La Celestina de Fernando de Rojas
Autor: Fernando de Rojas. Es una obra de transición entre la Edad Media y el Renacimiento escrita durante el reinado de los Reyes Católicos y cuya primera edición conocida data de 1499. Hay dos versiones de la obra: la Comedia (1499, 16 actos) y la Tragicomedia (1502, 21 actos). Podemos decir que se divide en dos partes.
- Prólogo: encuentro de Calisto y Melibea en la escena I.
- Primera parte: intervención de Celestina y los criados y muerte de estos.
- Segunda parte: tema de la venganza. Muerte de Calisto, suicidio de Melibea. Llanto de Pleberio.
Personajes
– Celestina: es el personaje más sugestivo de la obra y la protagonista, aunque el tema se centre más en el amor y la pasión de Calisto y Melibea. Es un personaje pintoresco y vívido, hedonista, avaro y vital. Sus móviles son la codicia, el apetito sexual y el amor al poder psicológico. Utiliza para entrar en las casas el artificio de vender afeites, hierbas, ovillos y adornos para las mozas; como alcahueta considera estar haciendo un oficio útil y como tal tiene su orgullo profesional.
– Calisto: es un joven de la alta sociedad a quien solamente le preocupa satisfacer sus deseos, atropellando a quien sea para conseguirlo. Tras la escena primera (rechazo de Melibea a Calisto) se da el amor ilícito, no se insinúa el matrimonio y se recurre a la alcahueta. Enamorado absorbido por su pasión, para satisfacerla, sus criados ridiculizan la afectación de su lenguaje.
– Melibea: es una mujer vehemente, que pasa de la resistencia a la absoluta entrega a Calisto sin apenas tránsito de duda; en ella la represión aparece como forzada y antinatural. En la obra se intenta hacerla víctima de una pasión cegadora inculcada por el hechizo de Celestina. Su pasión es más real y menos literaria que la de Calisto; sería la lujuria más que el amor el motor de sus acciones. Si no es la magia la que la hace cambiar de opinión respecto a Calisto, pensaremos que todo es un ‘plan’ de Melibea en el que él hace los gastos y Celestina se esfuerza para que sea ella la que disfrute. Lo único que le saldría mal es la muerte de Calisto, que la deja en una delicada posición moral. Finalmente se suicida.
– Pármeno: es seguramente el personaje más trágico de la obra, porque es corrompido por todos los demás personajes. Intenta advertir a su señor de los peligros que le pueden venir, pero es humillado por este. Su lealtad termina de derrumbarse al ser seducido por una de las pupilas de Celestina. Se ve obligado a participar en la corrupción de su señor al mismo tiempo que se corrompe él mismo.
– Sempronio: hace tiempo ya que ha perdido cualquier ideal sobre los amos a los que sirve y solamente pretende aprovecharse de ellos con egoísmo y codicia.
– Elicia y Areúsa: odian en el fondo a los hombres y a las aficionadas como Melibea; son rencorosas, envidian a Melibea y pretenden que Centurio vengue la muerte de sus amantes, los criados de Calisto.
– Padres de Melibea: Alisa es la madre de Melibea y no posee una verdadera relación con su hija; se limita a especular sobre su matrimonio sin haberle consultado apenas.
– Pleberio: es el padre demasiado ocupado que ama a su única hija y ve cómo su vida pierde todo sentido al suicidarse esta.
Espacio
El macroespacio de la obra es urbano, que se va configurando a través de los diálogos de los personajes con sus calles, plazas, iglesias… dando incluso nombres concretos.
Tiempo
Hay dos órdenes de tiempo (como se ha comentado): explícito e implícito. Primer salto temporal implícito: para Asensio, entre la escena-prólogo y la siguiente han pasado unos días, en los que se fermenta la pasión de Calisto y este acude a Celestina. Esto haría también verosímil la evolución psicológica de Melibea. A esto seguirían tres días de acción ininterrumpida.
Segundo salto temporal: se da entre los actos XV y XVI, entre los que pasaría un mes. Tras esto, todo transcurre en un día y medio.
Intención de la obra
Hay tres temas principales en la obra, ambos señalados por el propio autor: la corrupción, a fin de prevenir «contra los malos y lisonjeros sirvientes» que degradan a sus amos; la prevención contra el loco amor o el blasfemo amor cortés, que hace que los amantes crean «que sus amadas son su dios» y un tema más profundo, dramático y filosófico, según el cual la vida humana es una constante y feroz lucha entre opuestos: jóvenes contra viejos, pobres contra ricos, mujeres contra hombres, y viceversa. Cada valor engendra dentro de sí su vicio… y viceversa.
Estilo
Se cultivan en la obra dos estilos enfrentados: por un lado el culto, donde domina el hipérbaton, la sintaxis latinizante, el homoioteleuton, el léxico preñado de cultismos, las metáforas, el párrafo largo y henchido de subordinación y las citas grecolatinas; y por el otro, el popular, menos afectado, de frase corta, preñado de diminutivos, de refranes y frases hechas, en tono coloquial y con frecuentes exclamaciones. Abundan además las geminaciones (a veces antitéticas, a veces sinonímicas de cultismo y de palabra patrimonial), los paralelismos y las antítesis. Se hace un inteligente uso del aparte y del monólogo, y se colige que la obra estaba destinada a ser leída de forma declamada más que a ser representada.
Argumento
En La Celestina se muestran los trágicos amores de Calisto y Melibea y las malas artes que emplea la alcahueta Celestina para que se enamoren. Calisto, un mozo inteligente y de clase alta, ha conocido en una huerta, algo alejada de la ciudad, a la bellísima Melibea, y se ha enamorado de ella. Vuelve a encontrársela en la ciudad, cerca de la iglesia, y le comunica sus sentimientos; ella lo despide irritada. Vuelve Calisto a su casa y confiesa su amor y su pesar a su criado Sempronio. Este le propone que utilice a la vieja Celestina como intermediaria, para que suavice la aspereza de Melibea.
Celestina logra entrar en la mansión de Melibea e intercede en favor del enamorado; consigue vencer su esquivez y la joven corresponde a Calisto. Sempronio y Pármeno, criados de Calisto, de acuerdo con Celestina, desean explotar la pasión de su amo, que había ofrecido a la vieja una cadena de oro si lograba sus propósitos. Los criados reclaman su parte a la vieja, que se niega; la matan y huyen. Pero son apresados y muertos por la justicia.
Calisto suele visitar a Melibea trepando a su jardín por una escalera de cuerda; estando en él, se produce en la calle una pelea. El joven, pensando que uno de sus nuevos criados tiene problemas, desea intervenir en ella y al bajar por la escalera cae al vacío. Calisto muere, y Melibea, al saberlo, sube a una torre y se arroja desde lo alto.
La obra termina con el llanto de Pleberio, padre de Melibea.