Las medias rojas:
CLODIO ILDARA
monte con una jovencita llamada Ildara que viene de recoger la leña para cocinar, pero ahí estaba el Tío Clodio el padre de Ildara, este ignoro a la muchacho y se ocupo de fumarse un cigarro. Después la muchacha tira la leña en el suelo y se pone a arreglarse el cabello que lo tenia peinado como las señoritas de la época. Lentamente Ildara comienza a encender la leña para cocinar y se agacha para avivar el fuego ya que la leña estaba húmeda de tanto llover, de repente el Tío Clodio ve las llamativas medias rojas y comienza un discusión entre los dos porque en la cual Ildara le dice al padre que compro sus medias con un dinero que consiguió al vender unos huevos lo cual es mentira porque el dinero se lo dio un mercader como enganche para que se fuera a emigrar en un barco. El padre no lo cree y la discusión se torna mas fuerte hasta que Ildara le dice al Tío Clodio que ellas compro sus medias y que nadie se las va a quitar, entonces el le dice a Ildara, “¡Cluecas andan las gallinas que no ponen!” y comienza a golpearla. Ildara gritando de dolor se cubre la cara para que no le pase lo mismo que a su prima, su madre desgarro el rostro. Cuando el tío descubre que su sobrina trata de irse, él le dice a ella”¿Ya te cansaste de andar descalza de pie y pierna como las mujeres de bien?” y la golpeo una y otra vez hasta saciar su ira, luego salio afuera y se lavo la sangre y se quedo con un diente en la mano luego se fue a un doctor. Este le dice que tiene un desprendimiento de retina cosa que la muchacha no entiende pero que consistía en quedarse tuerta. Al final Ildara no pudo irse a cumplir su sueño gracias a el egoísmo de su padre al dejarla desfigurada con el propósito de que esta no lo deje solo sin poder cosechar su tierra.
El beso:
DOÑA ELVIRA DE CASTAÑEDA
El momento es cuando el ejército francés se apodera a principios del S. XIX de Toledo. Los soldados se reparten por doquier para dormir y a un capitán le buscan el alojamiento de una iglesia, muy desmantelada pero aún se veían las estatuas de piedra sobre el mármol de sus tumbas.
Al día siguiente, los oficiales se aburrían allí mucho y se reunían en el Zocodover, estaban esperando al recién llegado. Cuando le preguntan cómo ha pasado la noche, éste comienza la historia. Un ruido lo despertó y antes de dormirse vio una mujer muy hermosa arrodillada junto a altar, se le antojaba un espíritu, pero era de mármol. Parecía una dama castellana que por algún milagro permanece así. Junto a ella hay un guerreo, su marido. Los demás soldados quieren verla y quedan para esa noche.
Se enteran de que son un importante guerrero y Doña Elvira de Castañeda. Los soldados estaban borrachos, le acercaron a la estatua del guerrero el vino a los labios y le arrojaron la copa entera sobre la cara. El capitán dijo que los labios de la mujer le incitaban a besarlos, cuando iba a besarla el guerrero levantó su brazo y le dio un golpe que lo tiró al suelo echando sangre por la boca, nariz y ojos.
El monte de las ánimas
BEATRIZ, ALONSO
La historia transcurre en Soria, en el llamado Monte de las Ánimas, el día de los difuntos. Los Condes de Borges y de Alcudiel, junto a sus hijos y pajes iniciaban el camino hacia la cacería, montados a caballo.
Alonso, empezó a relatar una leyenda, la del Monte de las Ánimas. Al parecer, a este monte que llamaban de las ánimas pertenecía a los Templarios, que eran guerreros y religiosos a la vez.
Cuando los árabes fueron expulsados de Soria, el Rey los hizo venir para defender la ciudad, lo que ofendíó a los nobles de Castilla y se creó rivalidad entre ellos. Así, se inició una batalla hasta que el rey finalizó la lucha; el monte fue abandonado y en la capilla de los religiosos se enterraron los cuerpos de unos y otros.
Cuenta la leyenda que cuando llega la noche de los difuntos las almas de los muertos corren junto con los animales del monte y nadie quiere estar ahí en dicha fecha. Una vez en casa de los Condes y reunidos junto a la lumbre, sólo los primos estaban ajenos a la conversación, hasta que Alonso rompíó el prolongado silencio diciéndole a su prima que, debido a que ella se separará de él próximamente, le gustaría hacerle un regalo para que se acordara siempre de él.
Después de insistir mucho, la joven acepta una joya sin decir nada y su primo a cambio le pidió algún obsequio suyo.
Beatriz estuvo conforme y le expuso que en el Monte de las Ánimas perdíó la banda azul y que era lo que deseaba regalarle.
Alonso se sentía muy fuerte a la hora de luchar con cualquier bestia, pero le aterrorizaba la idea de ir a ese oscuro lugar en aquella fecha tan indicada y sintió miedo.
Entonces se vio motivado por una sonrisa de la bella dama y se dirigíó, aterrorizado, a recuperar la banda perdida para así contentar a Beatriz.
Las horas pasaron y Beatriz se desveló al creer oír su nombre en una pesadilla. Al despertarse no pudo volver a conciliar el sueño, así que decidíó ponerse a rezar muy asustada.
Cuando amanecíó se avergonzó de su comportamiento de la noche anterior al haberse asustado, y, entonces, vio su banda azul ensangrentada y desgarrada en su mesa de noche.
Beatriz se quedó petrificada, no podía creer lo que veía. Más tarde fueron a avisarla sus sirvientes de una triste noticia: Alonso había sido devorado por los lobos del monte, pero la encontraron muerta de horror e inerte.
Dicen que después de este suceso, un cazador tuvo que permanecer una noche dentro del monte de las ánimas, y que antes de morir pudo contar que vio los esqueletos de los antiguos Templarios y de los nobles sorianos enterrados en la capilla levantarse, y además, pudo ver también como una mujer hermosa desmelenada, con los pies ensangrentados daba vueltas alrededor de la tumba de Alonso.