La Literatura Española del Siglo XVIII: Una Época de Transición y Luces
La Poesía en el Siglo XVIII
La poesía del siglo XVIII experimentó una evolución significativa, pasando por distintas corrientes que reflejaban los cambios sociales y culturales de la época.
a) Poesía Barroca
Durante la primera mitad del siglo, aún se sentía la influencia del Barroco. Esta poesía imitaba el estilo conceptista de Quevedo y Góngora, caracterizándose por el uso de hipérbatos, metáforas y juegos de palabras. Destacan autores como Torres Villarroel y Gerardo Lobo.
b) Poesía Ilustrada
La poesía ilustrada se basaba en el conocimiento y la aplicación de reglas, obteniéndose a partir de la imitación de la naturaleza. Revitalizó subgéneros líricos del Renacimiento y clásicos, como la poesía bucólica y sensualista, la sátira, la epístola y la oda. También se cultivaron géneros didácticos como las fábulas.
b1) Poesía Rococó
De carácter galante y refinado, con estrofas de arte menor. Cadalso la llevó desde Madrid a la escuela de Salamanca. El lenguaje presenta emotividad (por ejemplo, «lunarcito») y abundantes epítetos. Se distinguen una línea pastoril y otra sensualista. Los motivos más usados son flores, pájaros y elementos mitológicos.
b2) Poesía Neoclásica
Fue practicada por la escuela de Salamanca, con Meléndez Valdés como figura principal. Trata temas cívicos, sociales y de mentalidad ilustrada, como el trabajo y la ciencia. Se emplean estrofas de arte mayor, como los endecasílabos. Un ejemplo es la obra «Elegía a las musas».
b3) Poesía Prerromántica
A finales del siglo XVIII, se observa una evolución del Neoclasicismo hacia una poesía que trata temas sociales y filosóficos con un enfoque más emotivo. Por la influencia de autores ingleses como Pope y Young, se incorporan temas prerrománticos. Un ejemplo es la obra «La beneficencia».
La Prosa en el Siglo XVIII
La evolución de la prosa en el siglo XVIII estuvo marcada por los ideales ilustrados, que favorecieron el desarrollo de la prosa didáctica y ensayística. Al principio, perdura el lenguaje rococó, con Villarroel. En la primera mitad del siglo, surge una nueva prosa basada en la reflexión crítica y en el afán de reformar la sociedad, lo que genera polémicas. Se moderniza el idioma. La prosa ilustrada se manifiesta en artículos, diarios, memorias, novelas epistolares y cartas.
En cuanto a la novela, se dan piezas con rasgos prerrománticos, como las de Pedro Montengón. Sin embargo, la obra más estimable de la época es «Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes», de Francisco de Isla.
a) Feijoo
Benito Jerónimo Feijoo introdujo las ideas ilustradas en España. Escribió con afán enciclopédico, abarcando todos los temas del saber, siempre con un enfoque crítico. Pretendía acabar con las supersticiones y falsas creencias que obstaculizaban el progreso y el bienestar. Sus obras más importantes son «Teatro crítico universal» y «Cartas eruditas y curiosas», escritas con un lenguaje claro y ameno.
b) José Cadalso
José Cadalso consolidó el ensayo con su obra. Entre sus obras destacan:
- «Los eruditos a la violeta»
- «Noches lúgubres»: una elegía en prosa dialogada con base autobiográfica, considerada una obra prerromántica.
- «Cartas marruecas»: una obra epistolar protagonizada por tres personajes ficticios, Gazel, Ben Beley y Nuño. Las cartas no siguen un orden temático, sino que participan de un desorden estructural propio del ensayo. En ellas, Cadalso hace compatible su crítica con un profundo patriotismo. Su estilo se caracteriza por un tono con toques de humor e ironía, y la presencia de tres corresponsales permite un perspectivismo. Cadalso se muestra como un ilustrado moderado, y su patriotismo crítico servirá de precedente a Larra y a la Generación del 98.
c) Melchor Gaspar de Jovellanos
Las obras de Melchor Gaspar de Jovellanos muestran una fe en la ciencia y la educación, así como una preocupación por el bienestar social. Entre sus obras más destacadas se encuentran:
- «Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas y sobre su origen en España»: en esta obra, se muestra contrario a los toros y propone una reforma con la que pretende crear un teatro sometido a reglas, verosímil y didáctico.
- «Informe en el expediente de la ley agraria»: en este informe, sitúa las causas del mal estado de la agricultura.
- También escribió sobre educación, como en su «Memoria sobre la educación pública».
d) Otros Autores
Juan Pablo Forner fue un destacado polemista. En los temas filosóficos e históricos, destaca Ignacio de Luzán.
El Teatro en el Siglo XVIII
El teatro era un espectáculo de gran relevancia social en el siglo XVIII.
a) Teatro Popular
La influencia del Barroco pervive hasta bien entrado el siglo. Se siguen representando obras de ese periodo, como las de Calderón. Proliferan comedias de magia, de santos, de figurón y heroicas, con autores como Antonio Zamora. También el sainete tuvo gran aceptación, destacando Ramón de la Cruz con obras como «El petimetre».
b) El Teatro Neoclásico
Hubo una fuerte polémica entre los defensores del teatro neoclásico y los del teatro popular. Los críticos del teatro neoclásico argumentaban que este copiaba los modelos franceses y seguía las reglas clásicas de forma estricta. Por otro lado, los ilustrados criticaban el teatro popular por emplear actores sin preparación.
Los ilustrados promovieron un teatro didáctico, sometido a reglas y basado en la imitación de la realidad, según los siguientes rasgos:
- Sujeción a las tres unidades (acción, tiempo y lugar).
- Separación de lo trágico y lo cómico.
- Huida de excesos verbales y argumentales.
- Oposición a la excesiva polimetría.
b1) Tragedia Neoclásica
Se basa en modelos italianos y franceses. Sus rasgos principales son:
- Ofrecer modelos para la regeneración de España.
- Desarrollar caracteres grandiosos.
- Estar escritas en verso.
Destaca «La Raquel», de García de la Huerta.
b2) Comedia Neoclásica
Se crea un nuevo tipo de comedia, dirigida a la clase media o burguesía. Parte de los principios de imitación verosímil de la realidad y combinación del deleite con la utilidad. Además:
- Presenta conflictos sociales.
- Busca la lógica y la naturalidad.
- La intriga es simple.
- Los desenlaces dan un ejemplo de civismo.
- Los personajes guardan el decoro poético.
- Los caracteres están individualizados.
- Se cumplen las tres unidades.
- Se usan el verso y la prosa, sin mezclarlos.
Destaca Moratín con su obra «El sí de las niñas», que trata el tema de los matrimonios desiguales. La comedia sentimental tuvo éxito en la segunda mitad del siglo, con obras que presentan escenas patéticas y personajes que no pueden alcanzar la felicidad debido a obstáculos sociales.