Josefina de la Torre: Vida, Obra y el Poema ‘Me busco y no me encuentro’

Biografía y Contexto Histórico de Josefina de la Torre

Josefina de la Torre (Las Palmas de Gran Canaria, 1907 – Madrid, 2002), figura destacada de la poesía española del siglo XX, se crio en el seno de una familia burguesa, culta y liberal. Su trayectoria artística abarcó diversas disciplinas: la música, el cine, la literatura y la interpretación dramática. Mantuvo estrechos lazos con personalidades relevantes de la época, como Luis Buñuel, Salvador Dalí, Rafael Alberti y Pedro Salinas, quien prologó su primer poemario, Versos y Estampas. Fue una de las dos únicas mujeres, junto a Ernestina de Champourcín, incluidas en la antología de poesía española de Gerardo Diego (1934). En la década de 1920, se trasladó a Madrid y entró en contacto con los intelectuales de la Residencia de Estudiantes, como Federico García Lorca y Rafael Alberti.

En el año 2000, fue nombrada miembro de honor de la Academia Canaria de la Lengua. Un año después, la Associated University Press de Nueva York publicó un ensayo que la situaba entre las cinco poetas españolas más relevantes de los años veinte y treinta. En 2002, el Gobierno de Canarias le concedió la Cruz de la Orden de las Islas Canarias. Falleció en Madrid el 12 de julio de ese mismo año.

Contexto Histórico

La España de la época se caracterizaba por una situación política, económica y social decadente, marcada por graves problemas internos. Durante el reinado de Alfonso XIII (1902-1931), las tensiones sociales aumentaron debido a una política de turnos entre liberales y conservadores. La dictadura de Primo de Rivera (1923) agravó la situación, pero en 1931 se proclamó la Segunda República. En 1936, España se sumió en una guerra civil.

Influencias Literarias y Obra Poética

La obra en verso de Josefina de la Torre, aunque breve, recibió la influencia de las tendencias líricas más relevantes de la primera mitad del siglo XX, como la «poesía pura» de la década de 1920 y el Modernismo. Su poesía la llevó a la cima de la literatura española, integrándose en la Generación del 27. Compartía con este grupo la sencillez formal, el lirismo interior, el lenguaje cercano a la expresión popular y la atención a las innovaciones de las vanguardias artísticas.

Sus temas centrales giran en torno a la infancia, la muerte y la soledad, destacando especialmente el paisaje insular, con el mar y la playa como elementos recurrentes en la tradición poética canaria. Aborda estos temas con una aparente sencillez expresiva, utilizando sutilmente la metáfora, el símil y la adjetivación. Su obra poética incluye: Versos y estampas (1927) y Poemas en la isla (1930), entre otros.

Análisis del Poema «Me busco y no me encuentro»

Género y Tema

El poema «Me busco y no me encuentro» pertenece al género lírico, expresando el desasosiego espiritual de la poetisa en su búsqueda de paz y satisfacción personal. Forma parte de su tercer poemario, Marzo incompleto, un libro íntimo con un tono más trágico que los anteriores, donde se abordan temas como el paso del tiempo, la memoria, la soledad y el desasosiego.

El tema central del poema es la insatisfacción de la autora consigo misma. La búsqueda de un sentido a la vida la lleva a sentirse perdida y rodeada de oscuridad. Esta frustración personal se refleja en versos como «Rondo por las oscuras paredes de mí misma«. Se trata de una preocupación existencial, ya que la poetisa se siente frustrada por su incapacidad de ser mujer, entendida como portadora y creadora de vida.

Estructura

El contenido del poema se divide en tres partes:

  1. Presentación de su desorientación vital (versos 1-7).
  2. Causas de esa insatisfacción personal (versos 8-11).
  3. Conclusión con un hálito de esperanza (versos 12-13).

La autora parte de una situación de presente («ahora«), con un paréntesis de mirada al pasado («y no pude ser tierra«), para volver al presente hasta el final, a la espera de su propio descubrimiento.

Métrica

El poema consta de 13 versos, combinando heptasílabos y alejandrinos. La rima es asonante. No responde a ninguna estrofa conocida, aunque los cinco primeros versos recuerdan a la lira por su combinación de heptasílabos y endecasílabos.

El Espacio

El espacio es una constante intrínseca en el poema, pero se trata de un espacio interior, metafísico. La autora realiza una búsqueda metafórica de su yo más íntimo por las paredes de su ser, sin hallar lo que busca. Es un espacio vacío, que pudo ser real y contundente como la tierra y sus frutos, o cósmico como el universo, evidenciando su profundo anhelo y frustración.

Recursos Literarios y Estilísticos

Justificación Literaria

El carácter literario del texto es evidente, al tratarse de un texto lírico en el que la autora expresa sus sentimientos más íntimos de forma subjetiva. Predomina la función poética del lenguaje, ya que Josefina de la Torre utiliza diversos recursos estilísticos para provocar efectos en el lector. También encontramos la función expresiva, manifestando sentimientos y un estado de ánimo marcado por la frustración.

Recursos Estilísticos

El poema se caracteriza por el uso de numerosos recursos estilísticos que intensifican la situación vital de la poeta:

  • Metáforas: «las oscuras paredes de mí misma», de gran fuerza expresiva.
  • Epítetos: «oscuras paredes«, «torpe vacío«, con connotaciones de soledad, frustración y tristeza.
  • Anáforas: «y«; «no«; «que«, realzando la búsqueda.
  • Personificaciones: «interrogo al silencio y a este torpe vacío», «tanteando la noche», de gran dramatismo.
  • Símil: «como dormida en las tinieblas», de gran expresividad.
  • El color aparece en el adjetivo «oscuras» referido a «paredes».

Nivel Morfosintáctico

Destaca el uso del verbo: «busco», «encuentro» (presentes actuales) y «pude» (pretérito perfecto simple). Los sustantivos son, en su mayoría, abstractos, potenciando el desasosiego interior: «silencio», «vacío». Los adjetivos «oscuras paredes«, «torpe vacío» son explicativos y valorativos. El orden de los elementos es lógico, con un encabalgamiento oracional expresivo: «no este desalentado y lento desgranarse / que convierte en preguntas…». La autora se pregunta continuamente por su dolor, acrecentando su pena. Se utilizan oraciones simples («No me encuentro a mí misma«), coordinadas copulativas y subordinadas adjetivas, con una finalidad reiterativa y obsesiva por alcanzar la serenidad.

Nivel Léxico-Semántico

Se distingue la antonimia: «busco» – «no encuentro» y un campo semántico de búsqueda: «busco», «rondo», «no encuentro», «no acierto», «voy tanteando», «descubrir». El valor connotativo del lenguaje es alto, con un léxico cargado de significaciones metafóricas en torno a la pesadumbre, el dolor, la angustia, el desasosiego y el misterio.

Conclusión

Josefina de la Torre, a través de estos versos, expresa la temática existencial del anhelo de desarrollarse como mujer. Su poema evoca la esencialidad y la pureza de Juan Ramón Jiménez, mentor de la Generación del 27.

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