TEMA 5: LA GENERACIÓN DEL 14 Y EL NOVECENTISMO
El término Novecentismo alude al grupo de escritores que se manifiestan el período comprendido entre el final del movimiento modernista y noventayochista y la aparición de la Generación del 27. Si bien no hubo un hecho histórico nacional que sirviera para cohesionar la generación. La Primera Guerra Mundial puede cumplir ese papel. Se trata de una generación europeísta, cuyo interés por lo extranjero la lleva al cosmopolitismo, y sus miembros poseen una sólida formación intelectual, dedicándose al estudio y a la investigación, por lo que su forma de expresión favorita es el ensayo. Asimismo, comparten un talante liberal por su actitud humanista, y una oposición común y decidida a cuanto se podía considerar todavía propio del siglo anterior, lo que en el campo literario no es sólo Realismo y Romanticismo, sino también la literatura finisecular modernista y noventayochista. Algunos de los rasgos compartidos por los autores incluidos en esta generación son: el Racionalismo, pues los novecentistas persiguen el rigor intelectual, el análisis frío y objetivo de las circunstancias y la claridad expositiva; el ANTIRROMANTICISMO, ya que rechazan lo sentimental y prefieren la expresión intelectualizada de las emociones; la defensa del ARTE PURO, con entidad en sí mismo y que debe limitarse a producir placer estético; la ARISTOCRÁCía
INTELECTUAL, debido a la perfección casi matemática de sus obras que hace que estén destinadas a “entendidos” y el ESTILO CUIDADO.
Tanto la Generación del 14 como la del 98 comparten preocupaciones y convicciones frente al ochocientos y, concretamente, la Restauración. No obstante, a finales de la primera década del presente siglo las pequeñas distensiones entre ambos grupos se convierten en grandes diferencias: Ortega afirma superada la época del nietzchealismo puro, y se declara en contra de la lectura moral de Baroja; Pérez de Ayala manifiesta la nueva actitud novecentista dejando atrás la denuncia y el lamento y proponiendo actuar de manera práctica,etc. Los componentes de esta nueva generación son conscientes del papel político que debe desempeñar su intelectualidad y sostienen que hay que emprender una cultura vitalista, que se ve presente en Gabriel Miró, Eugenio d’Ors, Pérez de Ayala y Gómez de la Serna y que se proyecta sobre el tema que más preocupa a los novecentistas: España, pues “hay que rehacer la historia de España hasta sus último postulados”. En esta línea trabajan Américo Castro, Madariaga, Sánchez Albornoz, Marañon… Los novecentistas no sólo tienen como meta la transformación política del país, sino la mutación del individuo, siendo imprescindible para ello una amplia formación estética, y una solución en el acercamiento a Europa, que sirve tanto para formar escritores (los del 98 eran autodidactas) como para influir en sus obras. Como autores significativos del Novecentismo cabe mencionar Gabriel Miró (Nuestro Padre San Daniel, El obispo leproso…), Ramón Pérez de Ayala (Belarmino y Apolonio, Troteras y danzaderas) en el género narrativo y a Eugenio d’Ors (Tres horas en el Prado, Lo Barroco y Manuel Azaña como ensayistas.
Pero, sin duda, quien posee una mayor trascendencia es Ortega y Gasset, cuya obra constituye en cierto modo la síntesis y el modelo a la vez de todos los principios estéticos que van a primar en el Novecientos. De entre su abundante producción ensayista cabe destacar La deshumanización del arte en la que realiza una descripción vanguardista de España y aboga por el despojo de su humanidad al arte del Siglo XIX, puramente referencial, de manera que se convierta en un juego lejos de todo patetismo. En Ideas sobre la novela, Ortega sostiene que la novela como género se agota por la dificultad de encontrar temas nuevos y las crecientes exigencias estéticas de los lectores. En la misma línea de reflexión literaria encontramos Meditaciones sobre el Quijote. Sin embargo, si hay un autor vinculado por sus concepciones estéticas al Novecentismo éste es sin duda Juan Ramón Jiménez, autor que experimentó en su labor literaria una evolución muy personal y llevó a cabo a lo largo de toda su vida una constante reflexión sobre su obra y búsqueda de su propia voz poética. El propio autor hablaba de tres épocas en su producción literaria.- ÉPOCA SENSITIVA Las obras de esta primera etapa, entre ellas Alias Tristes, Elegías puras y La soledad sonora, están influidas por Gustavo Adolfo Bécquer, Rubén Darío y el poeta francés Paúl Velaine. En esta época el autor manifiesta un Modernismo simbolista e intimista, una poesía sensorial y melancólica, y escribe Platero y yo, una elegía en prosa poética.- ÉPOCA INTELECTUALSe inicia con Diario de un poeta recién casado, con la que el poeta se desprende de lo que él mismo llamo “ropajes” del Modernismo. Propone un ideal de poesía pura que se traduce en una poesía centrada en la expresión de lo esencial. Juan Ramón Jiménez con esta “poesía desnuda” propone hacer de la poesía un medio de conocimiento, y Diario… se convierte en obra clave de la evolución de la poesía española del Siglo XX. Otras obras de este período son Eternidades y Piedra y Cielo– ÉPOCA SUFICIENTE O VERDADERAComprende la obra escrita en el exilio, entre otros Dios deseado y deseante, en la que el poeta adopta una visión paternalista de Dios.En conclusión, Juan Ramón Jiménez fue un poeta muy singular de difícil adscripción a un movimiento poético concreto. Su trayectoria literaria estuvo guiada por una búsqueda obsesiva de la perfección y evoluciónó hacia la complejidad conceptual y la expresión alejada de la retórica ornamental. De esta manera, su obra es fundamental por sí misma y constituye un elemento clave para entender la evolución de la literatura en estos años, especialmente en la Generación del 27.