Lecciones de Vida: Cuentos del Conde y Patronio

30. Lo que le sucedió al rey de Sevilla con su mujer: El conde cuenta que hay un hombre que siempre le pide dinero y, cuando no se lo da, se enfada. Además de todas las veces que le ha dado, Patronio cuenta que el rey Abenabet estaba casado con Romaica, que era una mujer muy caprichosa. Hizo construir cerezos para la nieve y un lago de lodo el rey para complacerla, pero después de todo ese trabajo, ella le dijo que no hacía nada por ella. Patronio le dice entonces al conde que no ayude a un hombre que no aprecia lo que hace por él.

31. Lo que ocurrió entre canónigos y franciscanos: El conde quiere hacer algo honrado con otro hombre, pero no se atreve hasta que este llegue. Patronio le cuenta la historia de cómo clérigos y frailes discutían sobre quién debía hacer las cosas primero y llegaron a juicios, gastando mucho dinero. Después, en Roma, un juez rompió la sentencia y les dijo que el que antes pueda que haga las cosas. Así, Patronio le dice al conde que haga esa honradez solo si puede, ya que a veces se han perdido negocios y empresas por tardar demasiado.

32. Lo que le sucedió a un rey con los burladores: Un hombre fue a proponerle algo al conde, pero le dijo que no se lo contara a nadie, pues podría perder su dinero y la vida. Patronio cuenta que una vez un rey pidió a tres pícaros una tela que solo pudiese ser vista por hijos herederos. Los tres pícaros no hicieron nada, pero para los que la veían, por quedar bien, decían que era bonita. Llegó un ministro y pensó que sería una deshonra no decir nada, así que también dijo que le gustaba. Llegó el día de una fiesta y el rey se puso esa tela, por la que iba desnudo. Todo el mundo se calló, menos un negro que le afirmó al rey que eso no era tela, que iba desnudo. Cuando el rey fue a por los pícaros, ya habían huido y le habían robado. Patronio le dice al conde que ese hombre lo quería engañar y robarle.

33. Lo que le sucedió a un halcón con una garza y un águila: El conde cuenta que siempre que termina una guerra, unos le dicen que viva en paz y otros que vaya a por más moros. Patronio le cuenta la historia del infante Don Manuel, que estaba un día de caza y soltó un halcón a matar una garza. Cuando ya la tenía, un águila se tiraba contra el halcón, y así varias veces, hasta que se dio cuenta de que si volaba por encima del águila podría atacar a la garza. Entonces Patronio le aconseja que no se rinda nunca y vaya a la caza de los moros, más el Señor le perdonará por sus intenciones.

34. Lo que le sucedió a un ciego que llevaba a otro: Un familiar le dice al conde que vaya a un lugar, pero él teme. Entonces le dice que no debe temer, pues él perdería la vida antes que el conde. Patronio cuenta que en una ciudad un hombre pobre se quedó ciego. Otro ciego fue a por él y le invitó a otra ciudad donde podrían mendigar para sobrevivir. El primer ciego se asustó porque ese camino tenía barrancos y pozos y temía. El otro ciego le dijo que no temiese y le convenció para ir. En el camino, ambos cayeron a un hoyo. Entonces el conde dijo a Patronio que no iría si su vida corre peligro.

35. Lo que le ocurrió a un mancebo con una joven rebelde: Uno de los ayudantes del conde dice que va a casarse con una mujer más rica y noble que él, pero que tiene muy mal carácter. El conde, al no saber qué contestarle, recurre a Patronio. Este cuenta la historia de un chico pobre que se casó con una joven rica pero con mal carácter. El día después de la boda, en la casa, el chico le dijo algo al perro y este, al no hacerle caso, lo mató con la espada, al igual que al gato y al caballo. La chica le hizo caso, ya que si no, le pasaría igual. Así aprendió la lección, y el conde le dice a ese mozo que haga como el del cuento y ponga a cada uno en su lugar antes de que ella lo haga con él.

36. Lo que le sucedió a un mercader con su mujer e hijo: El conde está muy enfadado y ofendido por algo que se ha enterado y busca venganza. Patronio le cuenta que una vez, en una villa, un hombre vendía consejos. El mercader fue y le compró dos, uno sobre la comida y otro sobre retener su sed de venganza en momentos de ira. El mercader se fue a tierras lejanas dejando a su mujer embarazada. Nació el bebé y ahora, con 20 años, sigue haciendo como si fuera pequeño, duerme y come con su madre. Cuando el mercader vendió todo y volvió, tuvo deseos de matar a ese mozo, ya que comía y dormía junto a su mujer. Pero se acordó del consejo de aquel sabio y se estuvo quieto hasta que se enteró de que era su hijo. Es cuando Patronio le dice al conde que espere a saber la verdad antes de hacer algo de lo que se arrepienta.

37. La respuesta del conde Fernán González: El conde llegó muy cansado de una guerra y, antes de que pudiera descansar, llegó una notificación de otra guerra. Muchos le dijeron que descansara, pero no sabía qué hacer, así que Patronio le contó un cuento en el que Fernán gana al rey moro Almanzor y, nada más volver, se entera de que el rey de Navarra quiere atacar sus tierras. Entonces su ejército y caballos le dicen que están muy cansados y no pueden entrar en combate todavía. Entonces Fernán les dijo que sus heridas con el moro y el cansancio se olvidarían cuando lucharan contra ese rey. Así les motivó y ganaron otra guerra. Entonces Patronio le dijo al conde que hiciese lo mejor para sus tierras, que las heridas viejas se olvidan con las nuevas.

38. Lo que le sucedió a un hombre que cargaba con piedras: El conde le dice a Patronio que puede ser más rico, pero que su vida peligraría si se quedan en una villa. Patronio le cuenta la historia de un hombre que cargaba con muchas piedras preciosas y tenía que atravesar un río. Debido al peso, el hombre se hundía, y por su avaricia no soltaba las piedras, así que murió ahogado. Entonces Patronio le aconseja al conde que ya es rico y que no necesita más dinero, ya que a veces la avaricia no es buena.

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