Miguel de Unamuno
La Novela de Unamuno
El interés de Unamuno por la novela es constante a lo largo de toda su vida. En 1897 publica Paz en la Guerra. En 1902 aparece Amor y Pedagogía, novela que rompe con las formas de narración tradicional y se aproxima al género del ensayo. Se convierte en una fecha significativa de la renovación de la novela española. Lo extraño de Amor y Pedagogía hace que parte de la crítica no la considere una auténtica novela, por lo que Unamuno acuña para sus peculiares relatos posteriores el término de «nivola». Además de unas cuantas novelas cortas (cerca de un centenar de cuentos), otras novelas suyas son Abel Sánchez, La Tía Tula y San Manuel Bueno, Mártir. Esta última cuenta la historia de un cura de pueblo que ha perdido la fe. Las novelas de Unamuno suponen una ruptura con la novela realista. Otros rasgos definitorios de estas novelas son la concentración de la acción y la ausencia de descripciones, salvo las de carácter simbólico. No evita que muchos relatos se localicen en un espacio y tiempo concretos: la España provinciana de principios de siglo.
Teatro de Unamuno
Unamuno escribió también una decena de dramas en los que son bien visibles sus habituales preocupaciones: los problemas de conciencia, Dios, la vida y la muerte, la religión. Es el suyo un teatro intelectual, próximo también al ensayo, que no busca (y no alcanza) el éxito comercial. Su ideal dramático se aproxima al de los trágicos griegos. Tiende a la simplificación dramática, reduciendo al mínimo la intriga y los personajes. Son, como en las novelas, el diálogo y el monólogo siempre densos. Las obras teatrales interpelan directamente al espectador-lector al exigirle que participe en los problemas que se le plantean. Obras notables de Unamuno son Fedra, El Otro y El Hermano Juan.
Pío Baroja
Nació en San Sebastián en 1878. Estudió medicina y ejerció como médico en Cestona, pero el trabajo no le satisfacía y lo dejó muy pronto. En 1900 publicó su primer libro, Vidas Sombrías, y a partir de ese momento se considera un escritor profesional. Desarrolló también una notoria actividad política; firmó el Manifiesto de los Tres y militó en el Partido Republicano Radical. Tras la Guerra Civil, permanece en España hasta su muerte en 1956. Ya en su época se insistía en que ciertos rasgos de la personalidad de Baroja, como su hipersensibilidad y una timidez casi enfermiza, no fueron obstáculo para que el retraído escritor se expresara con sinceridad y fuera un conversador ameno.
Su Obra Literaria
Baroja fue, ante todo, novelista. Aunque hizo incursiones en otros géneros literarios (escribió un libro de versos, Canciones del Suburbio, y algunas obras teatrales), mayor interés tienen sus libros de ensayo, como Juventud, Egolatría, fundamental para conocer el pasado de su autor, y Desde la Última Vuelta del Camino, en las que el viejo novelista desgrana recuerdos. Pero la faceta literaria en la que el autor vasco descuella es la de la narrativa: escribió casi una docena de libros de cuentos y relatos breves y más de sesenta novelas. En esta vasta producción pueden señalarse dos etapas: una de 1900 a la Primera Guerra Mundial, y otra desde la guerra del 14 hasta su muerte. La primera etapa es la más importante literariamente. Aparecen en ella La Lucha por la Vida, El Árbol de la Ciencia. En esta época escribe también algunas novelas de acción y aventuras, como Zalacaín el Aventurero. En la segunda etapa publica numerosas novelas que insisten en los modos y técnicas narrativas anteriores, como La Sensualidad Pervertida. Pero lo más ambicioso es el intento de escribir novela histórica; se interesa por la historia española del siglo XIX. Las novelas del ciclo de Memorias de un Hombre de Acción tienen cierta unidad por el tema, el ambiente y el protagonista: Eugenio de Aviraneta. Después de la Guerra Civil, la capacidad creativa de Baroja decae, aunque esta es la época en que escribe sus memorias, su obra más importante del periodo.
Teoría de la Novela y Estilo de Baroja
Frente a la novela orgánica y cerrada del realismo, Baroja propone una novela abierta y cambiante, cuyo rasgo fundamental debe ser su amenidad. Otras características de la novela de Baroja que la relacionan con el deseo de entretener al lector son la acción ininterrumpida, los rápidos cambios de escenario, la profusión de personajes, la concentración de escenas dialogadas. Las novelas no son fruto de un plan riguroso; el personaje central es el único principio constructor de un relato con apariencia de fragmentario. Son novelas contadas en presente y con escasas vueltas atrás en el tiempo. El narrador está muy lejos del principio naturalista de la impersonalidad.
La Novela del Novecentismo
La diversidad novelística durante la época es notable y, al lado de la novela novecentista, abundan los relatos que continúan orientaciones estéticas anteriores. No debe olvidarse tampoco que por estos años publican nuevas novelas escritores ya consagrados como Baroja o Unamuno, en tanto que otros como Valle-Inclán buscan también en la narrativa la superación del modernismo. Una intención estilística renovadora en la órbita del novecentismo se advierte en la novela lírica de Gabriel Miró, en la novela intelectual de Ramón Pérez de Ayala y en la novela vanguardista de Ramón Gómez de la Serna.
Ramón del Valle-Inclán
Nació en 1866 en Villanueva de Arosa. Estudió Derecho en Santiago. No terminó y emigró a México en 1892. A su vuelta a Madrid adoptó el nombre de Valle-Inclán, se convierte en uno de los principales autores del modernismo. En 1907 se casa con la actriz Josefina Blanco, con cuya compañía teatral viajó a América como director artístico en 1910. En la Primera Guerra Mundial se declara aliadófilo y corresponsal en el frente francés. Se opuso a la dictadura de Primo de Rivera. En 1929 fue encarcelado por negarse a pagar una multa. En la Segunda Guerra Mundial fue conservador del Patrimonio Artístico Nacional y director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma. Regresó enfermo a Galicia y murió en Santiago de Compostela el 5 de enero de 1936.