La Poesía Española de Posguerra: De la Desarraigo al Intimismo

La Guerra Civil supuso un corte decisivo en todos los aspectos de la vida. La represión asoló el país en la posguerra y lo sumió en una grave depresión económica, política, cultural y moral de la que se fue recuperando con dificultad. Durante estos últimos decenios, cabe destacar la diversidad de tendencias y de autores, lo que hace difícil sistematizar con sencillez la literatura de toda esta época. La guerra supuso la ruptura total con la mejor poesía de las épocas anteriores.

Durante y tras la Guerra Civil, muchos autores siguen escribiendo desde el exilio o desde España. En la poesía de los años 40 y 50 conviven generaciones de poetas con diferentes actitudes ante la realidad, de ahí la dificultad para definir estilos que se superponen:

Poesía Arraigada

Por un lado encontramos una poesía que trata del hombre en su dimensión más personal e íntima, es la llamada poesía arraigada. Estos autores escriben en las revistas El Escorial y Garcilaso. Buscan un afán de orden y claridad en el mundo. No es una poesía social, ya que trata el tema del hombre fuera de las circunstancias que lo rodean. Utilizan un lenguaje sencillo y cotidiano, y se inspiran en las formas clásicas como el soneto. Pertenecen a esta poesía autores como Luis Felipe Vivanco, García Nieto, Rafael Morales…

Poesía Desarraigada

Por otro lado encontramos una poesía social y política, la poesía desarraigada, que se inicia con “Hijos de la ira” de Dámaso Alonso. Además, Vicente Aleixandre publica “Sombra del Paraíso”, en la misma línea. La poesía desarraigada se caracteriza por ser una poesía angustiada y existencial, es un grito de tono trágico contra un mundo caótico invadido por la angustia y el sufrimiento. Emplea el verso largo no clásico.

Poesía Existencial

A lo largo de los años 40 se desarrolla una tendencia que se conoce como poesía existencial, que puede dividirse en dos tendencias:

  • Por un lado, hay poetas de tendencia realista que adoptan una actitud de compromiso social y quieren contribuir a la transformación de la sociedad, como Cremer (Tacto sonoro), Nora (Pueblo cautivo), Gabriel Celaya (Tranquilamente hablando), José Hierro (Tierra sin nosotros), Blas de Otero (Ancia).
  • Por otro lado, hay poetas de tendencia metafísica, que intentan buscar la esencia del ser humano y son más respetuosos con la tradición como Rafael Morales, Vicente Gaos (Arcángel de mi noche), José Luis Hidalgo (Los muertos), José María Valverde (Hombre de Dios).

Postismo

Por otro lado encontramos el postismo (surrealismo), fundado por Carlos Edmundo de Ory, defiende la creatividad en contra de la razón. Enlaza las vanguardias y el surrealismo. Rompe formalmente con la poesía de la época y explora nuevos ritmos y métricas.

Realismo Social

En los años 50 la poesía desarraigada deriva hacia el Realismo social. El poeta sale del yo para encarnarse en el nosotros, el escritor se solidariza con los que sufren y la poesía ha de ser un instrumento para salvar el mundo. Pasan a ser temas dominantes el tema de España, la injusticia social, la alienación, el mundo del trabajo, la libertad… La poesía se dirige a la inmensa mayoría, con un lenguaje claro y tono coloquial. Pertenecen al realismo social “Cantos Iberos”, de Gabriel Celaya, “Pido la paz y la palabra”, de Blas de Otero, “Quinta del 42”, de José Hierro…

Generación del 50

Hacia la década de los 60 aparecen poetas que cantan al hombre como realidad total. Son la llamada Generación del 50, que asimilan el intimismo de los del 36 y la dimensión colectiva de la poesía social, de manera que la poesía es una forma de conocer la realidad y a la vez sirve como testimonio del hombre.

Generación del 60

Aparece entonces la Generación del 60, conformada por poetas que parten de lo social pero se inclinan hacia lo personal, aportando a la poesía cierto carácter autobiográfico. Estos poetas tienen una serie de características comunes:

  • La defensa de lo íntimo y subjetivo sobre el predominio de lo colectivo.
  • Se adopta una actitud crítica y se crea un nuevo lenguaje, más sencillo.

Pertenecen a esta generación poetas como Ángel González, Bonald, Gil de Biedma, Brines, Carlos Sahagún (Como si hubiera muerto un niño) y José Agustín Goytisolo.

Promoción del 70 y Los Novísimos

Con la promoción del 60 termina la poesía de posguerra, e irrumpe en el mundo literario un grupo de jóvenes con una nueva sensibilidad, con mayor atención a la sensibilidad y el lenguaje, que desarrollan dos corrientes: la promoción del 70 y los Novísimos. Son tantos los poetas que publican, que es difícil distinguir los que aportan algo nuevo de los que imitan y recrean, pero los más importantes son Manuel Vázquez Montalbán, Martínez Sarrión, José María Álvarez, Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Ana María Moix y Leopoldo María Panero.

La Voz Femenina

La voz femenina es por fin oída en poetisas como Juana Castro, Ana Rosetti, Julia Castillo, Blanca Andreu… Entre los poetas, cabe destacar a Guillermo Carnero, Manuel Vázquez Montalbán, José Miguel Ullán, Félix de Azúa, Pere Gimferrer.

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