La Novela Española de 1939 a 1970: Un Recorrido por la Narrativa de Posguerra

La Novela Española de 1939 a 1970

La Guerra Civil española (1936-1939) y la posterior represión, el aislamiento internacional y la miseria sumieron al país en una grave depresión económica, política y cultural. Muchos novelistas importantes se exiliaron, formando parte de la diáspora republicana. Esto afectó gravemente al desarrollo literario dentro de España. Además, la novela de posguerra surge tras la pérdida de referentes literarios como Unamuno o Valle-Inclán, y la presión de la censura afectaba tanto a la producción interior como a la exterior.

La Novela del Exilio

En el extranjero, continuaron su labor los prosistas consagrados en los años veinte y treinta, y surgió una generación de grandes novelistas que desarrollaron su carrera en la diáspora. Algunos de ellos son:

  • Max Aub: Escribió en el exilio la serie de Los Campos, sobre la Guerra Civil (Campo cerrado, Campo de sangre, etc.).
  • Francisco Ayala: Autor de magníficas novelas como Muertes de perro y El fondo del vaso, donde estudia la naturaleza humana.
  • Rosa Chacel: Destacan Memorias de Leticia Valle y la trilogía formada por Barrio de Maravillas, Acrópolis y Ciencias Naturales.
  • Ramón J. Sender: Publicó obras en el exilio, que duró hasta su muerte, como Crónica del alba y Réquiem por un campesino español.
  • Otros autores del exilio: Segundo Serrano Poncela, Manuel Andújar y Arturo Barea.

La Novela en el Interior de España en los Años 40

Estos años se caracterizan por la presencia de la realidad como tema literario.

  • Novela nacionalista: Plasmó la visión ideológica falangista, exaltando el belicismo, la familia y la religión. Destacan Rafael García Serrano con Camisa azul y Agustín de Foxá con Madrid, de Corte a checa.
  • Realismo tradicional: Reflejó la vida de la burguesía. Un ejemplo es Juan Antonio Zunzunegui.
  • Gonzalo Torrente Ballester: Evolucionó desde el estilo ideologizado de Javier Mariño al realismo tradicional de la trilogía Los gozos y las sombras.
  • Tremendismo: Camilo José Cela, con La familia de Pascual Duarte (1942), presenta la vida de un asesino en la Extremadura profunda.
  • Novela existencial: Carmen Laforet, con Nada (1945), muestra el malestar de la época. Miguel Delibes, con La sombra del ciprés es alargada (1947), se sitúa en esta misma tendencia.

La Novela en los Años 50

La literatura debía informar y sensibilizar al lector sobre temas no presentes en los medios. A pesar de la censura, los autores asumieron un compromiso ético, reflejando la pobreza, la emigración y la frivolidad de las clases altas. Jean-Paul Sartre, en su ensayo ¿Qué es la literatura?, defendía la función transformadora de la literatura.

  • Realismo social: Obras como El camino de Delibes y La colmena de Cela reflejan la realidad social.
  • Objetivismo: Se caracteriza por la desaparición del narrador, el predominio del diálogo, la condensación espacio-temporal y la linealidad narrativa.
  • Realismo crítico: Utiliza técnicas objetivistas para mostrar realidades que exigen una toma de postura.

Autores destacados:

  • Rafael Sánchez Ferlosio: El Jarama (1955).
  • Juan García Hortelano: Nuevas amistades (1959) y Tormenta de verano (1961).
  • Ignacio Aldecoa: El fulgor y la sangre (1954), Gran Sol y Con el viento solano.
  • Jesús Fernández Santos: Los bravos (1954) y En la hoguera (1957).
  • Carmen Martín Gaite: Entre visillos (1957).
  • Armando López Salinas: La mina (1959) y Año tras año (1962).
  • Jesús López Pacheco: Central eléctrica (1958).

La Novela de los Años 60

Los autores de los sesenta introdujeron novedades narrativas:

  • Pérdida de importancia de la historia.
  • Perspectivismo: Importancia de los personajes y reducción del papel del narrador.
  • Personajes individuales: Se centra en la subjetividad y el pensamiento de los personajes.
  • Técnicas narrativas: Monólogo interior, estilo indirecto libre.
  • Innovación lingüística: Uso de neologismos.
  • Recursos técnicos y visuales: Importancia de lo visual.

Autores destacados:

  • Juan Marsé: Últimas tardes con Teresa (1966).
  • Juan Goytisolo: Señas de identidad (1966).
  • Juan Benet.
  • Luis Martín Santos: Tiempo de silencio (1962), obra clave del periodo.

Autores de la generación anterior se suman al experimentalismo:

  • Cela: San Camilo, 1936 (1969).
  • Delibes: Cinco horas con Mario (1966).
  • Torrente Ballester: La saga/fuga de J.B. (1972).

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