Literatura de Principios del Siglo XX: Modernismo, Generación del 98 y Simbolismo

La Literatura a Principios del Siglo XX

Al comenzar el siglo XX, la literatura realista entra en crisis y se revaloriza la fantasía y la subjetividad, propias del Romanticismo. Surgen el Modernismo y la Generación del 98.

El Modernismo

El Modernismo comenzó en Iberoamérica en el siglo XIX y terminó con la Primera Guerra Mundial. Sus características fundamentales son:

  • Rebeldía ante la estética burguesa de la segunda mitad del siglo XIX, considerada prosaica y trasnochada.
  • Deseo de evasión, situando las obras en lugares exóticos y tiempos remotos.
  • Intenso erotismo en la expresión del sentimiento amoroso.
  • Alternancia del tono melancólico con la rebeldía y la vitalidad.
  • Búsqueda de un nuevo lenguaje poético mediante recursos que subrayan la musicalidad y la renovación métrica.

La Generación del 98

Entre los escritores más destacados de la Generación del 98 se suele citar a Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Pío Baroja y Valle-Inclán. Sus características distintivas son:

  • Preocupación por el problema de España y afán reformista.
  • Deseo de apertura hacia Europa, unido al amor a España.
  • Gusto por el léxico tradicional y popular.
  • Sobriedad en el uso de la lengua y rechazo del exceso retórico.
  • Subjetivismo en la descripción del paisaje y en la visión de la realidad.

Autores y Obras Clave

Rubén Darío

El nicaragüense Rubén Darío fue uno de los poetas más celebrados y admirados de su tiempo. Su evolución artística se refleja en sus tres libros de poemas:

  • Azul: Obra llena de entusiasmo juvenil.
  • Prosas profanas: Corresponde al esplendor del movimiento modernista y a su mayor éxito personal.
  • Cantos de vida y esperanza: Libro en el que se pregunta por el sentido de la existencia y expresa su decepción vital.

La poesía de Rubén Darío fue imitada en España por los jóvenes poetas de entonces. Entre los primeros modernistas españoles sobresalen Salvador Rueda y Manuel Machado.

Juan Ramón Jiménez

La trayectoria poética de Juan Ramón Jiménez es un ejemplo de la evolución de la poesía española en la primera mitad del siglo XX. En sus primeros libros, Arias tristes y Jardines lejanos, se aprecian las huellas de la sencillez formal y la sensibilidad romántica de Bécquer. Más tarde, fascinado por Rubén Darío, publica La soledad sonora, con un estilo más complicado formalmente. Sin embargo, a partir de 1916, abandona el estilo modernista y adopta el verso libre, sustituyendo la melancolía por un tono entusiasta. A esta poesía se la denomina «poesía desnuda».

Juan Ramón Jiménez es también el autor de Platero y yo, el primer libro de poemas en prosa publicado en España en 1914. Recibió el Premio Nobel en 1956, dos años antes de su muerte.

El Ensayo en la Generación del 98: Unamuno

Entre los ensayistas de la Generación del 98 sobresalen Azorín y Ramiro de Maeztu, pero fue Miguel de Unamuno el que más influyó en los autores de su generación. Entre sus ensayos destacan:

  • En torno al casticismo: Propone una renovación de España sin renunciar a la tradición.
  • Vida de don Quijote y Sancho: Considera a don Quijote como ejemplo del espíritu español.
  • Por tierras de Portugal y España: Expresa el valor espiritual del paisaje castellano.

Unamuno trató temas existenciales como el sentido de la vida y el deseo de inmortalidad en Del sentimiento trágico de la vida y La agonía del cristianismo. También escribió poesía, teatro y novelas (llamadas «nivolas»), en las que planteó los mismos problemas existenciales que en sus ensayos.

La Narrativa en la Generación del 98: Pío Baroja

Los autores de la Generación del 98 renovaron profundamente el género narrativo, rechazando el realismo del siglo XIX y proponiendo una novela más personal y subjetiva. Pío Baroja fue el novelista más importante de su generación y el único que conectó con un público amplio. Concibe la novela como un género abierto, donde cabe tanto la acción como la reflexión. Entre sus novelas destacan:

  • La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz y Zalacaín el aventurero: Forman la trilogía Tierra vasca.
  • La busca, Mala hierba y Aurora roja: Trilogía La lucha por la vida, que refleja con crudeza el ambiente más pobre del Madrid de su tiempo.

Su visión pesimista del mundo se refleja en las novelas Camino de perfección y El árbol de la ciencia.

El Teatro en la Generación del 98: Valle-Inclán

Ramón María del Valle-Inclán es el autor teatral más importante de la Generación del 98 y uno de los más relevantes del siglo XX. Sus primeras obras publicadas, las Sonatas, son de género narrativo y estilo modernista. Están protagonizadas por el Marqués de Bradomín, a quien Valle-Inclán definió como un «don Juan feo, católico y sentimental».

En la década de 1920, su obra dramática culmina con la creación de los «esperpentos», piezas teatrales en las que ridiculiza la sociedad española y la naturaleza humana. Entre los esperpentos de Valle-Inclán se encuentran La hija del capitán, Los cuernos de don Friolera y Luces de bohemia.

La Poesía en la Generación del 98: Machado

Antonio Machado presenta dos etapas en su producción poética:

  • Soledades: Su primer libro de poemas, dentro de la estética modernista. Más tarde lo amplió y publicó con el título de Soledades, galerías y otros poemas. El modernismo de Machado, aunque influido por Rubén Darío, es más intimista y menos grandilocuente.
  • Campos de Castilla (1907): Abandona el modernismo y, siguiendo la tendencia noventayochista, escribe sobre la belleza y la hondura del paisaje y las gentes castellanas, en un estilo sencillo y a veces casi coloquial. Incluye una sección de proverbios y el largo romance La tierra de Alvargonzález.

Tras la muerte de su esposa Leonor, abandonó Soria y escribió textos en prosa, dando vida al apócrifo Juan de Mairena. Machado murió en Collioure, adonde se había trasladado al final de la Guerra Civil.

El Simbolismo Europeo

El Simbolismo europeo nació en Francia y tuvo como antecedente al poeta Charles Baudelaire, autor de Las flores del mal. Para los simbolistas, la realidad era un reflejo o símbolo de un mundo más rico que permanecía escondido. Gustaban de lo misterioso y lo fantástico, y aspiraban a una plena libertad artística para expresar todo lo oculto en el alma, incluyendo el erotismo y la transgresión de las convenciones sociales. Los poetas simbolistas más célebres fueron los franceses Verlaine, Rimbaud y Mallarmé.

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