Lírica y Drama en los Siglos XVIII y XIX: Espronceda, Bécquer, Rosalía y Larra

La Lírica del Siglo XVIII

En el siglo XVIII, el género lírico experimenta una serie de estilos que responden a diferentes criterios ideológicos y formales. La renovación poética surge con la publicación, en 1737, de la Poética de Ignacio de Luzán. En ella, se propone una poesía breve, clara, novedosa, honesta y útil. Se critica a los autores barrocos y se ensalza el clasicismo de autores renacentistas como Garcilaso, Gutiérrez de Cetina o Fray Luis de León. Se reconocen las siguientes tendencias:

  • Barroquizante: Primeros decenios del siglo XVIII. José León y Mansilla, autor de Soledad tercera.
  • Rococó: Poesía de salón, frívola y sensual. Utilización de la letrilla, el romance y la silva. Temas: amor, amistad, alegría de los confites, danzas y bailes. Calaso, Ocios de mi juventud.
  • Neoclásica: Dominio de la imaginación y el ornato. Temas renacentistas: mitología, amor, épica y bucolismo. García de la Huerta, Endimión. Meléndez Valdés, Égloga en alabanza de la vida del campo.
  • Ilustrada: Corriente mayoritaria a partir de 1770. Temas: poesía filosófica, didascálica, político-social, religioso-moral, civil y patriótica. Cándido María Trigueros, El poeta filósofo. Tomás de Iriarte, Fábulas literarias.
  • Prerromántica: Finales del siglo XVIII. Poesía reflexiva, intimista, en la que el sentimiento adquiere preponderancia. Meléndez Valdés, Mis desengaños. José Cadalso, Noches lúgubres. Conde de Torrepalma, Las ruinas. Pensamientos tristes.

La Poesía Romántica de José de Espronceda

La conciencia de una poesía romántica en España arranca entre 1830 y 1838, de la mano de la admiración a Byron y los poetas franceses Victor Hugo y Lamartine, con una conciencia de la libertad de expresión, la naturaleza como modelo y el valor de lo nacional y lo popular. Una de las tendencias románticas es el tradicionalismo y el nacionalismo, siguiendo las teorías de Herder, según las cuales el alma de una nación está ligada al idioma y a sus creaciones folclóricas. En este sentido, fueron importantes el rescate, el estudio y la difusión de los romances antiguos que llevaron a cabo autores como Quintana, Durán o Milá y Fontanals, pero también la elaboración de nuevos romances inspirados en temas históricos y legendarios, como los que compusieron el Duque de Rivas o Zorrilla.

José de Espronceda

Espronceda comenzó siguiendo el clasicismo de Meléndez Valdés y Lista. Tras su experiencia política y el exilio (1827-1833), cambió su poesía y se adaptó al romanticismo europeo, comenzando por unas composiciones de variedades al estilo inglés. A partir de 1834, comienza a publicar sus Canciones, que se convierten en el símbolo del romanticismo español.

Rasgos de su poesía:

  • Introducción del “byronismo” y del ideal romántico de la poesía total, con límites borrosos entre poesía y prosa, literatura y filosofía.
  • Combinación de la expresión del sentimiento con la lucha social o la indagación del conocimiento.
  • Introducción del satanismo y del escepticismo religioso y sentimental.
  • Características de su obra: predominio del yo, variedad de metros y registros, fragmentación de la estructura, estructura de la “falacia artística”.

Nuevas Tendencias: Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro

A partir de 1850, comienza a expresarse una nueva sensibilidad poética. En esta tendencia destacan autores como José Selgas, Antonio Arnao y Ángel María de Lera. Todos ellos son antecedentes de Gustavo Adolfo Bécquer quien, junto con Rosalía de Castro, llevará a cabo la renovación poética de finales del siglo XIX. Surgen también la poesía parnasiana y la simbolista.

Rasgos de la poesía de finales del siglo XIX:

  • Imitación de la retórica romántica.
  • Uso de un lenguaje sencillo, cercano al cotidiano.
  • Preferencia por un ritmo suave, estrofas elementales, rimas asonantes y el verso blanco.
  • Predominio del sentimiento por encima de la razón.
  • Modelos: Campoamor y el romanticismo alemán, ante todo Heine.

Adolfo Bécquer

Empezó a escribir poesía con 13 años. En 1859, compuso su primera rima, “Tu pupila es azul”. En su poesía hay un intento por borrar los límites entre poesía culta y popular. Así, en su poesía predomina la estrofa breve, que evoca las canciones de Jorge Manrique y la lírica clásica, pero, al mismo tiempo, su formulación recuerda a la copla popular. La distribución de las Rimas por parte de los amigos editores se realiza entre los cuatro temas fundamentales de la poesía de Bécquer:

  • La propia poesía (rimas I a la XI).
  • El amor jubiloso (rimas XII a la XXIX).
  • El desengaño y el dolor (rimas XXX a la LI).
  • La angustia y la muerte (rimas LII a la LXXVI).

Rosalía de Castro

El primer libro que publicó fue La flor, en 1857, en el que sigue los dictados del romanticismo de Espronceda, aunque ya comienzan a manifestarse motivos característicos de su obra posterior, como el dolor o la dulzura. Los siguientes libros los escribirá en gallego, Cantares gallegos (1863) y Follas novas (1880), en los que, además de reivindicar el gallego como lengua poética y de cultura, asoman temas del folclore gallego. En su última obra, En las orillas del Sar (1884), escrita en castellano, sigue con la temática anterior: amargura, desesperanza, dudas de fe. Las estrofas tienen un número variable de versos y hay libertad métrica. Rosalía recibió poca atención en su época, salvo las críticas de Juan Valera en su antología de la poesía del XIX.

El Drama Histórico del Romanticismo

El auge del drama romántico viene precedido por la reflexión y la teoría que sobre el teatro llevaron a cabo los románticos alemanes, en especial los hermanos Schlegel, que revalorizaron el teatro de Calderón y los autores del barroco español. Estas ideas fueron difundidas en España por Nicolás Böhl de Faber y se divulgaron a través de autores como Agustín Durán y Alcalá Galiano. Defendieron la ambientación medieval como el tiempo más adecuado en el que situar los dramas. El auge del orientalismo expresaba el descontento romántico por su tiempo y la búsqueda de otros modelos en la épica medieval, que exaltaban valores como la lucha por los ideales y la nobleza. Uno de los modelos más admirados y populares fue el dramaturgo francés Alejandro Dumas, junto a Víctor Hugo. Los primeros dramas románticos españoles son La conjuración de Venecia (1834), de Martínez de la Rosa, y Macías (1834), de Mariano José de Larra. La primera se desarrolla en el siglo XIV y muestra un mundo de intrigas, traiciones y secretos. El drama romántico más significativo de este periodo es, sin duda, Don Álvaro o la fuerza del sino (1835), de Ángel Saavedra, Duque de Rivas. También hubo otros autores importantes, como Antonio García Gutiérrez, con El trovador (1836), o Juan Eugenio Hartzenbusch, con Los amantes de Teruel (1837). En Don Juan Tenorio, Zorrilla reunió el tema de la leyenda medieval, que recoge en Margarita la Tornera (uno de los cantos de El trovador, de la que existen numerosos romances), y el del burlador y seductor, tratado antes por Tirso de Molina en el siglo XVII en su obra El burlador de Sevilla.

El Ensayo Periodístico en el Siglo XIX

El ensayo en el siglo XIX sufrió un cierto retroceso con respecto al auge y las novedades del XVIII. Se vuelve un tipo de discurso oratorio en el que predomina la retórica y la artificiosidad. Destacan las obras de autores tradicionalistas como Marcelino Menéndez Pelayo o Jaime Balmes, y la del krausista Francisco Giner de los Ríos. Hay un tipo de texto que sobresale dentro del ensayismo del XIX, que es el artículo periodístico. Este género se va fraguando en el siglo XVIII, creando una prosa más asequible para la mayoría de los lectores de los periódicos. Se trata de una prosa menos alambicada, desprovista de ornamentación, para la que es más importante la comunicación que la originalidad. Durante el siglo XIX, los escritores se profesionalizan. La crítica literaria y la difusión de los movimientos estéticos europeos ocupan muchas de sus páginas, como ocurre en la obra de Leopoldo Alas «Clarín» o Emilia Pardo Bazán, cuyos artículos sobre el naturalismo, publicados entre 1883 y 1884, fueron muy polémicos. Estos autores tienen en la figura de Mariano José de Larra el antecedente más brillante.

Mariano José de Larra

En el tiempo en el que él escribe, los periódicos publicaban artículos en los que prevalecía la descripción y el pintoresquismo. Larra aporta en los suyos una dosis importante de escepticismo, crítica, hondura reflexiva y humor, que los convierten en excelentes piezas literarias. Lo primero que hay que destacar es la técnica de creación de la pseudonimia. Larra estableció una serie de pseudónimos con los que firmaba sus artículos, que mostraban diferentes caracteres: El Duende (textos satíricos), El Pobrecito Hablador (personaje ingenioso que recordaba al filósofo Voltaire), El Bachiller (que se carteaba con el anterior, manifestando un carácter malicioso) o Fígaro (el más popular, agudo y mordaz). Otros rasgos característicos de sus artículos son la ironía y la caricaturización, así como la animalización o cosificación, que recuerdan la técnica quevedesca. Los artículos de Larra han sido agrupados tradicionalmente, por el contenido de los mismos, en artículos de crítica teatral y literaria, de costumbres y políticos.

Análisis Sintáctico

Oración 1

La(1) aventura(2) más(3) planificada(4) era(5) ir(6) en(7) bici(8) y(9) trepar(10) hasta(11) el(12) punto(13) más(14) alto(15).

  • 1: art. / 2: sust. / 3: adv. / 4: adj. / 5: verbo / 6: verbo / 7: prep. / 8: sust. / 9: conj. / 10: verbo / 11: prep. / 12: art. / 13: sust. / 14: adv. / 15: adj.
  • 1ª parte: (5: N) / (8: N) / (9: NX).
  • 2ª parte: (3: mod) / (4: N) / (7: E) / (8: T).
  • 3ª parte: (6: N) / (7-8: CCM (G. prep)) / (10: N) (11-15: CCL).
  • 4ª parte: (1: det) / (2: N) / (3-4: CN (G. adj)) // (5-7: O1) / (9-15: O2).
  • 5ª parte: (1-4: sujeto (G.N)) // (6-15: P.N (GV)) Oración coordinada.

Oración 2

La(1) experiencia(2) ha(3) demostrado(4) que(5) dejarlo(6) todo(7) en(8) manos(9) del(10) mercado(11) [no(12) es(13) panacea(14)].

  • 1: art. / 2: sust. / 3: verbo aux. / 4: verbo / 5: conj. / 6: verbo / 7: pron. / 8: prep. / 9: sust. / 10: art. + prep. / 11: sust. / 12: adv. / 13: verbo / 14: sust.
  • 1ª parte: (10: Det) / (11: N).
  • 2ª parte: (10: E) / (11: T (SN)).
  • 3ª parte: (9: N) / (10-11: CN (SN prep)).
  • 4ª parte: (8: E) (9-11: T (SN)) / (12: C. Oracional) / (13: Cop) / (14: Atr (SN)).
  • 5ª parte: (6: N) / (7: CD) / (8-11: CCL (S. prep)) / (12-14: O.S. Rel. libre).
  • 6ª parte: (1: Det) / (2: N) (3-4: N) / (5-14: CD (O.S. sust)).
  • 7ª parte: (1-2: S (SN)) / (3-14: PV (SV)).

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