La Celestina: Animismo, Fuentes y Legitimidad Discursiva

La Celestina

1. El animismo como inconsciente ideológico

En el siglo XV se estaba desarrollando el mercado capitalista manufacturero y la formación del Estado como lo conocemos ahora. Desde los siglos XV al XVII hubo un período de Transición con el enfrentamiento del feudalismo y la burguesía. Y en este momento entendemos que la literatura no ha existido desde siempre, porque la literatura es un proceso comunicativo en el sentido de que pretende construir una serie de ideas. Codifica un mensaje en un texto, y ese mensaje es la verdad privada del individuo que la escribe. En este sentido, la literatura solo existe si está en un mercado, y el mercado literario se acelera con la imprenta. En un texto literario podemos ver dos ideologías: la de la burguesía y la de la nobleza. Pero algo cambia con la llegada de La Celestina. La literatura del pobre no existe en la Edad Media; ellos hablan a partir de La Celestina con monólogos en los que se pueden expresar libremente. El animismo tiene como idea principal el alma libre, y esto inconscientemente, es lo que se reflejó en esta obra.

2. Las fuentes de La Celestina

Las fuentes de La Celestina son diversas. De la Antigüedad griega encontramos a Aristóteles, Demóstenes y Sócrates, entre otras; de la Antigüedad latina, Virgilio, Ovidio, Terencio, Séneca y Boecio; de la literatura eclesiástica, algunos libros de la Biblia; de la literatura castellana, el Libro de Buen Amor, escritores del reinado de Juan II y de los reinados de Enrique IV y los Reyes Católicos; de la literatura italiana renacentista, Petrarca y Bocaccio. Sin embargo, algunas de las principales son el Libro de Buen Amor y la comedia latina. La Celestina se ha considerado como una comedia humanística con influencia de la comedia elegíaca y la comedia clásica. Otras son El Corbacho, Tratado de cómo al hombre es necesario amar, algunos compendios de citas, Petrarca con 53 referencias, los Proverbia Senecae, Juan de Mena, Bocaccio, Eneas Silvio, la poesía de Cancionero y la Cárcel de Amor.

3. Antecedentes de Celestina

La temática de la alcahuetería es el núcleo central de esta obra, y lo personifica principalmente el personaje de Celestina. Podemos encontrar antecedentes de este personaje en la literatura latina, los cuentos orientales, en la «beguina» de un ejemplo de El Conde Lucanor, los Fabliaux y romans franceses, Trotaconventos del Libro de Buen Amor, y muchos más. Por esto tomamos La Celestina como un palimpsesto de referencias cruzadas y un texto insólito e innovador.

4. La vida propia y su legitimidad discursiva

En la picaresca podíamos encontrar discursos de sujetos pobres y supuestamente libres, pero con La Celestina, el discurso literario que emergió se legitimó. Pero la prosa era ficción, porque esas narraciones de pobres no las escribían ellos. Existía la necesidad de inventar un «alma libre y autónoma», un «espíritu humano». El espíritu humano en sí es una ficción, porque necesitamos hablar para existir. La literatura burguesa cumple esa función: producir discursos donde se haga verdad ese sujeto libre y autónomo. Es una exigencia a la literatura que sus personajes vivan vidas reales. En resumen, la ficción se sostendrá en la vida de los personajes. La literatura legitimará los elementos más débiles y básicos de la problemática ideológica, que son la vida propia, la cuestión del nombre propio o la propia identidad y la cuestión del autor. Los libros deben legitimar al autor y también posibilitar el reconocimiento del lector en el proceso de lectura. Una paradoja es que para que el libro sea de la propiedad del autor, este ha de publicarlo.

5. Proceso editorial y polémica de la autoría

En 1499 en Burgos se publicó la edición original sin la primera hoja, con los Argumentos y XVI autos; esta es la única no firmada, las demás tienen el nombre de Fernando de Rojas en los acrósticos. En 1500 se publicó en Salamanca y Toledo y en 1501 en Sevilla con el nombre de Comedia y contenía los Argumentos, la Carta, los acrósticos y octavas de Proaza y XVI autos. Al año siguiente en Sevilla se publicó la 1ª edición de la Tragicomedia con Carta, acrósticos, prólogo, octavas de Proaza, interpolaciones y XXI autos. En 1526 se publicó la versión de XXII autos y en 1570 se fijó el texto como Tragicomedia de Calixto y Melibea. Finalmente, en el siglo XVII el título cambió a La Celestina.

Respecto al autor, encontramos muchas teorías sobre ello. Hoy en día, la teoría más aceptada es que hubo un primer autor anónimo y un segundo que completaría la obra que es Fernando de Rojas. Este último tampoco firmó la obra, sino que sabemos que fue él por los acrósticos, y en el mismo prólogo cuenta que al igual que el otro autor, él tampoco firmaría. Podemos pensar que la razón sea que Calisto se declara como no cristiano, pero lo más problemático es la comedia que plantea el escritor: se desprecian las tradiciones feudales, las clases viven a su libre albedrío, presenta una sociedad mercantil donde los valores están desmoronándose, y un mundo en el que todas las clases sociales se mueven por el deseo. Aunque sea una comedia, la obra es moralizante, y esa moralidad se extrae de la estructura, porque los personajes mueren por sus pecados. En el prólogo se explica cómo interpretar la obra. Vemos una de las primeras imágenes de autor en un prólogo. Nos dice que se encuentra unos papeles, sin embargo, nos ofrece un texto bien cerrado y estructurado, por lo que puede ser que lo editara o reescribiera. Luego empieza a decir lo maravilloso que es el texto que se encontró. Dice que tiene un estilo muy elegante, pero si nos fijamos vemos que tiene muchas rimas internas, es un mal poema en prosa. Añade que posiblemente el autor anterior fue Juan de Mena, aunque no hay evidencias. Se ha estudiado la posibilidad de que en realidad fuera el mismo Fernando de Rojas y se lo inventara todo. Podemos comprobar el tono irónico del prólogo cuando dice que escribió la obra en quince días. Además, parece ser una carta para un amigo. También señala que los impresores también han aportado algo en cada auto, y que otros han discutido por el nombre. El primer autor la llamó comedia, él, tragicomedia. El título lo pone el primer autor, pero Fernando de Rojas nunca dice que encontró un libro con título, sino unos papeles, por lo que parece que esto lo dice un tercer autor. Hay muchas razones entonces para dudar de que el prólogo sea obra de Rojas, pero sigue siendo una pregunta para la que no tenemos respuesta, probablemente sea un caso de escritura colaborativa. Algunos autores se han posicionado dentro de las teorías existentes:

  • Hay quienes piensan que la obra está escrita por un solo autor debido a la unidad del texto, como Blanco White, Menéndez Pelayo, J.H. Herriot y el Romanticismo. Entre otras cosas, señalan la unidad estética, unidad en el vocabulario y la construcción de personajes.
  • La teoría de los dos autores es apoyada por Foulché-Delbosc, J. Cejador y Frauca y G. Delphy, que piensan que un autor escribió los autos del I al XVI y otro las interpolaciones y el Tratado de Centurio.
  • Los partidarios de la autonomia doble, con el autor anónimo que escribió el primer acto y Rojas del segundo al XXI, son numerosos: Juan de Valdés, Marcel Bataillon, Criado de Val, Ruth Davil, Martín de Riquer, Deyermond, González Ollé, R. Menéndez Pidal, Morón-Arroyo, Montesinos Samperio. Todos ellos han realizado estudios de estilo, fuentes y vocabulario.
  • La mayoría de autores que apoyan la teoría de los tres autores son también lingüistas. R. E. Houe, Mulroney y Probst. encuentran diferencias en los campos semánticos entre el acto I y los actos II a XVI, también entre estos y las interpolaciones. Uno de los planteamientos es que fuera Proaza uno de los autores, el que añadió las octavas finales. Miguel Garci-Gómez realizó un análisis logoscópico informático y encontró diferencias tanto en el plano léxico-semántico como en el morfo-sintáctico que demuestran que las tres partes presentan diferencias significativas entre sí.

6. Fernando de Rojas

Tenemos pocas noticias de la vida de Rojas. En la Carta proemial de La Celestina dice que es jurista, estudiante universitario y que compone la obra en quince días durante unas vacaciones. Nació en la Puebla de Montalbán en 1476. La teoría más aceptada es que fuera hijo de Garcigonzález Ponce de Rojas y Catalina Rojas, pero no se sabe a ciencia cierta porque era un apellido muy común en Toledo en esa época entre los conversos. Estudió en Salamanca y vivió en Talavera de la Reina desde 1510. Se casó con Leonor Álvarez de Montalbán y fue alcalde mayor de Talavera en 1538, lo que nos lleva a pensar que no fue converso de primera o segunda generación, porque si no, no habría podido ostentar ese cargo. Se cree que fue un judío converso de cuarta generación y que en 1525 hubo un proceso judicial contra su suegro acusado de judaizante. Murió en 1541 sin escribir nada más en su vida. La dura crítica social de los valores de la sociedad castellana tradicional se puede explicar por su condición de converso, aunque no encontramos ninguna referencia elogiosa al judaísmo en la obra.

7. El género de La Celestina

Muchos teóricos han discutido sobre si La Celestina es drama o novela. En las octavas de Proaza hay apelaciones al «lector», por lo que entendió que era una obra narrativa. M. R. Lida de Malkiel habla de La Celestina como comedia humanística, hecha para ser leída en clase, por el aprendizaje de latín que supone, los autos y secuencias que contiene, la ausencia de acotaciones y que está escrita en prosa. Y lo cierto es que tiene mucho de comedia humanística y de novela picaresca. Otros autores como Alfredo Hermenegildo piensan que la obra tiene mucha teatralidad y está llena de didascalias implícitas, aunque no encontremos acotaciones.

8. Amor y mercado en La Celestina

La Celestina se escribe en una época de transición del Medievalismo al Renacimiento. Es un diálogo con legitimación de la picaresca donde se expone un alma individual entre la dialéctica de lo público y lo privado, donde lo privado supone seguridad y autenticidad. Esto podemos verlo después del primer encuentro amoroso, cuando Calisto se dirige a su casa entristecido buscando refugio en su alcoba. La casa es un elemento interesante porque es representante de lo privado en esa dicotomía nombrada. Los criados también se encuentran dentro de esa casa, pero ellos representan lo público dentro de la esfera de lo privado, aunque Calisto y Melibea consideran que los criados y siervos están dentro de lo privado porque aún leen la realidad de acuerdo a la clase a la que ellos pertenecen. Ellos, sin embargo, sí son conscientes de que viven en lo público estando en las casas de Calisto y Melibea. Desde el primer momento podemos ver el platonismo de la obra y los moldes del amor cortés que van desapareciendo cuando se van dando pasos a convertir en mercancía la experiencia amorosa.

Cuando esto ocurre, Calisto se convierte en un hombre lascivo y Melibea siente que es suyo ya que ha comprado su deseo amoroso. Sin embargo, ella debe resistirse al deseo sexual. El amor que invoca Celestina es el llamado amor impervio, que es el que no tiene camino, es el furor erótico, el deseo sexual, el amor ilícito que se encuentra en el alma y que cuando no encuentra el camino genera problemas a los amantes. La Celestina describe una sociedad en la que todos sienten deseo sexual y hay gente que consigue calmarlo y salir airosa y gente que no, ya que una vez que ese deseo anida en el corazón humano, como la sociedad no nos da la completa libertad, acaba con un final trágico. Ella es quien sabe cómo convertir ese deseo en dinero y se ofrece como camino, como vía para llegar a ese amor. Al principio, hace rituales invocando a Satanás, pero esas referencias a la brujería desaparecen después del primer auto. La presencia de la Celestina sirve para realizar una crítica social, pues todo el mundo la conoce y acude a ella mercantilizando el amor y siguiendo al deseo sexual que sienten. Es el único personaje que no sufre la crítica del autor, su papel es representar la lógica de las relaciones mercantiles, porque en este mercado no está delimitado el valor de cada cosa. El suicidio de Melibea tiene que ver con un furor erótico. La mujer se siente responsable de todo lo que ha pasado, porque en ella se corporeiza ese deseo sexual. El planto de Pleberio que cierra la obra dice cómo hay que interpretarla, aunque eso se suele hacer en el prólogo. Advierte de los peligros del amor y de cómo acaba con todos los que caen en sus redes.

Si hacemos un psicoanálisis del falso realismo de La Celestina, podemos ver que todo trata de erotismo. En el episodio del banquete, la comida representa el sexo, a la que todos se lanzan. En otro episodio, Calisto le pide un cordón a Melibea para morderlo y así curar sus muelas. Luego, dice que solo le duele una muela, y así es como sabemos que el cordón del que habla es el que sujeta el vestido de Melibea, y la muela sería su pene.

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