano. Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre son los autores más sobresalientes.
Este teatro plantea una ruptura con la línea anterior. Se habla de posibilismo e imposibilismo. El posibilismo plantea un teatro moderadamente crítico que pueda estrenarse y que llegue al público.
- De Buero Vallejo (El tragaluz) destaca su teatro de la inmersión, en el que el espectador observa la historia desde dentro.
- Alfonso Sastre concibe el teatro como un medio de concienciación y de agitación. Para este dramaturgo, el escritor debe actuar como si no existiera un teatro imposible de estrenar. Temáticamente, propone investigar la condición del ser humano actual y examinar sus relaciones con la sociedad y elabora un teatro trágico. La sangre y la ceniza es una de sus piezas dramáticas.
A partir de los 60 continúa esta línea más tradicional de teatro, basado ante todo en el diálogo, con nuevos autores como Antonio Gala (Anillos para una dama), José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro), José Sanchis Sinisterra (¡Ay, Carmela!) o Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano).
En una vertiente mucho más rompedora nos hallamos con autores como Fernando Arrabal (Pic-nic), Francisco Nieva o Miguel Romero Esteo. También asistimos al florecimiento de diversos grupos teatrales que representan lo más innovador de la escena española.
- Fernando Arrabal se da a conocer con Los hombres del triciclo, rechazada por público y crítica. Decidió marcharse a Francia, donde ha vivido, escrito y publicado. Hoy en día posee un alto prestigio internacional como renovador de la escena dramática. Posteriormente, su teatro adquiere tonos políticos de lucha: Teatro de guerrilla. Estuvo terminantemente prohibido en España hasta la llegada de la democracia.
A la sombra del boom: últimos novelistas
Tras la internacionalización de la narrativa hispanoamericana, sus mejores autores siguen publicando. Los nuevos narradores acceden a un mercado mucho más atento a las novedades procedentes de Hispanoamérica. Entre los novelistas destacan:
- Manuel Puig (Argentina, 1932) con obras modernas y culturalistas como El beso de la mujer araña (1976).
- Alfredo Bryce Echenique (Perú, 1939): sorprende por su sentido del humor y su capacidad para personajes y situaciones. Alguna de sus obras son Un mundo para Julius (1970) y El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz (1985).
- Isabel Allende (Chile, 1942): su obra es una muestra clara del influjo de García Márquez en la narrativa posterior. Su novela La casa de los espíritus (1982) supuso un éxito de ventas mundial.
La novela y el cuento hispanoamericanos en la segunda mitad del siglo XX
La evolución de la narrativa hispanoamericana durante el siglo XX puede describirse en cinco movimientos:
- Años iniciales del siglo: sigue fiel al realismo decimonónico.
- A partir de 1920: se consolida un realismo con temas americanos.
- Años 40 y 50: se suceden experiencias renovadoras.
- Años 60 y 70: se produce el boom de la nueva narrativa, que sitúa a sus autores en la primera línea de la narrativa mundial.
- Los herederos del boom: consolidan el éxito comercial de la novela hispanoamericana.
La novela realista: regionalismo y problemas sociales
Cuando ya la poesía se había renovado a través del Modernismo, la novela seguía fiel al realismo decimonónico. El realismo domina la novela hasta los años 40.
Entre 1910 y 1920 destacan obras como Los de abajo (1916) de Mariano Azuela, sobre la revolución mexicana, y Raza de bronce (1919) de Alcides Arguedas.
De 1920 a 1940 se consolidan estas tendencias, incidiendo en la lucha del hombre con la naturaleza, la miseria y las dictaduras. Las siguientes novelas son características de este periodo: La vorágine (1924), de José Eustasio Rivera, Don Segundo Sombra (1926), de Rómulo Gallegos, El mundo es ancho y ajeno (1941), de Ciro Alegría.
Hacia la renovación: la superación del realismo
A partir de 1940 se buscarán otros temas y otras técnicas con las que tratar los motivos tradicionales. Se aprecian varias novedades:
- Aparición de temas urbanos.
- Se abordan problemas humanos.
- Aparece la fantasía junto a la realidad.
- Hay una mayor preocupación por las estructuras y el estilo.
Surge un panorama muy rico de autores en el que destacamos a los siguientes:
- Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1986): uno de los más asombrosos autores de cuentos de nuestra época. Sus relatos nos ponen en contacto con lo insólito y excepcional. Sus cuentos se recogen en volúmenes como Ficciones y El Aleph.
- Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1899-1974): aborda de forma muy nueva los viejos temas. En Señor Presidente (1946) trata la dictadura. Obtuvo el premio Nobel en 1967.
- Alejo Carpentier (Cuba, 1904-1980): en Los pasos perdidos (1953) y El siglo de las luces (1962) no dejó de avanzar.
- Juan Rulfo (México, 1918-1986): aporta una colección excepcional de cuentos con El llano en llamas (1953).
La nueva novela hispanoamericana: el boom
En los años 60, los lectores europeos quedan fascinados por autores como Cortázar, García Márquez, Fuentes… Estos novelistas continuaban las innovaciones emprendidas por sus predecesores, llevándolas más lejos y aportando nuevos recursos, ampliando el universo temático, ahondando en el «realismo mágico», experimentando con las estructuras, el lenguaje y el estilo, derrochando creatividad. Nos centraremos en cinco autores:
- Gabriel García Márquez (Colombia, 1927-2014): en sus novelas y cuentos destaca un pueblo imaginario llamado Macondo. En él ambienta El coronel no tiene quien le escriba y Cien años de soledad (1967). La imaginación creadora y la facilidad para contar son las principales virtudes de García Márquez. Otras obras destacables son Crónica de una muerte anunciada (1981) y El amor en los tiempos del cólera (1985). Recibió el premio Nobel en 1982.
- Julio Cortázar (Argentina, 1914-1984): destaca como un estupendo autor de cuentos (Historias de cronopios y de famas) y como un novelista en el que lo fantástico surge dentro de lo cotidiano mostrando la complejidad de lo real. Su obra más conocida es Rayuela (1963).
- Mario Vargas Llosa (Perú, 1936): asombró con La ciudad y los perros (1962), aunque su obra cumbre sea Conversación en La Catedral (1969). A partir de los años ochenta regresa a los caminos de la narrativa y el humor con obras como Pantaleón y las visitadoras (1973). Premio Nobel de Literatura en 2010.
- Ernesto Sábato (Argentina, 1911-2011): es autor de El túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1961) y Abaddón el exterminador (1974). Las dos últimas ofrecen una visión apocalíptica y crítica de nuestro mundo.
- Carlos Fuentes (México, 1928-2012): virtuosismo técnico y carga crítica. Entre sus títulos sobresalen La muerte de Artemio Cruz (1962). Recibió el premio Cervantes en 1987.
La poesía lírica
Predominan las funciones expresiva y poética del lenguaje. Se emplea el verso como forma de expresión, aunque también es frecuente el uso de la prosa lírica.
El poema lírico adopta el punto de vista del «yo» poético en la que el autor se hace presente de forma explícita.
Los poemas en verso tienen como principal elemento formal la métrica. Esta se centra en tres aspectos:
- El verso: es la unidad estructural mínima del poema. Puede ser de arte menor o de arte mayor. Se tienen en cuenta las siguientes licencias métricas:
- Sinalefa: si una palabra termina en vocal y la siguiente empieza por vocal.
- Hiato: fenómeno contrario a la sinalefa.
- Sinéresis: las dos vocales de un hiato se reúnen en una sola sílaba formando un diptongo.
- Diéresis: un diptongo se rompe de manera que sus vocales se separan en dos sílabas distintas.
- Compensación silábica: si la última palabra del verso es aguda se cuenta una sílaba más; si es esdrújula, una menos.
- La estrofa es un conjunto organizado de versos. Los versos de una misma estrofa suelen compartir rima. Es rima consonante si coinciden todos los sonidos y asonante si sólo coinciden los sonidos vocales.
- El poema es la unidad en la que se integran los versos y las estrofas. Puede ser estrófico o poema de verso libre.
Subgéneros líricos: se pueden definir en función de su temática o estructura formal. Los principales son los siguientes:
- Oda: de cierta extensión y tono elevado, para expresar sentimientos.
- Himno: composición solemne destinada al canto que expresa sentimientos patrióticos o religiosos.
- Elegía: poema extenso que expresa sentimientos de dolor.
- Canción: extensión variable, expresa emociones de tipo amoroso.
- Epístola: bajo forma de carta, aborda temas filosóficos o morales.
- Égloga: exposición de sentimientos amorosos y exaltación de la naturaleza.
Características del lenguaje periodístico
Los textos periodísticos son los que aparecen para difundir los acontecimientos de interés general.
Características generales:
- Las funciones pueden ser informar, opinar y entretener.
- Objetividad/subjetividad, dependiendo del género.
- Los textos periodísticos combinan el código verbal junto a otros códigos no verbales, como son:
- La ubicación: mayor importancia de la información que aparece en portada y en páginas impares, puesto que se ven antes que las pares. Por eso mismo, mayor importancia a los textos que aparecen en la mitad superior de la página.
- La extensión: a mayor extensión de la noticia, más importancia.
- La tipografía: del mismo modo que la extensión, a mayor tamaño de la letra del titular, más importancia de la noticia.
- Los gráficos o fotografías: contribuyen también a realzar una información.
Funciones lingüísticas predominantes:
Predominan la función referencial, la expresiva, la apelativa y la poética.
Formas de expresión: la narración (forma de expresión de los artículos informativos) y la exposición combinada con la argumentación (artículos de opinión).
Características lingüísticas:
- Nivel morfosintáctico:
- Abundancia de sintagmas nominales con núcleos acompañados de una gran variedad de adyacentes.
- Diversidad de formas verbales: Imperfectos y presentes atemporales para describir o exponer; pretéritos perfectos y presentes históricos para narrar.
- Frecuentes elipsis, sobre todo en los titulares.
- Abundancia de complementos verbales para aclarar las circunstancias que rodean los hechos.
- Oraciones enunciativas.
- Oraciones subordinadas causales, consecutivas y condicionales en los textos de opinión donde aparece la argumentación.
- Construcciones impersonales y de pasiva refleja.
- Nivel léxico-semántico:
- Sustantivos concretos en los textos informativos.
- Creación de términos nuevos mediante derivación y composición.
- Uso frecuente de siglas y acrónimos.
- Empleo de extranjerismos, sobre todo, anglicismos.
- Perífrasis verbales.
- Recursos literarios.
Los subgéneros periodísticos
Los textos periodísticos cumplen dos funciones: informar (mediante la difusión objetiva de hechos de interés general de actualidad) y opinar (se realiza mediante juicios o valoraciones sobre los hechos de la actualidad). Los géneros periodísticos son tres:
- Género informativo:
- La noticia: relato objetivo de hechos novedosos que son de interés general.
- El reportaje: relato en profundidad de un hecho de actualidad en donde se cuentan los antecedentes y las consecuencias del suceso.
- La entrevista: texto expositivo que recoge la conversación de un periodista y un personaje de relevancia.
- Género de opinión:
- El editorial: trata de un tema de actualidad al que se le acompaña de la orientación ideológica de la empresa editora. Es un texto argumentativo.
- El artículo: expresa la opinión personal de quien lo firma. El artículo de fondo es similar al anterior, aunque suele ser más extenso, emplea lenguaje formal y va firmado.
- Cartas al director: son textos breves en los que los lectores pueden expresar su opinión sobre algún tema de actualidad.
- Género mixto:
- La crónica: es un texto elaborado por un corresponsal o por un enviado al lugar de los hechos.
- La crítica: género específico de la información cultural, elaborado por un especialista. La crítica tiene doble finalidad: informar de la celebración de determinados acontecimientos culturales y comentar dichos acontecimientos.