La Generación del 98
A comienzos del siglo XX, un grupo de escritores irrumpió con fuerza en la escena literaria española, renovando profundamente las ideas y los géneros literarios. Esta generación, conocida como la Generación del 98, coincidió en su intento de renovación con el Modernismo. Sin embargo, mientras el Modernismo se orientaba más hacia la poesía y la estética, la Generación del 98 se centró en la novela, el ensayo y los problemas de la España de la época.
Autores Principales
Aunque la lista de autores no es definitiva, los más representativos son: Miguel de Unamuno, Azorín, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, y con una trayectoria ideológica diferente, Antonio Machado y Ramón María del Valle-Inclán. Los precursores inmediatos del grupo fueron los llamados “regeneracionistas” (Joaquín Costa, Picavea…) y Ángel Ganivet. Este grupo de escritores marcó un momento de especial relevancia en la literatura española, una época que algunos críticos han denominado la Edad de Plata.
Rasgos Generacionales
- Nacimientos en un periodo de quince años.
- Formación intelectual dispar, autodidactas, influidos por autores como Schopenhauer, Nietzsche y el Krausismo.
- Intensa relación entre ellos: tertulias, revistas, cartas, homenajes, manifiestos, viajes (Toledo), homenajes a Larra y Baroja.
- El desastre del 98, con la pérdida de las últimas colonias, como acontecimiento generacional clave.
- Influencia inicial de Schopenhauer, Nietzsche y Larra. Unamuno como figura de peso dentro del grupo.
- Superación de la estética y los temas del Realismo y Naturalismo.
Evolución Ideológica
La evolución ideológica del grupo fue diversa. En su juventud, compartieron tendencias radicales y críticas hacia la situación de España desde posturas filoanarquistas e izquierdistas (aunque Valle-Inclán se declaraba carlista por estética). Pronto evolucionaron hacia posturas subjetivistas, idealistas y escépticas: Unamuno hacia preocupaciones religiosas; Baroja hacia un escepticismo radical; Azorín y Maeztu hacia una ideología conservadora; Machado, el más comprometido socialmente; y Valle-Inclán, quien terminó afiliándose al partido comunista.
Temas de la Generación del 98
La «mentalidad del 98» se centró en dos preocupaciones fundamentales:
- Interrogantes existenciales: la búsqueda del sentido de la vida, el destino del hombre, la inmortalidad, el paso del tiempo, la lucha entre la fe y la razón, la identidad y la muerte.
- El problema de España: Recogieron las preocupaciones de ensayistas del siglo XVIII (Caldalso, Jovellanos, Feijoo) y de Larra en el XIX. Se centraron en los valores e ideas, intentando definir la esencia de lo español. Denunciaron el atraso del país, el caciquismo, la ineficacia de las instituciones y el conservadurismo religioso, buscando el descubrimiento de los valores nacionales, simbolizados en Castilla, con su paisaje y gentes austeras.
Se interesaron por la “intrahistoria” (Unamuno), la historia que define las costumbres, las tareas, la rutina y el alma colectiva de los pueblos de España.
Rasgos Estilísticos
- Rechazo del retoricismo de la generación anterior, buscando la sobriedad, precisión, sencillez, claridad, párrafo corto y frase breve. Prioridad del fondo sobre la forma.
- Rescate de palabras, a veces arcaizantes, propias de Castilla.
- Lirismo subjetivo en las reflexiones sobre España y las descripciones del paisaje castellano, con connotaciones simbólicas. Ausencia de realismo objetivo.
- Influencia de clásicos españoles: Berceo, Manrique, místicos, Cervantes, Larra, e interés por El Greco.
Renovación de Géneros
La Generación del 98 renovó los géneros literarios:
- Novela: vehículo de ideas abstractas, argumento secundario, predominio de la anécdota, digresiones.
- Ensayo: género ampliamente cultivado y adaptado a las preocupaciones de cada autor.
- Teatro: «irrepresentable», al margen de las convenciones escénicas (esperpento de Valle-Inclán, teatro filosófico de Unamuno).
- Poesía: alejamiento del esteticismo modernista, búsqueda de la sencillez y “la palabra esencial en el tiempo” (Machado).
Autores
Antes de 1900, Unamuno, Maeztu, Azorín y Baroja se emparentaron con movimientos políticos revolucionarios, adoptando un izquierdismo radical. Valle-Inclán y Machado siguieron caminos diferentes. El primero era tradicionalista y modernista, mientras que Machado, con Soledades (1903), mostraba una poesía intimista y unas incipientes ideas progresistas.
Narrativa
- Miguel de Unamuno: novelas autobiográficas sobre el problema de España y las dudas existenciales. Experimentación literaria, estilo vivo y expresivo, mezcla de términos cultos y cotidianos. Obras destacadas: Niebla y Amor y pedagogía.
- Pío Baroja: novela cercana a la vida, estructura abierta, personajes solidarios, inadaptados e inconformistas. Estilo sencillo, frases cortas, léxico sencillo, diálogos y descripciones. Trilogías: La raza, Memorias…
- Ramón del Valle-Inclán: cultivó y mezcló todos los géneros. Obras modernistas: Femeninas y Sonatas. Novela: Tirano Banderas (crítica a la Generación del 98 con el esperpento).
- Azorín: narrativa fragmentaria y subjetiva, lenguaje cuidado, frase breve, sintaxis fragmentada. Ensayista de prosa depurada. Obra destacada: Castilla.
Como novelista, destaca también Antonio Azorín con Las confesiones de un pequeño filósofo.
Lírica
- Antonio Machado: influenciado por el simbolismo y el modernismo, su poesía buscaba la reflexión sobre la vida, el tiempo y la muerte. Obras: Soledades, Campos de Castilla, Nuevas canciones y Poesías de guerra. Lenguaje modernista intimista, sobriedad, densidad y sencillez. Adjetivo como recurso valioso.
- Juan Ramón Jiménez: poesía subjetiva en torno a la mujer, la poesía y la muerte. Búsqueda de la perfección. Obras: Arias tristes, Diario de un poeta recién casado, Espacio.