La Generación del 27: Poesía Española de Vanguardia
Tras la caída de la Monarquía con la abdicación de Alfonso XIII, se proclama en 1931 la Segunda República. Manuel Azaña, su presidente, impulsó reformas para promover la transformación, lo que provocó la oposición de algunos sectores y la paralización de la política.
Los poetas de la Generación del 27 estaban unidos por la amistad, las inquietudes estéticas y la Residencia de Estudiantes. Sus principales rasgos literarios son: la influencia de las vanguardias, la tradición literaria culta y popular, y su rechazo artístico contra lo establecido. Los temas frecuentes son la modernidad de la ciudad, el amor, el compromiso político y social, y el exilio después de la Guerra Civil.
Etapas de la Generación del 27
Se diferencian tres etapas:
- Hasta 1928: Entusiasmo renovador y perfección formal.
- Desde 1928 hasta la Guerra Civil: Contenidos humanos, sociales y políticos con técnicas del surrealismo.
- Después de la Guerra Civil: Poetas partidarios de la República y exiliados.
Principales Poetas de la Generación del 27
- Federico García Lorca: Fusiona lo culto y lo popular con la musicalidad del ritmo. Crea símbolos muy expresivos, imágenes y metáforas cargadas de misterio.
- Primera etapa (1921-1928): Libro de poemas (1921), de tono popular, muy musical, imágenes tentadoras con temas como el misterio y el amor frustrado. En Poema del cante jondo (1921) y en Canciones (1927) aparece la Andalucía rural. En el Romancero gitano (1928) alcanza la plenitud e integra la tradición popular y el surrealismo: la raza gitana simboliza el amor y la libertad, y la guardia civil la represión.
- Segunda etapa (1929-1936): En Poeta en Nueva York (1930) muestra las contradicciones del mundo; en Diván del Tamarit (1931) y Sonetos del amor oscuro (1936) trata el amor imposible.
- En teatro utiliza símbolos para revelar la fatalidad, con protagonistas femeninas que representan valores absolutos enfrentados entre sí y contra el mundo. Obras como El maleficio de la mariposa (1919) choca lo ideal contra lo establecido. Mariana Pineda (1923) se basa en la vida de una mujer liberal ejecutada por su amor y su fidelidad al bien político y social. La zapatera prodigiosa (1930) representa la lucha entre la realidad y los deseos. Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (1930) trata el amor inalcanzable. Tragedia de don Cristóbal y la señá Rosita (1931) y Retablillo de don Cristóbal (1931) son versiones para guiñol sobre el amor enfrentado a las convenciones.
- Obras surrealistas: Así que pasen cinco años (1931), El público (1933) y Doña Rosita la soltera (1935).
- Tragedias lorquianas: Bodas de sangre (1933), cuyo tema es la fatalidad de la muerte y la soledad; Yerma (1934), que refleja la lucha entre el instinto y la represión; y La casa de Bernarda Alba (1936), donde se enfrentan las pasiones reprimidas.
- Pedro Salinas: Poesía de tono intelectual, busca la esencia de la realidad material con un lenguaje desnudo. Antes de la Guerra Civil publicó La voz a ti debida (1933) y Razón de amor (1936), que reflejan una visión idealista del amor. Después de la Guerra destacan temas como el exilio, la nostalgia de España y la modernidad de los EEUU, como en Largo lamento (1939).
- Gerardo Diego: Divide su obra en dos tendencias: la poesía vanguardista (antes de la Guerra Civil), donde se expresa con gran libertad, con imágenes, verso libre y originalidad tipográfica, como en Imagen y Manual de espumas (1924); y la poesía relativa (después de la Guerra Civil), donde se apoya más en la realidad con metros tradicionales, como en Alondra de verdad (1941).
- Jorge Guillén: Con estructuras sencillas, estrofas clásicas y metros cortos. Bajo el título de Aire nuestro se recogen tres obras: Cántico (1928), con entusiasmo vital que celebra la vida sencilla; Clamor (1957), que impone una visión positiva de temas negativos; y Homenaje (1967), con tono más irónico.
- Vicente Aleixandre: Con poemas ricos en imágenes y léxico, utiliza paralelismos, anáforas y el verso libre. Su obra se agrupa en tres etapas: la primera, con técnicas surrealistas y el tema del amor, como en Espadas como labios (1932); la segunda, donde percibe la poesía como comunicación con temas relacionados con la existencia humana, en Historia del corazón (1954); y la tercera, donde vuelve a las técnicas surrealistas, con temas sobre la reflexión de la propia vida, como en Diálogos del conocimiento (1974).
- Rafael Alberti: Con técnicas surrealistas y empleo de las formas tradicionales y clásicas. Sus obras más importantes son: Marinero en tierra (1925), poemas que expresan nostalgia del mar y de la niñez, con un tono alegre; Cal y canto (1929), poemas con temas modernos; Sobre los ángeles (1929), donde expresa el mundo como un caos; Un fantasma recorre Europa (1933) y De un momento a otro (1939), que responden a su compromiso comunista y un activismo político y cultural; Entre el clavel y la espada (1941), que conserva el carácter social y un tono nostálgico.
- Luis Cernuda: Destaca su originalidad de símbolos, metáforas y la profunda sensibilidad. Bajo el título La realidad y el deseo se recoge su obra poética, agrupada en tres etapas: la etapa sevillana, con una métrica cuidada, como en Perfil del aire (1927), donde manifiesta el tema de la imposibilidad de alcanzar los sueños y el amor; la etapa madrileña, con técnicas de vanguardia y temas como el abismo entre sus deseos y la realidad, como en Los placeres prohibidos (1931); y la etapa del exilio, donde medita sobre la guerra y la ausencia, como en Las nubes (1943).
Conclusión
Estos poetas vivieron con pasión la etapa vanguardista, llevando la poesía española a una de las más altas cimas. La Generación del 27 supuso para la literatura moderna una época de cambio, revolución y esplendor dentro de la literatura universal.