La travesía de Anna: De Alemania a Inglaterra en tiempos de cambio

El escape de Alemania

Anna, una niña judía, se ve obligada a dejar su Alemania natal debido al ascenso político de Adolf Hitler. La incertidumbre de su futuro la abruma, especialmente la posibilidad de tener que abandonar todo lo que conoce. Su padre, periodista con una columna propia, enferma de gravedad, impidiéndole a Anna compartir sus preocupaciones. Para distraerse, juega con su hermano Max y sus amigos.

Cuando su padre se recupera, viaja a Suiza para escapar de la persecución nazi. Días después, su madre les anuncia a Anna y a Max que deben reunirse con su padre en Zúrich, ya que Hitler se acerca a la victoria. Empacan sus pertenencias, incluyendo algunos juguetes preciados, y se dirigen a la estación de tren. El reencuentro familiar en Zúrich es un momento de alegría y alivio. Se hospedan en un lujoso hotel, pero el cansancio del viaje afecta a Anna, quien enferma y debe guardar cama durante cuatro meses.

Un nuevo comienzo en Zúrich

Recuperada, Anna conversa con Max, quien le informa sobre la consolidación del poder de Hitler en Alemania y las dificultades que esto implica para su padre, quien ya no puede publicar libremente. La familia se muda a un hostal más modesto, el Gasthof Zwirn, donde conocen a la familia Zwirn y sus tres hijos. Max aprende a pescar con Franz, mientras que Anna y Vreneli se hacen amigas.

Un día en el colegio, durante un juego, Anna ayuda a un niño pelirrojo a hacer la rueda. Este gesto inocente provoca la burla de otros niños, quienes la persiguen y le lanzan piedras. La madre de Anna interviene y descubre que la razón del acoso es el interés romántico de los niños hacia Anna. Tras una conversación, Anna y Vreneli aclaran el malentendido y se reconcilian.

El cumpleaños de Anna y la incertidumbre del futuro

El cumpleaños de Anna se acerca, pero en lugar de la tradicional fiesta, la familia realiza una excursión en barco. Anna oculta su aburrimiento para no preocupar a sus padres. Su padre le confiesa que podrían mudarse a Francia o Inglaterra. El verano llega y los niños anhelan asistir a las fiestas del pueblo, pero carecen de dinero. La abuela materna, Omamá, los visita y les da algo de dinero. Tras la muerte accidental de Pumpel, el perro de Omamá, la abuela les entrega el dinero destinado al billete de vuelta del perro para que los niños puedan disfrutar de las fiestas.

París, un nuevo destino

El padre de Anna regresa de París con la noticia de un posible trabajo en el periódico Diario Parisino. La familia se prepara para mudarse a Francia. Mientras los padres viajan a París, el tío Julius (un amigo de la familia) les informa a los niños sobre una amenaza contra la vida de su padre. Anna sufre pesadillas durante dos semanas, hasta el regreso de sus padres. Se despiden de sus amigos y profesores en Zúrich y parten hacia Francia. Un error en la estación de tren casi los lleva de vuelta a Alemania, pero finalmente abordan el tren correcto.

Adaptándose a la vida en París

En París, se instalan en un piso con ascensor y portería, un lujo para Anna. La madre de Anna contrata a una profesora para que les enseñe francés a los niños. En Nochebuena, visitan la Torre Eiffel y el Arco del Triunfo. Max comienza el colegio enseguida, pero Anna debe esperar a que su madre encuentre una escuela adecuada. Madame Fernand, una amiga francesa, ayuda a la madre de Anna a encontrar un colegio para Anna: Ecole de Filles.

El colegio y el idioma

Anna se adapta al colegio y a sus compañeros. A pesar de las dificultades iniciales con el idioma, progresa rápidamente. La tía Sarah, hermana de Omamá, les regala telas para confeccionar ropa nueva para Anna. El padre de Anna se molesta al enterarse, ya que no quiere depender de la caridad. Celebran el 14 de julio, Día de la Revolución Francesa, con los Fernand. Anna progresa en sus estudios y decide prepararse para el certificat d’études. Tras una conversación con su madre, Anna se da cuenta de que ha superado la barrera del idioma y ya habla francés con fluidez.

Dificultades económicas y un nuevo comienzo

La Navidad de 1934 es difícil debido a la escasez de dinero. El padre de Anna compra una máquina de coser rota y Madame Fernand los ayuda a recuperar el dinero. Max recibe el prix d’excellence en el colegio. Anna aprueba el certificat d’études. Durante las vacaciones de verano en Zúrich, dos productores ingleses se interesan por un guión del padre de Anna, lo que implica una nueva mudanza, esta vez a Inglaterra. Mientras los niños se quedan con Omamá, reciben la noticia del fallecimiento del tío Julius. Finalmente, la familia se reúne y comienza una nueva vida en Inglaterra.

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