El fragmento de ‘La casa de Bernarda Alba’ pertenece a una obra teatral escrita por Federico García Lorca. Lorca nace en Fuentevaqueros en 1898 y murió fusilado en Víznar debido a sus ideologías y su tendencia sexual. Estudió música desde pequeño y esta fue su primera vocación, también destacó como dibujante, pero terminó decantándose por el teatro. Esta preferencia por el teatro llevó a que fundara su propia compañía teatral ‘La Barraca’ de la que fue director y dramaturgo, con ella pretendía llevar la cultura a todo el mundo, rasgo propio de la Institución Libre de Enseñanza, de la que formaba parte. Fue un renovador del teatro español del siglo XX junto con Valle-Inclán. Federico García Lorca perteneció a la Generación del 27, grupo de escritores nacidos en 1927 a raíz del Tercer Centenario de la muerte de Góngora en el Ateneo de Sevilla, que compartían el espíritu y el afán cultural y pedagógico de la ILE y que combinan tradición y vanguardia, lo culto con lo popular y lo intelectual con lo sentimental. Convive en la Residencia de Estudiantes de Madrid y acude al Café Gijón donde realizan varias tertulias. Además, estuvo influenciado por novecentistas como Ortega y Gasset, autores clásicos, modernistas y románticos.
‘La casa de Bernarda Alba’, forma parte de la escena final del III acto. Es la última de sus tragedias rurales la cual no llega a estrenar porque fallece. Fue escrita en 1936 y publicada y representada en 1945 en Buenos Aires (Argentina) por la compañía teatral de una de las actrices que había formado parte de la compañía teatral La Barraca, Margarita Xirgú. El marco histórico que rodea la obra hace que esta se vea influenciada por la sociedad machista del momento y la división de una sociedad clasista. Esta obra está inspirada en una familia vecina a Lorca, ambientada en una Andalucía rural donde la libertad de las personas estaba limitada. El autor realiza una crítica social siendo el tema de la obra el enfrentamiento entre la represión y la libertad. En resumen, la obra es una disputa porque su hermana Martirio descubrió que Adela estaba manteniendo relaciones sexuales con Pepe el Romano, y se pelean. La madre acude al lugar del enfrentamiento al oír los gritos e intenta poner orden pero Adela se enfrenta a su madre rompiéndole el bastón. Pepe huye y la madre le dispara, pero falla. Su hermana Martirio le dice a Adela que Pepe ha muerto y esta se suicida. Bernarda retoma el poder insistiendo en que nadie debe enterarse de lo sucedido, es decir que su hija ha muerto virgen. De esta manera, toda la casa comienza otro período de luto. Los personajes principales son Bernarda, Adela y aunque no aparece en ningún momento en la obra también Pepe el Romano. Bernarda y Adela son antagonistas entre ellas, Bernarda simboliza la represión, el poder, la autoridad y los valores tradicionales ‘Atrévete a buscarlo ahora’, ‘¡Silencio!’, sin embargo Adela simboliza la libertad, los nuevos valores y la rebeldía ‘Esto hago yo con la vara de la dominadora’. Adela junto con sus hermanas son víctimas de la represión ejercida por Bernarda, pero Bernarda también es víctima de la sociedad, que impone sus normas, de las cuales las mujeres eran las mayores defensoras. En el caso de Pepe podemos decir que es el conflicto dentro de la casa ya que es la válvula de escape, es la puerta hacia la libertad de todas. Este no aparece físicamente en la obra, lo que conocemos de él es por lo que nos dicen los personajes ‘En mí no manda nadie más que Pepe!’, ‘¡El dominará toda esta casa!’
En primer lugar el tiempo externo, corresponde con 1936, un período previo a la Guerra Civil española, en los ambientes rurales la tiranía de los padres llegaba a los extremos para resguardar asuntos propios de la casa por el temor al qué dirán ‘¡Nadie dirá nada! ¡Ella ha muerto virgen!’. Estos años en los que vivieron los personajes influyen en su mentalidad y en el comportamiento social. En cuanto al tiempo interno, la acción se desarrolla en una noche de un día caluroso de verano, esto corresponde con el final del día ‘Avisad de que al amanecer den dos clamores las campanas’. Es la noche de un día de verano en el que están comprimidos ocho años de luto y por ellos no se cumple con la unidad de tiempo aristotélico. La noche pone fin a los problemas y también el desenlace.