La poesía durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra
Al término de la Guerra Civil se impone en España la dictadura del general Franco y se inicia una difícil etapa en la
sociedad y la cultura españolas. La inmediata posguerra (hasta 1960) se caracteriza por la represión y la miseria, pobreza intelectual y el aislamiento internacional. El desarrollismo de los años 60 y 70 trae consigo la recuperación económica y la renovación intelectual. La muerte de Franco (1975) da paso a la democracia y comienza el mayor período de estabilidad y prosperidad en la historia de nuestro país.
1. La poesía durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra
La Guerra Civil supone un corte profundo en la evolución de la literatura española y, por supuesto, de la poesía: han muerto poetas destacados como Antonio Machado (al poco de exiliarse en Francia) y Federico García Lorca (fusilado en agosto del 36); otros se han exiliado (casi todos los del 27, excepto Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y Gerardo Diego); y Miguel Hernández es encarcelado y muere posteriormente.
A. Poesía arraigada
Es cultivada por autores de la llamada Generación del 36, complacientes con el régimen de Franco. Adopta una forma clasicista, con sonetos al estilo de Garcilaso, por ejemplo, y ofrecen una visión épica de la realidad y un optimismo que contrasta con la pobreza y desilusión diarias en que vive la mayoría. Los poetas más destacados son: Luis Rosales (La casa encendida), Leopoldo Panero (Canto personal) o Dionisio Ridruejo (Cantos a la piedra).
B. La poesía desarraigada o existencialista
Cultiva temas existenciales como la muerte, soledad, tristeza, desesperación, búsqueda de la fe o del amor. Rechazan el formalismo –aunque también componen sonetos- y utilizan imágenes tremendistas, adjetivos sonoros y un tono apasionado y desgarrador: “Esto es ser hombre, horror a manos llenas” (Blas de Otero). Muestran el desajuste entre el individuo y la sociedad en que vive. En esta tendencia se puede incluir la obra de Miguel Hernández tras la Guerra Civil: Cancionero y romancero de ausencias.
C. La poesía en el exilio
Abordan algunos temas comunes como la patria perdida, la lucha o la derrota. Más tarde aparecen la nostalgia, el recuerdo de la infancia o el deseo de regresar. Destaca León Felipe con una poesía combativa, en un tono vehemente y declamatorio.
2. La poesía social. La Generación del 50
Hacia mediados de siglo la literatura existencialista desemboca en el realismo social: los escritores salen de su angustia interior y contemplan lo que sucede en la calle, exigen un cambio en la sociedad y creen que la literatura puede ser el motor de esa transformación. Los poetas adoptan como consignas palabras como compromiso y solidaridad. Sus temas son: denuncia de la marginación, el paro o la falta de libertad política y social; exigencia de justicia y paz para todos. Su estilo poético incorpora un lenguaje coloquial que llega incluso al prosaísmo extremo. Entre los poetas sociales destacan JOSÉ HIERRO, GABRIEL CELAYA (Cantos iberos) o BLAS DE OTERO (Pido la paz y la palabra).