Introducción a la Prosa Barroca
Dentro de la prosa barroca es fundamental distinguir entre aquella de carácter de ficción, donde destacan la novela picaresca y la novela cortesana, y la prosa de carácter didáctico.
Prosa de Ficción: La Novela
Las modalidades narrativas más relevantes en el Barroco son la novela cortesana, siguiendo los esquemas inaugurados por Cervantes en sus Novelas ejemplares, y la novela picaresca.
El Desarrollo de la Novela Picaresca
Los rasgos característicos de la novela picaresca son los siguientes:
- Relato autobiográfico protagonizado por un antihéroe.
- Marcada evolución del personaje a lo largo de la narración.
- Espacio y personajes de carácter marginal, descritos con realismo.
- Intención crítica y moralizante.
Este género experimenta un gran auge en el siglo XVII a partir del éxito obtenido por el Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán.
El Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán
El protagonista, ya maduro, relata los hechos de su vida: primero, su origen en Sevilla; luego, sus andanzas en Madrid, donde se convierte en un pícaro para ganarse la vida. Nos habla de sus diferentes oficios y ocupaciones, relata su viaje a Italia para buscar a unos parientes y sus desdichadas vivencias en Génova y Roma. A continuación, narra su regreso a España, donde es encarcelado por robo y condenado a galeras. La novela termina con el arrepentimiento del protagonista, lo cual subraya la intención didáctica de la narración.
La Vida del Buscón llamado Pablos de Quevedo
La obra en prosa de Francisco de Quevedo es tan variada como su producción poética. Dentro de la novela, su título más destacado es La Vida del Buscón llamado Pablos.
El argumento del Buscón relata el proceso por el que un joven se convierte en un pícaro o, incluso, en un criminal. Pablos, el protagonista, proviene de una familia de delincuentes de Segovia. Su origen marginal parece condicionar toda su vida: su etapa como criado de un joven noble que vive en el pupilaje del licenciado Cabra (un clérigo avaro con quien pasa hambre); su estancia en Alcalá de Henares, donde se consolida como pícaro; la noticia de la muerte de su padre, ahorcado; la vida de delincuencia que inicia justo después, dedicada a la estafa, al soborno, al engaño de mujeres, a las trampas en el juego, y que culmina cuando se convierte en asesino. La novela termina abruptamente cuando Pablos, para huir de la justicia, decide marcharse a América.
Quevedo presenta una sociedad dominada por las falsas apariencias, la corrupción de la justicia y los enfrentamientos entre grupos sociales. La intención final es mostrarnos, con negro humor, los vicios sociales y la escasa calidad humana de sus personajes. Es una finalidad crítica, pero no explícitamente moralizante como en el Guzmán. Sus elementos estilísticos son los propios del conceptismo burlesco: destaca el abundante uso de la metáfora ingeniosa y la comparación degradante; también son frecuentes las animalizaciones, las cosificaciones y las marcadas hipérboles.
La Novela Cortesana: María de Zayas
La novela cortesana se inspira en los modelos de la novela corta italiana (novella). Sus rasgos principales son:
- Extensión breve.
- Argumentos con tendencia al enredo y las intrigas amorosas.
- Cierta intención didáctica o moralizante.
Las novelas de María de Zayas y Sotomayor se desarrollan a partir de intensos lances amorosos y ofrecen un profundo estudio de las pasiones humanas. Como elementos clave destacan el erotismo y la denuncia de las desigualdades entre sexos y la violencia contra las mujeres.
La obra narrativa de Zayas se recoge en dos colecciones, cada una formada por diez novelas:
- Novelas ejemplares y amorosas (1637)
- Desengaños amorosos (1647)
En todas ellas podemos apreciar la influencia cervantina, así como ecos de la narrativa pastoril y bizantina, patentes en el refinamiento de los escenarios y ciertas dosis de idealismo. Por otra parte, los modelos italianos son fundamentales en la configuración de la obra de esta autora.
La Prosa Didáctica
Al margen de la prosa de ficción, durante el Barroco se cultiva abundantemente la prosa no narrativa, de intención didáctica. Dentro de ella, podemos diferenciar principalmente:
- Los tratados morales y políticos, que buscan transmitir los valores católicos y monárquicos imperantes.
- La prosa satírica, que critica vicios y costumbres de la época.
Baltasar Gracián
Pese a la condición de jesuita de Baltasar Gracián, sus escritos se ocupan más de aspectos humanos y filosóficos que estrictamente religiosos. Sus obras proponen modelos de conducta basados en la prudencia, la sabiduría práctica y la moderación para desenvolverse en el complejo mundo cortesano.
Su estilo, quintaesencia del conceptismo, lo convierte, junto a Quevedo, en uno de los máximos representantes de esta corriente estética. Gracián posee un estilo docto, denso y complejo, que recurre con frecuencia a la antítesis, la elipsis, las ingeniosas asociaciones de ideas, los paralelismos, los juegos de palabras y la máxima concentración expresiva.
Obras destacadas
Uno de los libros más representativos de Gracián es el Oráculo manual y arte de prudencia (1647), una colección de trescientos aforismos para alcanzar la virtud y el éxito social. Su obra maestra es El Criticón (publicada en tres partes: 1651, 1653, 1657), una extensa narración filosófica y alegórica sobre la vida humana. La alegoría se construye a través de personajes y hechos simbólicos: los protagonistas, Andrenio (el hombre natural e impulsivo) y Critilo (el hombre prudente y racional), realizan un viaje por el mundo observando sus engaños y miserias.
Quevedo y la Sátira
Francisco de Quevedo practicó con maestría un subgénero fundamental de la prosa didáctica: la sátira.
Su obra más conocida en este ámbito son los Sueños y discursos (versión definitiva publicada en 1627). Se trata de una serie de relatos satíricos que adoptan la forma de visiones oníricas del infierno y del juicio final, donde van apareciendo diversos personajes tipo (poetas, médicos, jueces, mujeres…) y situaciones que sirven a Quevedo para criticar de forma mordaz los vicios y la hipocresía de la sociedad de su tiempo.
Quevedo escribió otras obras de carácter didáctico-satírico, entre las que podemos destacar La hora de todos y la Fortuna con seso (publicada póstumamente en 1650), en la que encontramos una aguda parodia de carácter social y político, a menudo con referencias mitológicas.