Capítulo 1
Nicolás Pertusato, apodado Nicolino en su tierra de origen (Italia), recuerda con temeridad y entusiasmo a la vez los motivos de su marcha hacia España.
En aquellos tiempos, cuando Nicolino vivía con su padre a la edad de siete años, un caballero español, por orden de este, lo apartó de su hogar llevándolo a la Corte Española. Este noble extranjero obliga a nuestro protagonista a quitarse los zuecos que tanto le molestaban.
Marina, aya de Nicolás, no lo acompaña en la despedida, y este entiende que no volverá a verla más, por lo que monta en la carroza con el noble desconocido.
Capítulo 2
Tras el viaje en carroza, llegaron al puerto de Génova. Allí, Nicolasillo descubre el porqué de su inesperada marcha y el motivo por el que era diferente a los demás niños.
Al embarcar, Nicolás conoce a otro enano como él, aunque de edad superior. Estos entablaron una gran amistad. Este se llamaba Acedo, apodado primo a sus espaldas, y explica a Nicolasillo lo que el futuro le depararía; también le aporta consejos sobre cómo mantener la dignidad.
Capítulo 3
Durante el viaje a España, Nicolás apenas podía digerir lo que comía y devolvía todo, pero gracias a Acedo consiguió sobrevivir.
Un día, mientras Nicolasillo y Acedo se encontraban en el camarote, arriba, los marineros jaleaban ante un criado. Estos salieron de inmediato y contemplaron cómo Marconi intentaba castigar a su esclavo. Además, Acedo consiguió que Marconi perdonara la vida de su criado, Jerónimo, y también el Primo consiguió agregar al criado malherido a su propiedad, por lo que Nicolás le cura las heridas. Por todo esto, Jerónimo le está enteramente agradecido.
Capítulo 4
El navío por fin llegó a España. Jerónimo estaba feliz tras su sencillo trueque de amo y la recuperación de sus heridas. En cambio, Nicolasillo estuvo sumergido en una melancolía, la cual superó a los dos meses, mientras ingresaba en palacio.
En palacio estuvo bajo la custodia de doña Francisca Guijuelo, una mujer bastante apreciable. Esta también le proporcionaba alimentos sin hacer caso a las recomendaciones del médico. Entre fogones, Nicolás también conoce a Tommaso, personaje que le ayudó a rescatar a Moisés del balde. Y finalmente, gracias a Moisés, Nicolasillo sale de su ensimismamiento.
Capítulo 5
Tras la recuperación psíquica de Nicolás, don Alonso Ortiz le proporcionó, junto a Ana y Manuelillo, una amplia ilustración para que pudiera llegar a ser criado de Cámara.
Manuelillo, al ser nulo en los estudios y, por el contrario, un apasionado de las guerras y las armas, solicitó entrar al servicio de un capitán de las caballerizas, por lo que este partió a Flandes, lugar del que nunca regresó con vida. Nicolasillo sufrió la pérdida de su amigo mientras memorizaba y recitaba versos para don Alonso.
Capítulo 6
En los años siguientes, Nicolás se convirtió en el criado discreto que los reyes esperaban, por lo que fue tomando nota de cuanto había que saber para servir a sus Majestades. También, este conoció a Maribárbola, con la que entabló una buena relación, y gracias a ella conoció a Velázquez. Pero una noche, mientras Nicolasillo paseaba por los pasillos de palacio, este divisó a unos hombres ebrios, entre los cuales estaba el conde Aguilar, que lo atacaron mediante mofas y medios violentos, por lo que Nicolasillo golpeó al conde Aguilar y huyó a su habitación. Al día siguiente, Nicolás se sentía culpable ante su reacción la noche pasada, y decide pedirle consejo a Maribárbola, pero antes de que él le pudiera contar nada, ella fue la que inició la conversación advirtiéndole que en palacio las noticias vuelan, aunque lo más probable fuera que Aguilar no hubiera aireado el asunto por propios intereses. Además, Bárbara le aconsejó que fuera a donde Velázquez, ya que era el único hombre en palacio que podría ayudarle, para a su vez poder recuperar el amor de María Sarmiento.
Capítulo 7
Siguiendo el consejo de Maribárbola, Nicolás fue a ver a Velázquez para obtener ayuda frente al caso del conde Aguilar. Cuando llegó al obrador donde trabajaba el pintor, vio que este estaba acompañado por un caballero cuya presencia no inspiraba demasiada confianza. A pesar de ello, aquel hombre hizo recitar a Nicolasillo unos versos fúnebres en italiano. Al abandonar el obrador, aquel caballero pidió a Velázquez que Nicolás apareciera en el cuadro que tenían en proyección. Finalmente, cuando Nicolás pudo encontrar consuelo a su preocupación junto al aposentador Velázquez, descubrió que el misterioso hombre con el que había conversado se hacía llamar Nerval, nombre que le produciría escalofríos a lo largo de su vida.
Capítulo 8
Durante la siguiente semana, Nicolasillo recibió la visita de Acedo, al que cariñosamente llamaba Padrino, ya que fue el primero que le aconsejó en su viaje a España, aunque también le hacía llamar así por el mutuo afecto que se tenían. A lo largo de la visita, Acedo anunció a Nicolás que el rey había ordenado su admisión en el cuadro que Velázquez tenía en mente, por lo que debería alcanzar la gloria; también le aconsejó que se casara con Bárbara Asquín, ya que era una mujer muy astuta, aunque a esto último Nicolás se echó a reír. Al finalizar la charla, Acedo marchó a Sevilla.
Capítulo 9
Días más tarde, Nicolás fue llamado por el rey, por lo que su aya, Francisca, le encomendó unos ropajes de terciopelo, y don Alonso le hizo un breve repaso de conducta. Finalmente, acudió donde el rey, el cual le aconsejó durante su charla reducir su orgullo en palacio e ir a vivir junto a Velázquez mientras este preparaba su cuadro. También le dijo las siguientes palabras: ‘-Nicolás, alguien me ha dicho que tú serás el último de todos nosotros y podrás verlo y contarlo todo. Así que anda con los ojos bien abiertos para cuando precise de tu información.’ Nicolasillo no entendió bien lo que el rey Felipe quiso decirle, pero el caso fue que aquellas palabras fueron de boca en boca por todo palacio, hasta llegar a los oídos de José Nieto, todo esto gracias a la indiscreción del gentilhombre de Cámara. Tras aquella alcahuetería, Nicolás tuvo una breve discusión con Nieto.