Literatura Española de finales del siglo XIX y principios del siglo XX: Modernismo y Generación del 98

Formas y géneros. La literatura modernista y la generación del 98

El contexto histórico español

El siglo XIX finaliza en España con el llamado desastre del 98. España perdía las últimas colonias de Ultramar —Cuba, Puerto Rico y Filipinas—, como consecuencia de la derrota militar sufrida frente a la flota estadounidense.

Estos hechos tuvieron lugar en un momento en el que el país vivía fuertes tensiones sociales debido a las malas condiciones de vida del proletariado. El atraso científico y tecnológico, sumado a la inestable situación social, inquietaba a los intelectuales de la época, que plantearon medidas para modernizar y regenerar el país. Este afán reformador se reflejó en la mayoría de los autores de la generación del 98.

En el plano político, el siglo XX se inició con la mayoría de edad de Alfonso XIII (1902). El monarca apoyó en 1923 el golpe de Estado de Primo de Rivera, quien impuso una dictadura que duró hasta 1930.

El Modernismo

A finales del siglo XIX triunfa el movimiento artístico conocido como Modernismo. El Modernismo tiene su origen en Hispanoamérica, pues son José Martí, poeta cubano, y Rubén Darío, autor nicaragüense, quienes lo crean y difunden. La publicación en 1888 de Azul…, de Rubén Darío, se ha considerado tradicionalmente como el punto de arranque del Modernismo, ya que en esta obra se manifiestan con claridad los rasgos característicos del movimiento.

Entre esas características pueden destacarse las siguientes:

  • Se trata de una literatura esteticista, es decir, se busca la belleza por encima de todo. Por este motivo, en poesía se dará gran importancia al ritmo y a la musicalidad, lo que traerá consigo una renovación de las formas métricas.
  • Los autores buscan una evasión de la realidad, situando sus obras en escenarios remotos tanto en el espacio como en el tiempo. En los textos es habitual que se hable de épocas pasadas (como la Edad Media o la mitología grecolatina), de ambientes lujosos y refinados (palacios, castillos…) o de civilizaciones exóticas (China, Japón, la India…). Además, se prefieren los espacios urbanos y cosmopolitas.
  • En cuanto a los temas, se suelen expresar sentimientos como el hastío, la desidia, la melancolía… Este hastío vital es la causa de que los autores modernistas se refugien en los mundos de ensueño de sus textos.
  • En muchos casos, se recurre a elementos simbólicos, como el cisne, que se convirtió en símbolo de la estética modernista.

El teatro

El teatro de principios del siglo XX supuso una ruptura con el teatro del siglo anterior. Uno de los autores de mayor éxito fue Jacinto Benavente, impulsor de una nueva comedia de diálogos más realistas e intención crítica, tal y como se observa en Los intereses creados o La malquerida. Sin embargo, el gran renovador de la escena española fue Ramón María del Valle-Inclán, creador de la técnica del esperpento.

La poesía

Los dos autores fundamentales en la poesía de las últimas décadas del siglo XIX y primeros años del siglo XX son Rubén Darío y Antonio Machado.

Rubén Darío

El poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916) es el máximo representante del Modernismo. En su trayectoria se distinguen tres poemarios básicos: Azul…, Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza.

  • Azul… y Prosas profanas presentan el Modernismo esteticista, caracterizado por imágenes exóticas y por una métrica musical y brillante, como se observa en el poema De invierno.
  • Cantos de vida y esperanza, sin embargo, supuso una evolución hacia una poesía intimista y reflexiva, en la que el autor planteó temas más trascendentes, como el sentido de la vida, aspecto que se trata, por ejemplo, en el poema Lo fatal.

La prosa

El Modernismo y la generación del 98 trajeron consigo una renovación de las formas narrativas, aunque los modelos, técnicas y procedimientos de ambas tendencias fueron muy diferentes.

  • La prosa modernista se caracteriza por el empleo de un lenguaje poético e incluso musical, lleno de imágenes sensoriales y evocadoras. Las Sonatas, de Ramón María del Valle-Inclán, son uno de los mejores ejemplos de prosa modernista. En ellas se relatan las memorias ficticias del marqués de Bradomín, narradas en primera persona.
  • Los autores de la generación del 98 cultivaron el ensayo y la novela. En sus ensayos trataron dos grandes temas: la situación de decadencia del país y sus preocupaciones existenciales. Miguel de Unamuno fue uno de los ensayistas más notables de esta generación.

En el campo de la novela destacaron Miguel de Unamuno, Pío Baroja y José Martínez Ruiz, «Azorín».

José Martínez Ruiz, «Azorín»

Azorín (1873-1967) publicó artículos, críticas literarias, ensayos y novelas. Entre estas últimas, destacan títulos como La voluntad y Doña Inés.

En los textos de Azorín la trama argumental es mínima y se presta gran importancia a la descripción de ambientes y de sensaciones. Sus novelas se plantean como una sucesión de pequeñas escenas descriptivas que intentan captar el ritmo de la vida real. En La voluntad, el autor resume de esta manera su concepto de novela:

Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno (1864-1936) nació en Bilbao, pero vivió en Salamanca, donde fue catedrático en la Universidad. Cultivó diversos géneros literarios, aunque destacó sobre todo en el ensayo y la novela.

Entre el ensayo y la novela

En sus ensayos, Unamuno alternó la reflexión existencialista (Del sentimiento trágico de la vida) y la reflexión sobre España (En torno al casticismo).

En sus novelas prima el contenido filosófico e intelectual sobre la trama. Unamuno llamó «nivola» a este nuevo tipo de novelas, en las que la acción es mínima y abundan los diálogos y los monólogos interiores de los personajes. Entre ellas destacan San Manuel Bueno, mártir, centrada en la crisis de fe de un sacerdote, y Niebla, cuyo protagonista, Augusto Pérez, descubre que es un personaje de ficción. A esta última obra pertenecen los textos que se reproducen a continuación.

Pío Baroja

Pío Baroja (1872-1956) nació en San Sebastián y estudió Medicina en Madrid, aunque se dedicó a la literatura. Fue uno de los grandes novelistas de su generación.

La novelística de Baroja

En sus novelas, Baroja concedió gran importancia al argumento y, por tanto, a la acción. Retrataba a los personajes de forma más bien esquemática y directa, apartándose así del descriptivismo de Azorín y de la tendencia al monólogo interior de Unamuno.

Entre sus obras destacan algunas novelas en las que renovó el género de la literatura de aventuras, como Las inquietudes de Shanti Andía o Zalacaín el aventurero; y, muy especialmente, dos trilogías en las que abordó grandes problemas de su tiempo: La lucha por la vida y La raza. A esta última pertenece El árbol de la ciencia, que está considerada como una de sus mejores novelas.

El árbol de la ciencia

En El árbol de la ciencia se narra la vida de Andrés Hurtado, un joven que comienza a estudiar Medicina en Madrid. A lo largo de distintas etapas de su vida, el personaje es testigo del atraso y la miseria social en que vive el país. Baroja reflexiona en esta obra sobre algunas de las preocupaciones fundamentales del 98.

Antonio Machado

Antonio Machado (1875-1939) nació en Sevilla. A los ocho años, su familia se trasladó a Madrid, donde se educó en la Institución Libre de Enseñanza. En 1907 obtuvo la cátedra de Francés en un instituto de Soria. Allí se enamoró de Leonor Izquierdo, con quien se casó en 1909. En 1912 murió Leonor y él se trasladó a Baeza, donde conoció a Pilar Valderrama (que aparece mencionada como Guiomar en sus poemas). De ideología progresista, se exilió a Francia en 1939. Ese mismo año murió en Collioure.

Una poética de lo esencial

Antonio Machado definió su poesía como la búsqueda de la «palabra esencial en el tiempo». Esta búsqueda de lo esencial le llevó a expresarse mediante símbolos como la tarde, el camino o la fuente que, en sus obras, se llenan de diversos significados. También indagó en las posibilidades del ritmo y la musicalidad del poema, evolucionando desde la métrica típicamente modernista hasta formas nuevas más sencillas y sobrias.

Entre sus obras destacan dos poemarios fundamentales: Soledades y Campos de Castilla.

Soledades

Soledades se publicó por primera vez en 1903 y apareció ampliado en 1907 con el nuevo título de Soledades, galerías y otros poemas. En esta obra el autor expresa sentimientos y emociones íntimas con un tono melancólico y evocador.

Campos de Castilla

En esta obra la lengua poética de Machado ha evolucionado hacia una mayor sencillez. En cuanto a los temas, el poeta recoge muchos motivos propios de la generación del 98, como la descripción del paisaje castellano y la reflexión sobre la identidad nacional, que se refleja de manera simbólica en el largo romance La tierra de Alvargonzález.

Ramón María del Valle-Inclán

Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936) nació en Villanueva de Arosa (Pontevedra) y tuvo una agitada trayectoria ideológica, que lo llevó del conservadurismo de su juventud al republicanismo de sus últimos años.

Valle-Inclán fue un excelente novelista. En su obra narrativa destacan las Sonatas y Tirano Banderas, novela esta última que se centra en la figura del histriónico y sanguinario dictador de una república hispanoamericana. Pero, ante todo, Valle fue el gran renovador del teatro español en las décadas iniciales del siglo XX.

El teatro de Valle-Inclán. El esperpento

En la obra dramática de Valle se suelen distinguir dos grandes etapas:

  • La etapa de la estética modernista, a la que pertenecen las Comedias bárbaras, piezas en las que recrea una Galicia mítica, supersticiosa y violenta.
  • La etapa del esperpento, género teatral creado por Valle-Inclán y que se basa en una deformación grotesca y trágica de la realidad. Esta etapa se abre con Divinas palabras y alcanza su máxima expresión con Luces de bohemia. (Esperpento: es una deformación grotesca y trágica de la realidad)

Los textos que siguen pertenecen todos ellos a Luces de bohemia.

GRAMÁTICA

Proposiciones subordinadas adverbiales. Clases

Hay dos clases de proposiciones subordinadas adverbiales:

  • Proposiciones adverbiales propias: nombran una circunstancia de tiempo, lugar o modo en la que se enmarca la acción verbal. Ejemplo: Acamparemos donde nadie nos moleste.
  • Proposiciones adverbiales impropias: no se comportan como adverbios ni equivalen a ellos. Ejemplo: Si tienes hambre, hazte un bocadillo.

Proposiciones adverbiales propias. Características y clases

Las proposiciones adverbiales propias tienen un comportamiento similar al de los adverbios y son, en principio, sustituibles por estos; desempeñan la función de complemento circunstancial.

Se pueden distinguir tres clases de proposiciones adverbiales propias:

  • De tiempo. Ejemplo: Se lo diré cuando la vea.
  • De lugar. Ejemplo: Jugad donde yo os vea.
  • De modo. Ejemplo: ¿Lo has hecho como se te explicó?

VOCABULARIO

Las palabras antónimas son aquellas que tienen significados opuestos. Hay tres clases de antónimos:

  • Binarios o complementarios: incompatibles entre sí, de modo que la afirmación de uno implica la negación del otro. Ejemplo: enfermo / sano.
  • Inversos: designan una misma acción o relación desde puntos de vista opuestos. Ejemplo: comprar / vender.
  • De grado: se refieren a extremos de una escala en la que se dan diversos grados. Ejemplo: caliente / frío.

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