La narrativa española desde la posguerra hasta finales de los años 60

INTRODUCCIÓN:


El ambiente de desorientación cultural en los inicios de la posguerra es muy acusado. Se ha roto con la tradición inmediata, quedan prohibidas novelas anteriores a la guerra y las del exilio. Solo Baroja parece servir de ejemplo para ciertos narradores. Durante los años 40 y 50 la publicación de algunas obras y la aparición de nuevos autores abren nuestra literatura al Realismo.
Los autores que les siguen repiten los mismos modelos narrativos, basados en el reflejo fiel de la sociedad española. En los 60 comienza a agotarse esta fórmula, y a los contenidos sociales se les añaden algunas innovaciones estructurales y argumentales.

LA NOVELA EXISTENCIAL (Años 40)
:Tres hechos suelen señalarse como indicios del nuevo arranque del género: 1942 con “La familia de Pascual Duarte” de Camilo José Cela, y en 1944 con “Nada” de Carmen Laforet; a quienes se unen Miguel Delibes con “La sombra del ciprés es alargada” (1947) y Gonzalo Torrente Ballester. La publicación de “La familia de Pascual Duarte” de Camilo José Cela con su agria visión de la realidad, supone un primer punto de partida. Inauguró una corriente que se denominó tremendismo: refleja los aspectos más desagradables y brutales de la realidad para efectuar una reflexión profunda sobre la condición humana. Como un nuevo pícaro, Pascual Duarte narra su biografía para que entendamos cómo ha llegado a ser un condenado a muerte. En cuanto a “Nada”, causó un fuerte impacto. La vida cotidiana de una joven que va a estudiar a Barcelona, bajo un trasfondo de tono existencialista que trata la realidad de un modo directo y amargo. El reflejo amargo de la vida cotidiana es la nota frecuente en estas novelas. Los temas de esta novela existencial son la soledad, la inadaptación, la muerte… Son personajes desarraigados que reflejan el malestar del momento, pero en la esfera de lo personal, lo existencial.

Camilo José Cela


Cela destaca por su maestría en el uso del lenguaje. Otras novelas son “San Camilo” 1936,”Mazurca para dos muertos”. Entre los relatos cortos, denominados «Apuntes carpetovetónicos», destacan “El bonito crimen del carabinero” y “El gallego y su cuadrilla”. Es muy interesante la producción dedicada a los viajes, bellas narraciones sobre distintos lugares de España, como “Viaje a la Alcarria” (1948).

Miguel Delibes


A partir de la publicación de “La sombra del ciprés es alargada” (1948), ha continuado una trayectoria literaria bastante coherente y uniforme. “El camino” (1950) es la primera de sus novelas rurales. En la misma línea se encuentran «Diario de un cazador» y «Las ratas». Esta tendencia crítica y social culmina en 1981 con la publicación de una de sus mejores novelas: “Los santos inocentes”. Se trata de un largo monólogo que corre a cargo de Carmen mientras que vela el cadáver de su marido, no exenta de una aguda crítica social. Otras novelas de Delibes son “El príncipe destronado” o “Señora de rojo sobre fondo gris”. Su última gran obra, “El hereje”, homenaje a Valladolid recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Gonzalo Torrente Ballester

Triunfa en 1972 con “La saga/fuga” de J. Anteriormente había publicado la trilogía “Los gozos y las sombras”, es de tipo realista tradicional, “La saga/fuga” de J. B. Pertenece a la experimentación más avanzada de cuantas novelas se habían publicado hasta ese momento: es irónica y mítica, mezcla de realidad y fantasía, situada en un pueblo gallego imaginario.

LA NOVELA DEL EXILIO:


Diversos novelistas han de escribir toda o gran parte de su obra en el exilio. Destacan Ramón J. Sender, Max Aub, Francisco Ayala, Rosa Chacel, quienes al acabar la guerra marchan al exilio por su apoyo a la República. Su obra se realiza al margen de la literatura que se hace en España y tratan sobre el tema de la guerra, reflexión sobre España y la tragedia del exilio. Rosa Chacel destaca por su estilo cuidado y el estudio psicológico de los personajes. Destaca “Memorias de Leticia Valle” (1946). De regreso en España publica “Barrio de Maravillas” (1976). Ramón J. Sender escritor comprometido, su consagración llega con “Crónica del alba” (1942-1966) y “Réquiem” por un campesino español (1953) centrada en un episodio de la Guerra Civil. Lo mejor de Max Aub es su ciclo histórico-novelesco sobre la Guerra Civil, con el título general «Los campos». Se compone de cuatro novelas que tratan la situación del país en 1936, tras el final de la guerra y en el exilio. Francisco Ayala es el creador de una obra de gran calidad estética e intelectual. Destacan sus relatos como «La cabeza del cordero’ y novelas como “Muertes de perro” (1958). Su obra más personal es “El jardín de las delicias” (1971).

EL Realismo SOCIAL (Años 50):


Para la mayoría de la crítica es “La Colmena” (1951) de Cela la precursora de esta nueva tendencia, a la que se unen “La Noria de Luis Romero” y “El Camino de Delibes”. Se trata de un Realismo más objetivo (Realismo social) que pretende reflejar a dura realidad para que la sociedad tome conciencia. Las carácterísticas generales son: Protagonista colectivo, Narrador objetivo (31 persona, testigo), Testimonio y denuncia social, Humor, ironía y escepticismo, y Diálogo: habla popular y coloquial. En “La colmena” presenta tres días en la vida de un gran número de personajes en el Madrid de 1942. El ambiente es mísero y desesperanzado. Introduce toques de ternura que no bastan para ocultar la mediocridad de la vida de los españoles durante esos duros años inmediatos a la Guerra Civil. El autor se mantiene al margen y cuenta todo lo que hacen y dicen sus personajes, sin intervenir. Se considera que esta novela abre el camino a la novela social que se desarrolla durante los años 50. Esta tendencia, no será general, y por ello se distinguen dos grupos: Realismo objetivista y Realismo social. En el Realismo objetivistalos autores pertenecientes a esta tendencia reflejan la realidad cotidiana tal y como la perciben. Escriben sobre la pobreza, la miseria, la injusticia social o la soledad, llevados por una solidaridad humanitaria.

Rafael Sánchez Ferlosio (1927): Publica la obra más importante, “El Jarama” (1956). 
 Ignacio Aldecoa (1925-1969): “El fulgor y la sangre”. Destacan los cuentos de contenido social como Espera de tercera clase.
Carmen Martín Gaite (1925-2000): “Entre visillos”. En esta novela denuncia la falta de expectativas que sufren las mujeres en las pequeñas ciudades castellanas durante los años 50. Otros son “Retahílas”, “Nubosidad variable” (1992).
Ana María Matute (1926): Escribe tres novelas durante los años cincuenta situadas en torno a la Guerra con una clara intención social.  
Jesús Fernández Santos(1926-1988): Critica el caciquismo en “Los bravos”. Su ultima gran novela es «Extramuros».

LA NOVELA EXPERIMENTAL (Años 60):


Durante la década de los 60 no se pierde la novela comprometida socialmente. La publicación de “Tiempo de silencio” (1962) de Luis Martín Santos supone un hito en la renovación de la novela española, más centrada en la imaginación, en la renovación del lenguaje y de las técnicas narrativas.

“Señas de identidad” (1966) de Juan Goytisolo supone la consolidación de esta nueva tendencia. Algunas de las carácterísticas de la nueva novela son: -Los escritores españoles se dejan influir por los autores europeos (Proust, Kafka, Joyce), norteamericanos (Faulkner, Dos Passos) o hispanoamericanos (Vargas Liosa, Cortázar, García Márquez). – Las novelas pasan a ser más complejas y experimentales, dirigidas a un lector con mejor preparación intelectual que en los años cincuenta.  – Las novedades no afectan sólo al argumento o la estructura, también a la ortografía y es frecuente que se mezclen los géneros.  -Ya no se pretende sólo denunciar la situación social, sino que también se persigue la experimentación de nuevas formas y elementos, como el perspectivismo argumental, el monólogo interior, la técnica del contrapunto, o los continuos saltos hacia atrás o hacia delante en el argumento.  -Importancia relativa del argumento y variedad de registros.

Luis Martín Santos (1924- 1964): Marca un antes y un después en la novela española con la publicación en 1962 de “Tiempo de silencio”. Supone el final de la novela social y el inicio de la renovación intelectual de esta década. La novela está compuesta por 63 secuencias y narra la historia de Pedro, quien acusado de realizar un aborto ilegal, es expulsado de su puesto de investigador. Toda la novela es un largo monólogo interior con influencia de Kafka o Joyce. El lenguaje es culto y elaborado.  Aparecen todas las clases sociales del Madrid de los años 40.

José Manuel Caballero Bonald

Se fija en los jornaleros, terratenientes y bodegueros andaluces en “Dos días de Septiembre”. Como experimental puede ser calificada su novela Ágata, ojo de gato.

Juan Benet

Es uno de los principales representantes de la renovación de la novela. “Volverás a Regíón” contribuye a acabar con el Realismo social. Está formada por monólogos organizados sin orden cronológico puestos en boca de distintos personajes, con lo que es difícil de interpretar. Relata la degradación de un lugar imaginario de España: Regíón. Todas se caracterizan por la dificultad lingüística y sintáctica.

Francisco Umbral

Parte del Realismo social en novelas como “Travésía de Madrid”. Tiene un gran número de obras que constituyen un grupo muy heterogéneo: autobiográficas (“Memorias de un niño de derechas”, “La noche que llegué al café Gijón”), evocadoras de su ciudad (“Trilogía de Madrid”) o tiernas y emotivas (“Mortal y rosa”).

Manuel Vázquez Montalbán

Uno de los poetas novísimos creador de “detective Pepe Carvalho”. Entre sus obras “Los mares del sur”, “La rosa de Alejandría” y “Galíndez”

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