Espacio
En La Casa de Bernarda Alba, el espacio juega un papel simbólico crucial:
a. La Casa
La casa es el espacio visible donde se desarrolla la obra. Es un lugar cerrado y aislado, que representa la opresión y la falta de libertad de las hijas de Bernarda. Se la describe como un»infiern», un»presidi» o un»convent», y está habitada solo por mujeres, lo que subraya la falta de amor y soledad que sufren.
Dentro de la casa, el corral es un espacio que conecta con el mundo exterior. Aquí se encuentra el caballo garañón, símbolo del macho, y es donde Adela tiene sus encuentros amorosos con Pepe el Romano. El color blanco de las paredes de la casa, que se oscurece a medida que avanza la obra, simboliza el deterioro del orden y la libertad.
b. El Mundo Exterior
El mundo exterior representa la libertad y el deseo, en contraste con la prisión de la casa. Se representa como la orilla del mar, los campos o el olivar, lugares donde las hijas de Bernarda anhelan escapar.
c. El Pueblo
El pueblo es la otra cara del mundo exterior, que representa la moralidad y las convenciones sociales. Es el pueblo que desprecia Bernarda, pero al que ella misma pertenece. Es un lugar donde se rechaza a quienes no siguen las normas y donde la justicia se toma por mano propia.
Tiempo
La obra se sitúa en un tiempo indeterminado, probablemente contemporáneo al autor. Cada acto ocurre en un momento diferente del día (mañana, tarde y noche) durante el verano. El paso del tiempo se marca en las acotaciones iniciales de cada acto.
Sin embargo, hay elipsis temporales entre los actos, necesarias para dar verosimilitud a los hechos. Por ejemplo, en el segundo acto, las hijas de Bernarda ya están preparando las sábanas para el ajuar, lo que indica que ha pasado algún tiempo desde el primer acto.
Esta técnica dramática crea una ilusión de tiempo continuo y un ambiente lento y monótono, que refleja la desesperanza y la falta de futuro de las mujeres encerradas en la casa.
Género
García Lorca subtituló la obra como»Drama de mujeres en los pueblos de Españ». Sin embargo, también se puede considerar una tragedia, debido a sus elementos simbólicos, la exploración de personajes frustrados por la autoridad y su final trágico.
La obra contiene elementos del drama rural, como personajes populares y lenguaje coloquial. Sin embargo, Lorca trasciende este género al introducir elementos trágicos, como el destino inexorable, el amor irracional y el uso del coro de los segadores.
En última instancia, La Casa de Bernarda Alba puede considerarse un drama trágico, que explora las consecuencias de la autoridad represora y el sufrimiento de las mujeres atrapadas en ella.
Valor
La Casa de Bernarda Alba es la obra maestra de García Lorca, que combina poesía y realidad, sabor local y carácter universal. Su riqueza lingüística, la profundidad de sus conflictos y la inclusión de elementos trágicos la convierten en una obra atemporal y relevante.
Más allá de ser un documento realista, la obra critica la autoridad represora y explora las consecuencias de la falta de libertad y el deseo insatisfecho. Sus personajes se han convertido en símbolos de la opresión y la lucha por la liberación.