La Ilustración y la Literatura del Siglo XVIII
La Ilustración fue un movimiento ideológico de carácter filosófico, científico y literario que se desarrolló en gran parte de Europa durante el siglo XVIII. El interés por la educación y el progreso científico se puso de manifiesto con la fundación de nuevas instituciones de enseñanza secundaria y superior.
Principios de la Ilustración
- Confianza en la razón como único medio para conocer la verdad.
- Convicción de que el progreso, logrado mediante la ciencia y la técnica, supone el avance progresivo de la humanidad.
- Universalidad del ser humano que, por el hecho de serlo, posee derechos inalienables.
- Autonomía del ser humano que privilegia la elección y la decisión personal frente a la imposición de la autoridad.
- Creencia en la bondad natural del hombre que es corrompido por la sociedad.
- Búsqueda de la felicidad frente a la búsqueda de la redención.
La Enciclopedia
Es un proyecto iniciado por Diderot y D’Alembert para compendiar y sistematizar el conocimiento de su tiempo, con la intención de difundir los principios de universalidad, verdad, confianza en la razón y laicismo.
La Prosa en el Siglo XVIII
En la prosa del siglo XVIII pueden distinguirse dos modalidades: prosa ficcional y prosa no ficcional.
Prosa Ficcional
A lo largo del siglo encontramos 3 etapas en el desarrollo de este género:
- Literatura posbarroca: hasta mediados del siglo XVIII. Destaca la obra: Vida, de Torres Villarroel.
- Literatura neoclásica, ilustrada: desde mediados de siglo hasta comienzos del siglo XIX… Fray Gerundio, de José Francisco de Isla.
- Literatura prerromántica: desde el último tercio del siglo XVIII… Noches lúgubres, de José Cadalso.
Estas son las obras más destacadas en el campo de la ficción.
Prosa No Ficcional
El ensayo fue la obra en prosa más destacada del siglo XVIII. Es un género literario en el que se desarrolla un tema desde una perspectiva personal con el objetivo de manifestar alguna opinión o idea, sin ajustarse a una estructura rígida y con una intención didáctica.
Temas del Ensayo
- Rechazo a las supersticiones y las opiniones infundadas de la tradición, como se puede leer en Teatro crítico universal y en Cartas eruditas de Benito Feijoo.
- Crítica a algunas clases sociales que desprecian el trabajo, como la nobleza parasitaria, al excesivo número de religiosos y al menosprecio a la ciencia y a la industria en nuestro país, como puede observarse en las Cartas marruecas de José Cadalso.
- Preceptiva de la literatura neoclasicista, como aparece en la Poética de Luzán.
- Insistencia en el desarrollo de la educación y formación de los jóvenes en el país, como expresó Jovellanos en Memoria sobre la educación pública.
Jovellanos
Fue poeta, dramaturgo, crítico de arte y de literatura; escribió también prosa no ficcional. Proclama la educación como única solución posible a las deficiencias del país y propone frente a ellas unas reformas, haciendo especial hincapié en la educación como solución a los problemas del país. Destacan dos de sus obras: Memorial para el arreglo de la policía de los espectáculos y el Informe sobre la Ley Agraria.
La Lírica del Siglo XVIII
La poesía del siglo XVIII presenta diferentes estilos en correspondencia con distintos criterios ideológicos y formales planteados en esta centuria.
En la primera parte encontramos una poesía posbarroca que sigue las características de la poesía barroca. Posteriormente, dentro todavía de la primera mitad del siglo, encontramos la poesía rococó, muy cargada y de ambiente más cortesano. Hacia la mitad del siglo se imponen las ideas ilustradas que caracterizan la poesía neoclásica. Y la poesía prerromántica, en la que la presencia de sentimientos y de ciertos recursos formales avanzan aspectos del Romanticismo.
La Poesía Neoclásica
Triunfa en la segunda mitad del siglo. En ella se muestran las ideas ilustradas del progreso, de la nueva moral y del racionalismo. Se caracteriza por el dominio de la emoción y de la ornamentación, y por su carácter prosaico. En 1737 Ignacio de Luzán publica su Poética. En ella propone una poesía breve, clara, novedosa, honesta, útil, verosímil, que siga las normas del <<buen gusto>>. Los poetas líricos tienen en cuenta las normas del buen gusto y se inspiran en los grandes autores clásicos españoles del Renacimiento, como Garcilaso, Gutiérrez de Cetina o Fray Luis de León. Además, destacan García de la Huerta y Meléndez Valdés. A partir de 1770 podemos hablar de la consolidación de la poesía ilustrada. Los autores más representativos de esta tendencia son Trigueros y Moratín. Por último, hay que destacar la función didáctica de esta literatura y el inicio de una literatura propia destinada a los niños promovieron la recuperación de la fábula de Esopo, en la que se reprende un vicio o una actitud dotando a animales o cosas de rasgos humanizadores. Entre los fabulistas destacan Samaniego e Iriarte.
El Teatro del Siglo XVIII
Durante la primera mitad del siglo XVIII, el teatro continúa utilizando los modelos barrocos: imitación del teatro de Calderón de la Barca, escenografías recargadas y recreación de temas de magia y de hechos heroicos y patrióticos. El autor destacado de esta tendencia es Antonio de Zamora, que escribió una versión del mito de Don Juan: No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague. En la segunda mitad del siglo se imponen las ideas ilustradas que dan lugar a la tendencia neoclásica. En esta tendencia se preocupan por guardar la regla de las tres unidades:
- Unidad de tiempo: las obras no deben ocurrir en un espacio superior a 24 horas.
- Unidad de lugar: la acción tiene que ocurrir en un solo lugar para que sea creíble.
- Unidad de acción: la acción tiene que transcurrir en una sola trama.
El Teatro Neoclásico
En el teatro neoclásico se distinguen dos géneros: comedias (estilo Iriarte en La señorita malcriada, El señorito mimado) y tragedias (como Raquel de Vicente García de la Huerta o Pelayo de Jovellanos). Nicolás Fernández de Moratín hace una crítica social sobre la hipocresía de la mala educación que se le da a los jóvenes, matrimonios desiguales, la vanidad y la inautenticidad. Sus obras más importantes son El viejo y la niña, El sí de las niñas y La comedia nueva.
Los Sainetes
Obras breves de carácter popular tuvieron mucho éxito. Planteaban cuestiones cotidianas con personajes populares y lenguaje popular propio de la gente sencilla de Madrid. El autor más destacado es el madrileño Ramón de la Cruz. Sus obras más importantes son El hospital de la Moda y La casa de Tócame Roque.
Por último, dentro de la tendencia prerromántica, con un gusto por los sentimientos, la comedia sentimental planteaba aspectos en los que la honradez ahora virtud tenían un tratamiento social y justo te provocaba la compasión del público concluyendo en un final feliz con un claro fin didáctico y moralizante. Destacamos una obra de Jovellanos titulada El delincuente honrado.