LA NARRATIVA ESPAÑOLA DE POSGUERRA (1939-1975)
La narrativa, como cualquier manifestación cultural, viene marcada por las circunstancias históricas. Durante los primeros años de la dictadura franquista, la represión y la miseria, así como el aislamiento internacional, marcaron decisivamente el modo de escribir en España. Las referencias pasadas eran escasas: Unamuno y Valle-Inclán muertos, apenas quedan Baroja y Azorín en la Península. Poco a poco, sobre todo a partir de los años sesenta, se produce una recuperación económica que lleva emparejada una renovación cultural y literaria. Este desarrollo y el aperturismo a las tendencias internacionales se agudizarán con la llegada de la democracia, que además acabará con la censura que se ejercía durante el franquismo sobre cualquier producto cultural.
El Exilio y la Narrativa Interior
Muchos son los escritores que tras la Guerra Civil marchan al exilio a Estados Unidos o México. Algunos volverán a España tras la muerte del dictador. Destacan:
- Camilo José Cela: Con su novela La familia de Pascual Duarte, abrió la corriente del tremendismo.
- Rosa Chacel: Conocida por sus novelas de contenido intelectual como Memorias de Leticia Valle.
- Arturo Barea: Autor de la trilogía La forja de un rebelde.
- Ramón J. Sénder: Destacó por su temática variada en obras como Crónica del alba y Réquiem por un campesino español.
- Max Aub: Su obra reflejó la preocupación por la guerra, como en El laberinto mágico.
En el ámbito del ensayo, destacó María Zambrano.
La Narrativa en la Península durante los 40
En la Península, la década de los cuarenta estuvo marcada por la censura ideológica y moral y por las dificultades económicas. Se distinguen dos tendencias:
- Novela Ideológica: Desde el lado vencedor, se buscaba dejar constancia de la victoria con técnicas narrativas tradicionales. Destacó La fiel infantería, de Rafael García Serrano.
- Tremendismo: Esta corriente, inaugurada por La familia de Pascual Duarte de Cela, describía la realidad de forma violenta y desgarradora. Más adelante, Carmen Laforet abrió la novela existencialista con Nada, reflejando la amargura de la vida cotidiana. Otra novela existencialista destacada fue La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes.
Realismo Social y la Generación del 50
A mediados de siglo, la angustia existencial va dejando paso a las preocupaciones sociales y colectivas, abordando temas como las duras condiciones laborales, la guerra o la desigualdad social. El movimiento comienza con La colmena, de Cela, y se expande a autores con una intención ético-moral que buscan que sus novelas sean útiles.
Este propósito viene acompañado de novedades como:
- Objetivismo
- Narración lineal
- Lenguaje popular y sencillo
- Escenarios contemporáneos
- Personajes tipo que representan a una clase social
Encontramos dos corrientes:
- Realismo Testimonial: Obras como El Jarama, de Sánchez Ferlosio, y Los bravos, de Fernández Santos, presentan la realidad de manera objetiva.
- Realismo Crítico: Autores como López Salinas, con La mina, protagonizan una denuncia social más crítica y evidente.
También la Generación del 50 fue muy importante, con autores como:
- Ignacio Aldecoa: Conocido por sus cuentos.
- Carmen Martín Gaite: Destacó por sus relatos intimistas.
- Ana María Matute: Autora de Pequeño teatro.
La Renovación de los 60 y la Influencia Extranjera
En la década de 1960 comienza una renovación de la narrativa española con la publicación de Tiempo de silencio de Luis Martín Santos. Empiezan a influir los grandes renovadores extranjeros (Faulkner, Kafka o Proust) a la vez que se da el boom hispanoamericano con autores como García Márquez o Cortázar.
Las renovaciones técnicas más destacadas fueron:
- Perspectivismo para ver la realidad
- Contra punto de historias paralelas
- Desorden temporal
- Mezcla de géneros (una novela tiene partes de ensayo o poéticas)
- Sintaxis compleja
Además de Luis Martín Santos, destacaron autores como:
- Juan Goytisolo: Autor de Señas de identidad.
- Juan Marsé: Conocido por Últimas tardes con Teresa.
- Miguel Delibes: Autor de Cinco horas con Mario.
- Juan Benet: Escribió Volverás a Región.
Esta experimentación, sin embargo, provocó un cierto alejamiento del público debido a la complejidad de las obras.
La Antinovela y el Final de una Época
Este experimentalismo narrativo llegó a un extremo en los últimos años de dictadura con la aparición de la antinovela. Estas obras, como La saga/fuga de J.B. de Torrente Ballester, se caracterizaron por su dificultad y por la destrucción de las convenciones narrativas tradicionales, lo que dificultó la conexión con el lector.
Conclusión
Durante estos treinta años, la narrativa española se vio obligada a reconstruirse tras la devastación de la guerra. Se alternaron periodos de realismo con otros más experimentales. A partir de este período, la novela tratará de reconciliarse con el lector.