La Poesía de Miguel Hernández: Un Recorrido por su Obra

Tradición y Vanguardia en la Poesía de Miguel Hernández

La formación literaria de Miguel Hernández está marcada por dos aspectos fundamentales: su pasión por la lectura y su círculo de amistades, centrado en figuras como Vicente Aleixandre y Pablo Neruda. A su llegada a Madrid, Hernández se sumerge en el canon literario del Siglo de Oro, estudiando a autores como Garcilaso, Lope de Vega y Calderón. A estas influencias se suma la sensibilidad estética de Bécquer. Su viaje a Madrid en 1931 resulta crucial para su desarrollo como escritor. Las lecturas, el contexto literario y las relaciones con autores contemporáneos contribuyen a la formación de una poética única, donde tradición y vanguardia se entrelazan constantemente.

En sus primeros poemas, se perciben ritmos y metros de la lírica popular, así como la intertextualidad con motivos y autores de la tradición española. La octava real, por ejemplo, es utilizada en las cuarenta y dos octavas que componen su primer libro, Perito en Lunas. La influencia de San Juan de la Cruz se manifiesta en El rayo que no cesa, con inspiración petrarquista y garcilasiana. Su producción dramática, como en Quien te ha visto y quien te ve, se basa en la tradición y los recursos del teatro clásico. La voluntad épica de los poemas publicados durante la Guerra Civil se expresa mediante el romance y el verso breve, como en Cancionero y romancero de ausencias. Hernández también explora poemas alejados de la vivencia personal o emocional, utilizando metáforas que transforman motivos cotidianos en realidades trascendentes, en lo que se denominó «poemas-acertijo».

Compromiso Social y Poético

En su segundo intento por integrarse en la vida cultural de la capital, Pablo Neruda se convierte en su mentor, abriéndole las puertas a los círculos intelectuales madrileños. El ambiente social y político de la época está marcado por las aspiraciones del gobierno republicano, que impulsó reformas en la educación y la cultura. Al estallar la Guerra Civil, Hernández se une como miliciano voluntario al ejército republicano, integrándose en el batallón de El Campesino. En 1937, colabora con la revista Frente Sur, escribiendo numerosos artículos y poemas. Participa en el Segundo Congreso Internacional de Intelectuales en Defensa de la Cultura y viaja a la URSS para asistir al Quinto Festival de Teatro Soviético, experiencia que lo inspira a escribir teatro. La victoria fascista provoca el exilio de muchos intelectuales republicanos. Hernández intenta pasar a Portugal, pero es detenido. En septiembre de 1939 es liberado y regresa a Orihuela, donde es denunciado y nuevamente detenido. Tras un juicio, es condenado a muerte.

Recursos Literarios

En sus Poemas de Adolescencia, Hernández utiliza un lenguaje sencillo, conectado con la naturaleza, pero también con referencias al mundo clásico. Se observa un tono pastoril y bucólico, un apego sensorial por la naturaleza y el deseo adolescente. Los recursos estilísticos son sencillos y fáciles de comprender, debido a su juventud y escasa formación. Estos poemas suelen estar cargados de cromatismo y epítetos, como en El chivo y el sueño. Destaca el uso de anáforas, paralelismos y anadiplosis. Perito en Lunas presenta una sintaxis compleja, con hipérbatos abruptos, un lenguaje culto y conceptual, y metáforas herméticas. En El rayo que no cesa, el lenguaje es más sencillo y depurado, con mayor carga nominal y adjetival. La poesía bélica adquiere un tono épico, ofreciendo visiones desmembradas de la realidad mediante metonimias y sinestesias.

Temas Poéticos

La Naturaleza: Presente desde su poesía juvenil, como en El alma de la huerta, La palmera levantina o Canto a Valencia, la naturaleza aparece como un ente vivo y literaturizado. En Perito en Lunas, se muestra más hermética y metafórica, con referencias a la tierra, el toro, la palmera, la granada o la luna. El lenguaje bucólico describe los diferentes reinos naturales. Con la poesía bélica de Viento del Pueblo, el lenguaje se vuelve sencillo, directo y coloquial. La naturaleza deja de ser bucólica, amorosa o pasional. En la última etapa de la guerra, en Cancionero y romancero de ausencias, la naturaleza se transforma nuevamente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *